El Gobierno central deberá aprobar la venta de la participación del Gobierno vasco en el yacimiento de gas de La Rioja

Según la Ley Vasca de Transición Energética y Cambio Climático, El Gobierno vasco debe desprenderse de sus activos de gas y otros hidrocarburos antes de 2030. Y es por eso que ha empezado a replantearse el futuro de sus participaciones en Bilbao Bizkaia Eletricidad (BBE), Bilbao Bizkaia Gas (BBG) y el yacimiento gasístico de la localidad de Sotés, en La Rioja.

Precisamente hace unos días, trascendía que el Ejecutivo regional ha alcanzado un acuerdo con la multinacional estadounidense Heyco Energy Group, accionista mayoritario del pozo de gas de Viura-1 ST3 con el 58,8% que adquirió a Unión Fenosa en 2022. El compromiso pactado consistiría en que el Gobierno vasco traspasaría su participación del 37,69% en la explotación en régimen de concesión que tiene en este yacimiento a través de la sociedad pública vasca de hidrocarburos Shesha.

Esta operación aún debe ser autorizada por el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), que podría hacer pública su decisión a través del BOE las próximas semanas. El yacimiento de La Rioja, el único activo en España, sería entonces propiedad en un 96,49% de Heyco Energy Group y el 3,51% restante seguiría en manos de Oil&Gas Skills (OGS).

El hecho de que el Ejeutivo vasco se adelante en siete años al plazo fijado por la ley se debe al interés que ha encontrado por parte de la multinacional estadounidense en ampliar su participación en este yacimiento gasístico tras la prórroga concedida para la perforación de un segundo pozo en La Rioja (Viura-1B) durante un año más.

4,7 millones de beneficios en 7 años

El contrato de confidencialidad suscrito con Heyco Energy Group impide al Gobierno vasco ofrecer información del acuerdo. No obstante, una vez la operación se cierre en firme, de la que aún no se conoce el precio de venta, el Gobierno vasco se desprendería así de la inversión en gas que menor retorno económico le ha reportado. Y es que, desde que inició la explotación de este pozo en 2015, los ingresos obtenidos por la venta del gas extraído han supuesto un total de 44 millones de euros.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el capítulo de gastos e inversiones pendientes de amortizar derivados de este yacimiento se han elevado hasta los 39,3 millones de euros, por lo que, según los datos ofrecidos por el Ejecutivo vasco, el balance final es de 4,7 millones de euros de beneficios después de siete años en activo.

Más rentables, eso sí, son los proyectos de Bahía Bizkaia Electricidad y Bahía Bizkaia Gas (BBG), donde el Gobierno vasco participa a medias, a través del Ente Vasco de Energía (EVE), con Enagás. Así las cosas, desde el Gobierno vasco no confirman ni tampoco descartan la futura salida del accionariado de BBG ni de BBE antes de lo que establece la ley siguiendo este mismo modelo de venta, propiciado por un plan de desinversiones en gas y otros hidrocarburos que permita apostar por nuevas inversiones en energías renovables.