Euskaltel ha cerrado una operación con la que obtiene la posibilidad de hacerse con hasta 200 millones de euros de financiación, jugando con esa disposición y su devolución en el corto plazo de un año. Se trata de la obtención de unos recursos a través del sistema de pagarés de empresa en la bolsa de Irlanda. Una línea de financiación alternativa a la bancaria que ha renovado a través de la gestión de Banca March y que llegan en un momento clave de expansión para la compañía naranja que trata de ganar posiciones en el mercado nacional y que espera, de modo inminente, la entrada de un socio para la explotación de su red de fibra.
La operación ha sido coordinada por Banca March, que actuará también como colocador, y que en un comunicado detalla que el programa de renta fija ha sido aprobado este mismo miércoles por Euronext Dublin. Por su parte, Baker McKenzie actuará como asesor legal de este programa de pagarés.
Esta capacidad de financiación de hasta 200 millones de euros supone el 28% de los ingresos que obtuvo la compañía en 2020 y llega en un momento en el que la compañía naranja podría jugar un papel relevante en el mercado nacional convirtiéndose en el cuarto operador si se diera la fusión de Vodafone y MásMóvil. Una operación que permitiría que Euskaltel pudiera hacerse con una serie de activos que Competencia obligará a desprenderse a las fusionadas para evitar concentraciones. Aún así, recientemente, el consejero delegado de MásMóvil, Meinrad Spenger, enfrió la operación señalando que no cree que pueda darse "al menos de momento".
Otra de las vertientes en las que Euskaltel contempla una inversión es en su red de fibra, que llega a más de 2,4 millones de hogares, en su mayoría en Euskadi, pero también en Galicia y Asturias. Para la operación la compañía busca crear una sociedad, FibreCo, con un socio que entraría con el 49% y en el que se apoyaría para afrontar la inversión necesaria para renovar esta red de fibra para que sea óptima en su explotación. Y es que esta está compuesta de fibra en su trazado base, pero ha de modernizarse el cableado desde el tronco general al punto de conexión de la mitad de sus hogares, 1,4 millones de puntos pendientes. Lo que requiere una inversión estimada en unos 360 millones de euros.