El gas natural se postula como una energía de respaldo por la que apostar para suplir las limitaciones de las fuentes renovables, advierte Iñigo Ansola, director general del EVE, el Ente Vasco de la Energía. Sin embargo, Euskadi no produce gas y todo el gas que consumimos viene de fuera, lo que aboca al territorio a la dependencia exterior para cubrir sus exigencias energéticas.
"Es evidente que no podemos prescindir de tener energía, y, por tanto, para la eólica como para la fotovoltaica, que son las energías renovables más competitivas a día de hoy, hay que tener viento y sol, por lo que la gran pregunta es, ¿por qué energía de respaldo queremos apostar en Euskadi? ¿Por el carbón, la energía nuclear o el gas natural?", indica Ansola. Y, con esta pregunta en mente, trata de situar las piezas del puzle energético que queremos hacer.
-En 2011, cuando Patxi López era lehendakari, señaló que el suelo de Álava contenía gas suficiente para abastecer al País Vasco durante sesenta años, pero diez años después, en 2021, el proyecto fue descartado. ¿Se ha convertido el ‘fracking’ en un tema intocable en Euskadi?
-Cuando se promovió la Ley de Cambio Climático y Transición Energética en el Estado, que prohíbe taxativamente toda exploración y explotación de cualquier yacimiento de petróleo o de gas en el territorio español, se cerró ese debate y no me corresponde a mí abrirlo.
-Sin embargo, el Gobierno vasco extrae gas en La Rioja, ¿cómo define esa actuación en el territorio vecino?
-Sí, lo que pasa es que esa ley afecta a las explotaciones futuras a partir de su fecha de aprobación, pero no a aquellas explotaciones ya concedidas. Por eso, la explotación de La Rioja no se ve afectada, porque cuando se promulgó esa ley estábamos con la fase de tramitación ya iniciada.
-¿Pero qué hay de la autorización recién solicitada hace unos meses para abrir un segundo pozo en la localidad riojana de Sotés?
-Sí. En La Rioja se aprobó la explotación de cuatro pozos mediante una concesión de 30 años. Se hizo el primer pozo y ahora se ha obtenido autorización para perforar el segundo pozo, ya que aunque ya se había pedido la autorización para ese segundo pozo, no se llegó a perforar en tiempo y por eso se pidió una prórroga, de modo que ahora se puede perforar en el momento en el que se considere oportuno.
-¿Pero no es un poco contradictorio que, por un lado, tengamos una ley que impide hacer explotaciones, pero se pida una prórroga para poder hacer un segundo pozo?
-No, no es una contradicción, porque el Ministerio para la Transición Ecológica no te puede decir que no a una cosa para la que ya te ha dado autorización. Ahora sólo se trata de la tramitación administrativa exigida dentro de esa concesión, ya que cada vez que vas a realizar una nueva perforación tienes que hacer una solicitud de autorización y trasladar todas las condiciones de esa perforación, que será extracción convencional, en ningún caso mediante fracking o fracturación hidráulica.
El hidrógeno verde y su futuro
Mientras, otra de las energías que con más lupa se está analizando en estos momentos es la del hidrógeno verde, que podría peligrar si finalmente Petronor no lleva a cabo la inversión de 250 millones de euros para su electrolizador de 100 MW. En ese sentido, Ansola se ha alineado con la postura manifestada por el presidente de la energética vasca, Emiliano López Atxurra, quien ha criticado el impuesto a las energéticas establecido por el Gobierno central y solicita "una estabilidad regulatoria" para que las empresas puedan invertir.
-Tenemos el Corredor Vasco del Hidrógeno y desde Euskadi estamos intentando posicionarnos en su versión renovable, pero es verdad que hay voces que apuntan a que con el elevado precio de la electricidad el hidrógeno puede que no resulte rentable de aquí a muchos años, ¿qué evolución pronostica para el hidrógeno verde? ¿Vamos a poder subirnos al tren del hidrógeno verde o es una energía fallida por las dificultades técnicas que conlleva su transporte y almacenamiento así como su elevado coste a día de hoy?
