Sestao, un pueblo que busca recuperar su esplendor industrial tras La Naval y Altos Hornos

La industrialización ha vertebrado la historia reciente de Euskadi, tal y como demuestran los datos económicos. Aunque lejos de los niveles del 40% en los que se situaba en los años 80, a día de hoy la industria genera un 24% del PIB vasco. Y si hablamos de empresas industriales, hay que destacar, especialmente, el protagonismo de Altos Hornos de Vizcaya (AHV), Babcock & Wilcox o La Naval. Firmas que llegaron a emplear a miles de personas y que ejercieron de tractor económico, provocando un aluvión migratorio de gente llegada de otras comunidades autónomas, que recaló en Sestao y otros municipios de Ezkerraldea-Margen Izquierda, como Barakaldo, Valle de Trápaga-Trapagaran, Santurtzi o Portugalete, en búsqueda de prosperidad económica.

Según los datos del INE, Sestao pasó de tener una población aproximada de 10.000 habitantes a comienzos del siglo XX, a rozar los 40.000 en 1981. Actualmente, en la localidad fabril residen poco más de 27.500 personas. Un retroceso que refleja la decadencia de la industria, de la que aún quedan vestigios, como la planta de ArcelorMittal, que sigue aferrada a Sestao tratando de resistir a los embistes.

Los cierres y las sucesivas crisis han sumido a sus vecinos en una indeseada disputa que se repite año tras año, por no ser el municipio con mayor tasa de paro de todo Euskadi. El año pasado, Sestao cerró con un desempleo del 14,98%, frente a la media del 8,4% registrada en 2022 en el conjunto del territorio vasco. 

“La Naval tuvo su época”, dice la alcaldesa de la localidad, Ainhoa Basabe, dando carpetazo a un modelo industrial extinto a día de hoy. “Fue una de las empresas más importantes del Estado y aquí en Sestao tenía a más de 4.000 personas empleadas de toda Ezkerraldea, lo que, junto con las distintas industrias pesadas que hemos tenido en Sestao, la convirtieron en motor de toda Bizkaia”, destaca.

ArcelorMittal asegura energía renovable hasta 2032 para relanzar sus plantas de Sestao y Olaberria.

Una “noticia triste” para el pueblo

Por eso, cuando el astillero entró en concurso de acreedores y se vendieron los terrenos fue “una noticia triste para el pueblo”, advierte, ya que ese paisaje formaba parte de la historia y de la memoria de los vecinos de Sestao. “Aquí existe un apego sentimental a La Naval, ya que son muchas las familias, con más de un miembro incluso, de distintas generaciones, que ha trabajado en esta fábrica”, subraya. 

Sin embargo, la localidad mira con esperanza hacia el futuro. Consciente del pasado y el presente de los sestaoarras, Basabe trabaja para cambiar el rumbo de una localidad, que trata de remontar tras el cierre de Altos Hornos de Vizcaya primero, en 1996; y Babcock & Wilcox y La Naval después, en 2011 y 2019 respectivamente. Para ello, el Ayuntamiento lleva años trabajando para poner en valor los terrenos fabriles y darles otros usos que permitan desarrollar nuevas actividades económicas.

Así, el municipio dispone del polígono de Ibarzaharra, que aspira a convertirse en un polo biomédico con la implantación de diversas firmas ligadas a este prometedor sector, y además, acaba de aprobar un Plan Especial de Ordenación Urbana para facilitar la conversión de los suelos que ocupó La Naval y que pretenden acoger La Naval Park, un nuevo parque, en este caso de carácter industrial, que preservará el nombre del histórico astillero pero que ayudará a modernizar la entrada a Sestao desde Bilbao dejando atrás su paisaje en ruinas, como ya pasó con Babcock & Wilcox, que después de sufrir numerosas expoliaciones, en 2019 fue derribada para dar paso a los almacenes de Amazon, el gigante estadounidense del comercio digital.

Recreación del parque industrial que el grupo belga VGP tiene pensado impulsar en los terrenos de La Naval en Sestao. VGP

En busca de nuevas empresas industriales

Los trabajos de descontaminación de los terrenos de La Naval, a punto ya de terminar, van a dar paso a que el grupo inmobiliario belga VGP, que ya ha solicitado los permisos necesarios para llevar a cabo este proyecto, pueda comercializar las parcelas resultantes. Son ya varias compañías las que están interesadas en asentarse en esta ubicación, con acceso directo al mar y muy bien conectada con el Puerto de Bilbao, pero también cercana a la infraestructura aeroportuaria y ferroviaria.

Todo ello hace que la llegada de nuevas empresas pueda ayudar a esta localidad a recuperar su esplendor industrial. “Esperamos que esté próximo el desembarco de nuevas industrias en el futuro parque de La Naval, en esos 300.000 metros cuadrados que tenemos de terreno, contribuya a generar riqueza económica y puestos de trabajo en la localidad y en el resto de la comarca”, advierte Basabe.

Si bien la alcaldesa aún no conoce la lista de firmas interesadas, confía en que pueda mantenerse alguna actividad relacionada con la industria naval aunque sea para pequeñas embarcaciones para dar uso a los diques y los vestigios estructurales de La Naval, que los nuevos propietarios están obligados a mantener, ya que han sido catalogados como Bien Cultural de Protección Especial por el Gobierno vasco.