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Kutxabank relega a la Vital y le deja con un representante en el consejo

El vicepresidente segundo de la entidad, Juan María Ollora, que fue designado por la Vital, abandona el consejo de administración y será sustituido por una propuesta de BBK que elevaría sus representación de acuerdo al 57% de su accionariado

15 noviembre, 2021 05:00

La útlima renovación de cargos realizada por Kutxabank en su consejo de administración ha cambiado el equilibrio que desde la fusión de las cajas de ahorro de Euskadi se mantenía en la representación de las entidades fundadoras. Así, las antiguas cajas de ahorro se habían reservado 8 representantes en el máximo órgano de gobierno de la entidad financiera que se repartían con 3 puestos para las fundaciones bancarias de BBK y Kutxa cada una, y dos para la Vital. Según ha confirmado 'Crónica Vasca', del consejo acaba de salir Juan María Ollora que era vicepresidente segundo de la entidad y que había sido nombrado por la fundación alavesa. Un puesto que ahora va a ocupar alguien nombrado por la BBK, que ha quedado encargada de plantear un nuevo perfil a la comisión de nombramientos en la última Junta General de Accionistas. De este modo, la Vital quedará solo con un representante en el consejo.

La salida del consejo del que fuera diputado general de Álava y un destacado dirigente del PNV, Juan Mari Ollora, evidencia las tensiones políticas y territoriales que siguen palpitando entre las propietarias de Kutxabank, las fundaciones bancarias en que se convirtieron las antiguas cajas BBK, Kutxa y Vital y que se reparten el accionariado con un 57%, un 32% y un 11% respectivamente. Con este movimiento, la alavesa quedará con un solo representante por los cuatro de BBK y los tres de Kutxa. Atendiendo al reparto del accionariado esta nueva distribución sería más representativa y ajustada al peso de cada entidad y comenzaría a invertir una situación que generaba cierto sentimiento de agravio en BBK.

En el reglamento del consejo de administración no se recoge un número concreto de miembros que sea necesario para formar el órgano de gobierno, solo se estipula que deberá ser de entre 10 y 20 y, sobre el peso de las fundaciones, solo se refiere que el número de consejeros deberá ser el "más adecuado para asegurar la debida representatividad". En cualquier caso, desde la fusión de las cajas siempre se había mantenido ese equilibrio de tres asientos para BBK y otros tantos para Kutxa, por dos para la Vital como un modo de mantener el espíritu de la fusión. Además, las vicepresidencias se habían repartido, una para Kutxa que ejerció Xabier Iturbe, sustituido después por Rosa Fátima Leal, y la otra para la Vital con Juan María Ollora. 

El caso es que el 30 de septiembre en la última Junta General de Accionistas, órgano de Kutxabank que acoge a su consejo y a los patronatos de las tres fundaciones bancarias propietarias, además de la vuelta al reparto de dividendos de las fundaciones, se tramitó la salida del vicepresidente segundo, Juan Mari Ollora, y la renovación de los dos miembros del consejo que expiraban en su mandato, Jorge Sánchez (nombrado por la Vital) y José Miguel Martín Herrera (por parte de Kutxa). Un movimiento del que no se informó a la espera de un nuevo nombramiento que sustituya al alavés Ollora. Tarea que la BBK asumió con el compromiso de plantear un candidato a la comisión de nombramientos. 

Problemas con el ratio de independientes

Estos cambios en el consejo no resuelven uno de los problemas de la entidad con los reguladores del Banco de España y el Banco Central Europeo. Se trata del número de independientes en el consejo de administración, cuestión que el propio gobernador del Banco de España, Ángel Hernández de Cos, deslizó en su última visita a Euskadi, al recordar en un acto con el presidente de Kutxbank, Gregorio Villalabeitia, la importancia del peso a los independientes en los órganos de gobierno de los bancos.

El compromiso de Kutxabank en el reglamento de su consejo de administración sobre el número de independientes no va más allá de que sea "razonable" con, al menos, un tercio. Es el ratio más bajo de los bancos que operan en España que, en todos los casos, supera el 50%.

Tras la crisis financiera de 2008 y tras el fracaso de gestión de las cajas de ahorro, los reguladores bancarios se esforzaron por evitar la entrada de políticos en los bancos. Aunque Kutxabank presentaba una gestión muy sólida que escapaba al paisanaje del resto de las cajas, el esfuerzo por desterrar la sombra del control político ha sido una dinámica que ha tratado de trasladarse a los nombramientos de sus órganos de gobierno, aunque las influencias no han cesado, así como los roces y reproches cuando, sobre todo con la desinversión de empresas vascas a la que se ha visto forzada la entidad