Euskadi se encuentra inmersa en “una profunda crisis demográfica”, dada la baja natalidad y el progresivo envejecimiento de la población, tal y como advierte el Consejo Económico y Social vasco. Algo que viene agudizándose aún más en la última década. Por ello, el CES alerta de la necesidad de situar el reto demográfico en el centro de la agenda política y social y acelerar la Estrategia 2030, que incluye diversas medidas para apoyar a las familias y suministra herramientas para posibilitar la conciliación.
Y es que en 2022, “Euskadi ha registrado un crecimiento natural negativo sin precedentes que los saldos migratorios positivos, mermados a causa de la pandemia, no han sido capaces de compensar”, tal y como ha subrayado Jon Barrutia, Presidente de la Comisión de la Memoria Socioeconómica encargada de la elaboración del informe anual del CES.
No obstante, Barrutia ha puesto sobre la mesa el debate de si sería conveniente revisar la tasa de reproducción planteada en el 2,1 % y rebajarla, “teniendo en cuenta que ha aumentado la esperanza de vida y que somos más productivos que antes”.
Un deseable aumento de la población vasca ocupada ayudaría a mantener el sistema de pensiones, así como el sistema de salud y de prestacionessociales, ha destacado la presidenta del CES, Emilia Málaga. A pesar de este problema de desequilibrio en la pirámide poblacional, “el crecimiento económico ha favorecido un aumento de la ocupación hasta niveles prepandemia”, certifica, si bien “la pérdida del poder adquisitivo de los salarios ensombrece este escenario”.
La reforma laboral
En todo ello ha jugado un papel positivo la reforma laboral, que “ha contribuido a la mejora de la calidad del empleo, en términos de temporalidad y parcialidad”, destacan. La recuperación del empleo se ha producido fundamentalmente en los servicios, mientras que la industria presenta datos contrapuestos.
Además, Barrutia ha querido destacar las bajas tasas de actividad, situadas en el 56,4 % en Euskadi, muy por debajo del 73,1 % de Europa. Una diferencia sustancial que desde el CES achacan a elementos sociológicos como “el desequilibrio entre producción y salario -a pesar de que la CAV se sitúa en primera posición con respecto a las retribuciones en España- o la retirada voluntaria del mercado laboral por parte de algunas mujeres” teniendo en cuenta que la tasa de ocupación en Euskadi se sitúa en el 56,4 %, con un 60,9 % para los hombres y un 52,2 % para las mujeres.
En contraposición, ha señalado la formación de los jóvenes vascos, ya que el 66 % de este colectivo tiene titulación universitaria frente al 40 % de los europeos. Eso sí, aunque la formación a lo largo de la vida en la CAV se sitúa cinco puntos por encima de la media europea del 11 %, dista aún bastante de la de los países nórdicos, que supera el 25 %.