El comité de Tubacex ha rechazado hoy que sea una asamblea de trabajadores la que ratifique el acuerdo con la dirección y se da por válida la ajustada mayoría -7 a 6- que dio el visto bueno al pacto en la asamblea de militantes del viernes. Esto significa que los trabajadores de Tubacex volverán al trabajo en cuanto se firme oficialmente el documento con las condiciones que aceptan ambas partes. Algo que la dirección quiere que se haga de forma inmediata.
De hecho, una vez informado el Gobierno vasco del resultado de la reunión del comité, el departamento de Trabajo está concertando el encuentro con la dirección.
El comité de empresa ha rechazado la pretensión de CCOO de que fuese la asamblea de todos los trabajadores la que ratificara el acuerdo, después de que las asambleas de militantes del viernes, sólo este sindicato y ELA , dieran el visto bueno al acuerdo, Esto otorgaba una ajustada mayoría, de 7 delegado, frente a 6 de STAT, LAB e Independientes. Sin embargo, sólo CCOO ha insistido en la necesidad de dar voz a toda la plantilla, mientras que el resto de los sindicatos han dado por válidas el resultado de sus asambleas, y, por tanto, el acuerdo. Básicamente con el argumento de que es lo que se decidió en el momento en el que el comité suscribió el preacuerdo.
Ya el secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, anticipaba en unas declaraciones a Radio Euskadi este mismo lunes que su sindicato daba por suficiente la mayoría conseguida con CCOO y que no consideraba necesario convocar a toda la plantilla, algo que, por cierto, no se ha hecho en ningún momento de este largo conflicto, pese a las peticiones de otros sindicatos.
El acuerdo pone fin a una de las huelgas más largas de los últimos tiempos, que finaliza con la plantilla dividida sobre el resultado conseguido después de más de siete meses de paro. Estas discrepancias son las que llevaron a que los militantes de STAT, LAB e Independientes no apoyaran el acuerdo el pasado viernes, ya que, pese a que se ha conseguido que la dirección no haga ningún despido y que todas las salidas sean voluntarias o prejubilaciones, y que se retire el recurso ante el Supremo contra la sentencia que anulaba el ERE, la plantilla asume recortes que pasan por la congelación de salarios, la reducción de las aportaciones a la EPSV y el aumento de la jornada laboral en 40 horas. Medidas que estaban sobre la mesa por parte de la dirección antes de que se pusiera en marcha el ERE que desencadenó el conflicto.
De hecho, el voto en contra de la asamblea de afiliados del STAT, el segundo en representación por detrás de ELA, hizo prever el viernes que el acuerdo podía quebrarse en el último minuto, a lo que se sumó después la petición de que el acuerdo se ratificara en asamblea. De hecho, nadie preveía que el acuerdo fuera a sacarse con un apoyo mínimo después de que hubiera sido aprobado por todo el comité a excepción de LAB.
Sin embargo, en la reunión de hoy incluso los que eran partidarios de la asamblea general durante todo el conflicto han preferido hoy zanjar el conflicto cuanto antes sin consultar a la plantilla.
El sindicato STAT ha señalado en un comunicado que siempre ha defendido que las decisiones se tomaran " con un trabajador = un voto", y que tras la reunión del pasado día 30 de septiembre, tras la firma del Principio de Acuerdo planteó realizar una votación general para la ratificación del mismo, algo que fue rechazado, por lo que finalmente han considerado que no era necesario realizar una segunda votación al respecto.
Acuerdo
Las dos partes han tenido que ceder para llegar a este acuerdo. Por un lado, la empresa renunciara los despidos forzosos. Solo habrá salidas voluntarias y se readmiten también a los que se sumaron a las bajas voluntarias al inicio del ERE que quieren reincorporarse a la empresa una vez anulado por el juzgado. Estos trabajadores se reincorporarán en la medida que se produzcan las salidas voluntarias de los trabajadores que están ahora en activo y no tendrán garantizado su puesto de trabajo anterior, ya que estarán sujetos a movilidad dentro de la empresa. Había 22 trabajadores que se sumaron de forma voluntaria al ERE, pero ahora solo ocho están interesados en reincorporarse. Tampoco habrá recurso ante el Tribunal Supremo contra la sentencia que anulaba el ERE. A cambio, habrá congelación salarial hasta 2024, el aumento de la jornada los próximos tres años en 40 horas hasta 1.696 horas, y la reducción de la aportación a la EPSV de 4 al 1%. El convenio actual se prorroga hasta diciembre de 2024.
Las bajas voluntarias contarán con una indemnización de despido improcedente + 3.000 euros, habrá 15 prejubilaciones y excedencias por 5 años incentivadas en 5.000 euros con reserva de puesto de trabajo. El periodo de salidas voluntarias estará abierto hasta el día 20 de octubre.
Un conflicto que se arrastra desde el mes de febrero
El conflicto de Tubacex arrancó en el mes de febrero como protesta por el ERE puesto en marcha por la dirección que incluía el despido de 129 trabajadores. Tras las demandas presentadas por los sindicatos, el TSJPV dio la razón a la plantilla y anuló el Expediente de Regulación de Empleo y los despidos.
La empresa, a la espera del recurso ante el Supremo, anunció que pagaría el sueldo a los trabajadores, pero que no se incoporarían a sus puestos hasta que hubiera sentencia firme. Una decisión que enquistó el conflicto con la presentación del recurso ante el Supremo y su retirada como líneas rojas de ambas partes.
Tras diversos encuentros que no han fructificado, y el traslado de diversas propuestas, el acuerdo llega en un momento en el que la situación de la plantilla estaba ya al límite, después de tantos meses de huelga y las plantas de Amurrio y Llodio entraban ya en serio peligro al estar paradas y no poder acceder a pedidos.
La empresa ha alertado en diversas ocasiones de que se estaba poniendo en peligro la continuidad de las plantas., así que el acuerdo abre ahora un periodo de recuperación de los contratos perdidos durante este periodo de inactividad.