En las últimas semanas se ha visto con especial profusión como los dos gigantes energéticos, Repsol e Iberdrola, están desarrollando una carrera por liderar la gestión del hidrógeno. Una disputa que, ya tiene un ganador: Euskadi. El País Vasco podría ser uno de los polos internacionales del hidrógeno en el desarrollo de esta tecnología que va a contar con una ingente cantidad de recursos económicos derivados de la apuesta que ha realizado la Comisión Europea. De momento, ya se planean dos fábricas de electrolizadores –pieza fundamental para obtener hidrógeno-, cuatro centrales que generarán energía a partir de este elemento y el Corredor Vasco del Hidrógeno que analizará, desde toda la cadena de valor, el desarrollo de esta tecnología.

Este esfuerzo inversor se eleva a 850 millones previstos en Euskadi para desarrollar cuatro plantas de generación energética con hidrógeno, 220 millones de euros para poner en marcha dos fábricas de electrolizadores y el desarrollo de un importante desarrollo tecnológico impulsado por compañías vascas como la ingeniería Sener, Ingeteam, Nortegas o Bizkaia Energía.

 

Las miradas en el Gobierno vasco

La problemática se queda en el Gobierno vasco que debe gestionar y facilitar la implementación de proyectos en un escenario en el que se genera una gran expectativa de ayudas y fondos públicos para desarrollar la inversión. Es el mapa perfecto para que las celotipias entre las empresas se disparen. Así, mientras Repsol y Petronor han anunciado unas inversiones de 1.300 millones, independientemente de si llegan o no las ayudas, Iberdrola ha planteado abiertamente que el Gobierno vasco entre en el accionariado de su fábrica de electrolizadores. Desde Petronor, su presidente Emiliano López Atxurra, lanzaba el guante esta semana insinuando que “en la historia del Gobierno vasco, siempre ha estado presente con participaciones empresariales en grandes proyectos de innovación energética”. Recientemente, en la presentación del Corredor Vasco del Hidrógeno fue más esplícito al pedir la implicación de las insituciones

El Gobierno, a través del EVE, mantiene el compromiso de participar en una de las centrales de hidrógeno que va a desarrollar Petronor y ha trasladado el plan de la petrolera del Corredor Vasco del Hidrógeno como uno de los proyectos estratégicos de recuperación (Perte) a los Fondos Europeos. De ser admitido, supondría una ayuda de 220 millones de euros de los Fondos Next Generation EU. Por su parte, Iberdrola ubicará hasta ocho parques eólicos en Euskadi en una sociedad ya creada con el EVE, Aixeindar, y en la que la sociedad del Gobierno vasco ha aportado el 40%. 

Dos fábricas de electrolizadores en Euskadi

Esta misma semana Petronor, la filial de Repsol, anunciaba que arrancará en este 2021 las obras para instalar, posiblemente en Portugalete, una fábrica de electrolizadores. Un proyecto que desarrollará con la ingeniería vasca Sener y un tercer socio tecnológico, la firma belga John Cockerill. La planta contará con una inversión de 120 millones de euros y generará hasta 100 empleos, entre 50 y 60 en la primera fase. Esta fábrica atenderá en primer lugar a Petronor que será el primer cliente para desarrollar sus proyectos de centrales de energía con hidrógeno en su primera fase de trabajo que se estima que se inicie en 2022. Después el objetivo es el de seguir atendiendo las necesidades de un mercado que va a crecer en los próximos años, tal y como explicó el presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra

Por la otra parte, Iberdrola constituía una `joint-venture` con Ingeteam para dar forma a Iberlyzer, una firma cuyo objetivo es también constituir una fábrica de electrolizadores. En este caso, la tecnología la aporta también un tercer socio tecnológico, de Noruega, la compañía Nel que es un referente en este área y que ha desarrollado su propia tecnología. En este caso, la inversión prevista es de 100 millones con una previsión de empleo para 150 personas. El proyecto todavía no está localizado, ni cuenta con calendario, pero el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán señaló que se trata de una apuesta estratégica para "situar a España en la vanguardia tecnológica del hidrógeno para reducir su dependencia del consumo de combustibles fósiles". Iberdrola cuenta en su plan de inversiones con 1.800 millones de euros para desarrollar en los próximos siete años la generación de 800 MW de energía con hidrógeno en las plantas de Fertiberia de Huelva y Puertollano (Ciudad Real). 

