BasqueVolt, uno de los proyectos estratégicos el País Vasco para subirse al carro de la automoción eléctrica comienza a rodar. Se trata de la gigafactoría que elaborará las celdas de batería que se utilizarán para ensamblar las pilas que impulsarán los vehículos eléctricos. La iniciativa, promovida por CiC Energigune con el respaldo del Gobierno vasco a través del EVE (Ente Vasco de la Energía) prepara la primera fase de sus trabajos en los que comenzará una primera ronda de inversión para captar fondos económicos, incorporar a entre 60 y 80 personas y fichar a un consejero delegado para dirigir estas tareas y en cuya búsqueda se ha puesto a trabajar esta misma semana CiC Energigune.
Búsqueda de inversiones y 60 empleados
El objetivo de BasqueVolt es poder construir fábrica de celdas de batería en estado sólido con una producción de 10GW en 2026. Un escenario en el que emplearía a 800 personas y para el que se desarrollaría una inversión de más de 700 millones de euros. Para conseguir esos objetivos es necesario que se vayan cumpliendo diferentes condiciones. Una de ellas es que la iniciativa, presentada por el Gobierno Vasco al Ejecutivo central para que sea incluido en su plan de transformación eléctrica de la automoción dotada con 4.200 millones de euros, reciba el visto de Europa para los fondos Next Generation EU. De ellos dependen 56 millones de euros, 48 millones del Gobierno de España y 8 millones del Ejecutivo vasco, de los que, como adelantó la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, tendremos noticias en diciembre.
La inversión privada, en cambio, ascenderá a 276 millones y es en la que se debe trabajar desde ya. De ahí que sea uno de los objetivos principales del CEO en cuanto se incorpore, una vez que CiC Energigune termine el proceso de selección que realiza con el apoyo de EIT Innoenergy, una entidad europea que agrupa a empresas, universidades para acelerar proyectos de baterías, hidrógeno verde y energía solar. El grueso de la financiación son los 375 millones de euros que se esperan obtener de los Fondos de Innovación de la Unión Europea, un instrumento de financiación europeo para cumplir con los compromisos de neutralizar la emisión de gases 2050.
Apuesta de Volkswagen
Otra de las claves es que uno de los centros de fabricación de automóviles del entorno elija esa planta como una de las primeras para la fabricación de coches eléctricos. En este sentido, el anuncio de esta semana del consejero delegado de Volkswagen, Ralf Brandstätter, de que su fábrica de Pamplona acogerá la construcción de su modelo urbano ID Life ha sido un espaldarazo. Brandstätter desveló una de las incógnitas que pesaban sobre el futuro de su planta de Landaben (Pamplona), al incluirla en el proyecto junto a la de Barcelona. Ese punto hará necesario que en la capital navarra haya una infraestructura de ensamblaje de baterías que necesite las celdas construidas en la fábrica de BasqueVolt, en Miñano.
BasqueVolt está integrado en un consorcio nacional, Battchain. Se trata de una línea de trabajo que aúna a importantes empresas del sector como Iberdrola, Ingeteam, Fagor Ederlan, Petronor, Enagas, MCC, Irizar, Ormazabal o CIE Automotive, y que agrupa también a las comunidades autónomas de Euskadi, Navarra y Extremadura. El proyecto comprende toda la cadena de valor, desde la extracción del litio en Extremadura, la construcción de las celdas de la batería en BasqueVolt, el ensamblaje de las baterías en Navarra donde participan Fagor e Ingeteam, así como el reciclaje de las unidades de carga una vez agotada su primera vida.
Dos millones para la ampliación del Parque Tecnológico de Miñano
La sede escogida para la gigafactoría es el Parque Tecnológico de Miñano (Álava), un espacio que necesita de una ampliación inicial de al menos 100.000 metros cuadrados que cuenta ya con el respaldo del Parlamento vasco, aunque debe tramitarse en el Ayuntamiento de Vitoria. El Gobierno destinó 2,15 millones de euros, a través de la SPRI, con un decreto publicado el pasado 12 de agosto.