-Si realmente se quiere apostar por un hidrógeno verde, para que ese hidrógeno verde sea competitivo hace falta, por una parte, que haya una gran cantidad de energía renovable instalada, de tal manera que cada vez la electricidad sea más barata. Porque si la electricidad es cara, el hidrógeno va a ser caro.
Además, hace falta desarrollo tecnológico. Es decir, nos hace falta la implantación de mucha energía renovable. También es necesario, a través de la investigación y la innovación, desarrollar la tecnología de tal manera que esa molécula de hidrógeno que obtenemos la obtengamos de una manera eficiente, lo que hará que los costes se reduzcan. Y luego, lo que nos hace falta es materializar proyectos que apuesten por la generación de hidrógeno verde para que cada vez haya más consumidores de ese hidrógeno verde, generando, en definitiva, un mercado del hidrógeno.
-Queda un largo camino por delante entonces…
-Bueno, aunque aún queda un largo trayecto hasta que ya haya un conocimiento muy exhaustivo de esta energía y que la tecnología sea eficiente, ya se están dando pasos. Ya tenemos un electrolizador de 1 megavatio en Petronor y estamos trabajando en el electrolizador de 10 megavatios.
-Pero el de 100 megavatios sigue en ‘standby’, tal y como alertó el presidente de Repsol, quien reclamó un marco jurídico estable que asegurase la inversión.
-El de 100 se ha quedado en ‘standby’, sí, pero el paso intermedio, que es el de 10 megavatios, va para adelante. Lo mismo con las hidrogeneras, pues ya hay un tubo que traslada el hidrógeno de Petronor al Parque Tecnológico de Abanto y estamos trabajando para instalar más. Y por qué no hablar también del consumo de hidrógeno en nuestra industria, que requiere de un consumo intensivo de gas natural y que en algunos procesos industriales no puede ser sustituido por la electricidad. Es ahí donde creemos que el hidrógeno va a jugar un rol importante.
-¿No pone en duda entonces el desarrollo del hidrógeno verde en Euskadi?
-No. Poco a poco va creciendo, pero, como he dicho al principio, las cosas no se hacen de la noche a la mañana. Entonces, el hidrógeno sí irá adquiriendo peso en la medida en la que vayamos instalando más energías renovables.
-Y en cuanto al sector del transporte y su electrificación, hemos visto por primera vez este mes que han aumentado las matriculaciones de vehículos eléctricos e híbridos, superando por primera vez a los vehículos de combustión, alentados por las ayudas del Plan Moves III que acaba de anunciarse su renovación hasta mayo de 2024. ¿Hacen falta más ayudas en Euskadi, como el descuento del IRPF que disfrutan en otras comunidades, para incentivar la compra de estos vehículos?
-Sí. El vehículo eléctrico ha venido para quedarse, y bueno, por una parte están las medidas fiscales que se pueden ir adoptando y, por otra parte, las ayudas a la compra del vehículo. Y yo creo que para que el vehículo eléctrico esté normalizado ya en nuestras carreteras y realmente la ciudadanía podamos adquirir esos vehículos, también se tiene que dar que el precio del vehículo eléctrico sea cada vez más atractivo, porque a nadie nos sobra el dinero para gastarlo en tecnologías más caras.
Eso sí, también hay que tener en cuenta que con el vehículo eléctrico se da la circunstancia de que sí, que a la hora de la compra nos gastamos más dinero, pero luego hay que ver la vida que tiene ese vehículo eléctrico en cuanto a su mantenimiento, que es bastante menor que lo que gastas en el mantenimiento de un motor de combustión, y el gasto de combustible, pues es mucho más barata la electricidad que los derivados del petróleo. Entonces, también hay que tener en consideración esos dos factores.
Yo creo que todavía esas ayudas al vehículo eléctrico van a perdurar, estoy convencido y, si bien a mí no me compete establecer incentivos fiscales, sí veo con buenos ojos que los haya.
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