El Gobierno de España está forzando una reestructuración del sector aeronáutico con la gestión de la compra de ITP. Las exigencias para que sea una empresa española la que se haga con al aeronáutica vasca están empujando a orientar a los fondos de inversión interesados en vehiculizar sus propuestas a través de compañías nacionales que, de por sí, carecen de los recursos suficientes para hacerse con ITP. A la posibilidad de Aernnova con Towerbrook, se ha añadido en los últimos días la de Aciturri. La compañía castellano-leonesa, con una planta en Euskadi, es otra de las fichas que, con un fondo de inversión, ha aparecido en la partida. En este caso, presenta alguna sinergia mayor por su participación en trabajos en el motor del avión y por una mejor situación financiera.
El anuncio de la venta de ITP realizado por Rolls Royce en diciembre solo fue atendido en el ámbito internacional de la aeronáutica. Lo primeros movimientos se iniciaron desde la empresa alemana MTU Aero Engines y desde los fondos de inversión que están ganando posiciones en el sector Aeronáutico, como Towerbrook (accionista de referencia en Aernnova) con Onex, KKR, Carlyle o CVC. Fue a partir de enero cuando el Gobierno de España, en contacto con la administración vasca, empezó a mover ficha viendo cómo una empresa estratégica y con un importante papel en proyectos de Defensa podía desvincularse de un control nacional, aunque ya el capital era internacional. Así, tanto el secretario general de Industria del Gobierno, Raúl Blanco, como la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, señalaron con claridad las condiciones que la Administración Sánchez iba a marcar para dar su necesario visto bueno a la operación: que se tratara de una empresa española. Una decisión que volvió la mirada a las empresas del sector en España.
Las empresas españolas no tienen capacidad financiera por sí misma para la compra de ITP
El caso es que el sector nacional de la aeronáutica no atraviesa buenos momentos. La crisis de la pandemia ha llegado cuando ya se estaba dejando notar otra previa de carácter estructural y que señalaba la necesidad de una transformación de las aeronaves y sus motores. La crisis de liquidez, la caída de pedidos, los despidos y la aparición de las pérdidas se han convertido en paisaje habitual de enseñas como Aernnova o Aciturri que junto a Alestis (propiedad de Aciturri) forman parte del paisaje aeronáutico español con presencia importante en Euskadi. Ninguna de estas marcas tiene fuerza de por sí para poner encima de la mesa los alrededor de 1.400 millones que Rolls Royce necesita obtener por ITP Aero. La compañía con sede en Zamudio no deja de ser una de las joyas de la corona de la aeronáutica europea. Su nivel técnico, sus proyectos en I+D, la participación en motores estratégicos de Rolls Royce y unas cuentas en 2020, notablemente buenas en el sector, la hacen estratégicamente muy valiosa.
El Gobierno busca vehiculizar el interés de los fondos a través de las compañías que están en España
El Gobierno de España ha buscando unir dos líneas para coordinar la operación: utilizar el dinero de los fondos de inversión y tramitarlo en las empresas, especialmente las ubicadas en Euskadi, para que sean estas las que den ese carácter nacional a la compra de ITP, además de asegurar el proyecto empresarial. La propia Rolls Royce ha confirmado esos contactos con las administraciones. El proceso contemplaría la posibilidad de una concentración de empresas para en un momento en el que todos los analistas esperan un proceso de unión de compañías en el sector aeronáutico. De esta forma, volvería a la palestra la creación de una gran aeronáutica española con Aernnova o Aciturri para, con el dinero de los fondos de inversión y empujadas por la Administración puedan hacerse con ITP Aero. La administración del Estado ya tiene participaciones a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) en Indra y en Alestis -donde cuenta con un 25%, por el 75% de Aciturri-. Además, también desde el Gobierno vasco, la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, ha hecho pública la voluntad de su Ejecutivo de participar en la toma de participaciones empresariales en la operación, siempre y cuando se asegure "el arraigo y el proyecto industrial". El proyecto cuenta con diferentes obstáculos, las sinergias empresariales, la complementariedad de proyectos que se centran en las aeroestructuras o en los motores, o en la aviación militar o la civil, esta mucho más dañada. Y todo en un contexto que se ordena en fruto de los grandes generadores de pedidos intermediados en el sector: Aerbus y Boeing.
La vía de Aciturri se añade a la de Aernnova
En este escenario, se perfilan dos posibilidades para la compra de ITP, la que Towerbrook y Onex desarrollarían desde Aernnova. Y es que el fondo de Towerbrook cuenta con una participación de referencia en la compañía alavesa. Y, por otra parte, la de Aciturri junto con otro de los fondos de inversión. La empresa castellano-leonesa cuenta también con una planta en Berantevilla (Álava) y es una compañía netamente española. Su capital está controlado por la familia Clemente Zárate y ya ha trabajado con la Administración del Estado para hacerse con Alestis, de la que tiene un 75%, por un 25% la SEPI, y que también tiene instalaciones en Euskadi, en el Parque Tecnógico de MIñano. Aciturri, aunque también dedicada a las aeroestructuras, tendría más sinergias con ITP ya que, a diferencia de Aernnova, sí tiene más actividad en el área de motores, además de un ratio financiero más favorable que el de la alavesa.