Cuatro plantas energéticas con hidrógeno en Euskadi

Pero además de estas infraestructuras, Euskadi contempla ya cuatro plantas para generar energía con hidrógeno. El proyecto más desarrollado es el que Petronor con una inversión de 650 millones de euros para desarrollar tres instalaciones con las que lograr una potencia instalada de 112 MW con hidrógeno renovable. El objetivo es que la primera de ellas esté en funcionamiento en 2022 con una potencia de 2 MW y que servirá para el consumo del Parque Tecnológico de Abanto. La segunda planta generará 10 MW, se ubicará en el Puerto de Bilbao y se desarrollará entre Petronor, el Ente Vasco de la Energía (EVE) y Enagas para abastecer a la planta de combustibles sintéticos. Estará en funcionamiento en 2024. Y, la tercera, prevista para 2026 es la más potente con una capacidad de generación de 100 MW y enfocada al suministro de Petronor.

Sener también, junto a Nortegas y Bizkaia Energía pondrán en marcha con 300 millones de euros una planta de hidrógeno verde en Amorebieta. La inversión está respaldada por dos fondos de inversión (White Summit Capital y Castleton Commodities Internacional). La potencia instalada en esta planta será de 200 MW y las obras también se iniciarán en 2021 con el objetivo de que esté en funcionamiento en 2022. 

Corredor vasco del Hidrógeno

Petronor ha puesto en marcha también el proyecto del Corredor Vasco del Hidrógeno. Es una de las apuestas estratégicas de Repsol en su transformación para la generación de energía sostenible y que se centra en el hidrógeno como combustible al que abrir un mercado con aplicación en diferentes industrias. La inversión asciende a 1.300 millones de euros hasta 2026 con el objetivo de generar hasta 20.000 toneladas de hidrógeno al año a través de 34 iniciativas. El proyecto va más allá de la construcción de una planta generadora de energía verde con hidrógeno y busca trabajar sobre todos los agentes implicados en todo el proceso creando un relato global que cubra desde la generación verde del combustible hasta su consumo, pasando por la comercialización y la promoción de diferentes usos en la industria y en la automoción.

Una batalla de salón

La batalla de salón entre las dos energéticas trasciende estos movimientos en el mapa de Euskadi. Y es que el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética plantea unas penalizaciones a las compañías que generan emisiones con las que financiar parte del coste de las renovables, un esquema que está levantando ampollas en el sector y al que se añade también la carrera por las salidas a bolsa de las nuevas divisiones de renovables de las compañías que buscan financiación. 

Iberdrola y Repsol cuentan con una estrecha relación con el País Vasco. Iberdrola tiene su sede social en Euskadi, además de un origen histórico ligado a esta tierra y a familias como los Galíndez desde Iberduero o el Banco Vizcaya. Por su parte, Repsol tiene a su filial, Petronor, como el principal contribuyente de Bizkaia, además de a su presidente Josu Jon Imaz, que tras dirigir el PNV inició en la refinería una brillante carrera empresarial.

El futuro es incierto, más aún a raíz del terremoto generado por la pandemia que, como una de consecuencias, ha generado un aceleramiento sin precedentes en la evolución de la estrategia energética europea. La apuesta por la descarbonización y el objetivo de ser neutros en emisiones de CO2 en 2050 ya fijó una hora de ruta en 2019 que requería una revisión de las fuentes de energía que empezaba, por supuesto, por dejar de lado el carbón y el petróleo, pero también el gas. Las instituciones europeas señalaron entonces al hidrógeno como la alternativa.

El hidrógeno es un combustible que como señala el coordinador del Foro del Hidrógeno del clúster vasco de la Energía, Elías Unzueta, ”ha tenido altibajos y ahora necesita de la creación y desarrollo de un mercado”. La apuesta europea por el elemento químico más ligero ha desatado una carrera estratégica en la, por un lado, están las compañías que se basan en combustibles fósiles, como el petróleo o el gas, y que buscan una reconversión que les garantice la supervivencia. Y, por el otro, se encuentran otras firmas que sin una dependencia tan marcada de los combustibles sucios buscan una crecimiento y revalorización al albur de las inversiones con Fondos Europeos y el nuevo concepto verde de moda.