Esta semana el sector del vino ha vivido una intensa reacción ante el planteamiento del PNV de modificar la legislación que regula las denominaciones de origen para abrir la puerta a la creación de una denominación en Rioja Alavesa al amparo de Rioja DOCa. La falta de apoyo explícito en las bodegas y la fuerte reacción política generada en La Rioja han hecho a los jeltzales aparcar la iniciativa y dar marcha atrás.
Es la segunda alternativa con la que los nacionalistas fracasan, tras la propuesta más rupturista de 'Viñedos de Álava', en el intento de dar una solución política a un problema real y grave que viven los bodegueros de Rioja Alavesa. Y es que en la denominación de origen Rioja existen tres zonas: Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rioja Oriental. Comarcas con importantes diferencias en los suelos, tipo de cultivo, altura, tipología de fincas e, incluso en el acceso a ellas, así como en las posibilidades de trabajar o no con maquinaria agrícola.
A estos matices técnicos se añaden otros empresariales. En la denominación conviven muy diferentes tipos de compañías, algunas gigantes con capital internacional en sus accionariados y otras familiares. Las diferencias de tipo de negocio que generan estas naturalezas empresariales son enormes. Unas bodegas van hacia grandes producciones con bajos precios de venta y, las otras, buscan la excelencia para vender más caro sobre producciones mucho más escasas. Mientras en el sector, los profesionales apuntan a que los mercados maduros del vino, piden más diferenciación dentro de las denominaciones de origen.
Así las cosas, es cierto que todos los planteamientos que han llegado al Consejo regulador de la Denominación de Origen Rioja para intentar avanzar en una mayor diferenciación, han sido rechazados en una representación de fuerzas que prima a las grandes bodegas.
Jóvenes bodegueros y ABRA
Hace unos años, cuando las siguientes generaciones de bodegas familiares se ponían al frente de la gestión del negocio esta situación empezó a hacerse notar. Estos nuevos gestores, ante los cambios de mercado, veían que su negocio solo podría prosperar e intentaban reclamar más espacio a la diferenciación. Muchos de ellos, llegaron a ABRA (Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa) y desde su junta directiva comenzaron a explicar con más intensidad la situación. Desde ese momento, y gracias a su fluida interlocución con el Gobierno vasco, esta institución se convertirá en una pieza clave para reclamar un cambio.
El viceconsejero Bittor Oroz
Fue entonces, en torno a 2013 cuando el viceconsejero de Política Agroalimentaria, Bittor Oroz, comenzó a recibir estos mensajes. Su perfil de gestor eficaz y de solucionador de problemas le llevó a tomar cartas en el asunto para intentar buscar soluciones. Ganaba entonces fuerza la posibilidad de crear una denominación de origen alternativa en la que los bodegueros pequeños pudieran escapar de las directrices de los grandes productores. Su papel ha sido determinante.
Fernando Salamero
Entonces al frente de una de las bodegas más antiguas y más importantes, Marqués de Riscal, y también al frente de Consejo Regulador de Rioja entre 2017 y 2021, estaba el alavés Fernando Salamero. Los intentos por avanzar en la diferenciación no avanzaron mucho, solo la posibilidad de escribir en la etiqueta 'Rioja Alavesa'. No era suficiente y en Rioja el enfrentamiento sordo de pequeñas y grandes bodegas empezaba a crecer.
Artadi
Se trata de una de las bodegas más reconocidas ubicadas en Rioja Alavesa. Una de las más premiadas y con un prestigio internacional de calidad indiscutido gracias a la labor de enología de Juan Carlos López de la Calle. Esta bodega nombró al 'elefante' en la habitación y tras varios problemas con el consejo regulador de Rioja por dificultar la diferenciación de sus vinos anunció que abandonaba la DOCa. Fue un terremoto, la demostración de que algo pasaba en el sector y una apuesta de éxito que daba el primer paso avivando los planes de buscar ya una solución si no se dejaba a Rioja Alavesa reivindicar un carácter propio.
Viñedos de Álava
En 2016, en un movimiento con un punto de sorpresa, ABRA, presentó la solicitud al Gobierno vasco para crear una denominación propia 'Viñedos de Álava'. Estalló la polémica porque se calcularon desde la organización en unas 40 bodegas las que lo pedían, pero muy pocas lo reivindicaron públicamente, mientras que la mayoría de los socios de la asociación censuraron la maniobra generando una grave crisis interna. Comenzó el granizado político sobre las viñas del norte del Ebro, así como una paulatina pérdida de apoyos de la iniciativa, incluso en quiénes estuvieron en la primera hora de su reivindicación.
División en el PNV
Muchas bodegas sintieron vértigo de perder el amparo comercial de Rioja para vender sus vinos y otras se debatían entre el miedo al frío invierno que suponía empezar de cero o seguir en la DOCa, a pesar de sus problemas. 'Viñedos de Álava', a pesar de comenzó su tramitación administrativa, no prosperaba y personajes del vino influyentes empezaron a terciar para que el PNV frenara la estrategia. Hombres de vino como Gonzalo Saénz de Samaniego, que fue consejero de Agricultura con Ibarretxe y cuya familia gestiona la bodega Ostatu, intervino para reconducir las cosas. Más tarde otras referencias de calidad de la comarca como Juan Luis Cañas o las bodegas asociadas en Araex, cuando menos, no respaldaban el plan de 'Viñedos de Álava', que iba perdiendo fuerza.
Los bodegueros guardaban silencio en público sobre la cuestión, pero se mostraban muy temerosos de perder una de las herramientas clave para abrirse hueco en mercados internacionales, la marca Rioja.
Eduardo Aguinaco
Fue entonces cuando el diputado de Agricultura de Álava, Eduardo Aginaco, buen conocedor del agro alavés, terció y modificó el discurso del diputado general, Ramiro González. La Diputación de Álava se desmarcó de la iniciativa propulsada por Bittor Oroz y comenzó a reclamar la necesidad de una diferenciación, pero sin salir de Rioja DOCa. Esta opción, la de crear una subdenominación propia en el seno de Rioja, fue cogiendo fuerza y enarbola, además, el ejemplo de Burdeos que cuenta con un complejo sistema para diferenciar territorios vinícolas por carácter geográfico. En total hay alrededor de 60 demarcaciones, algunas tan conocidas como Saint Émilion.
Este era precisamente el objetivo de la proposición de ley del PNV que se iba a debatir en el Congreso. Una vía que suponía reconocer el fracaso de 'Viñedos de Álava', y que buscaba la diferenciación en el seno de la denominación. La reacción política en La Rioja y en el Consejo Regulador han llevado al PNV a dar marcha atrás y volver a una vía más discreta, a través del diálogo con el Ministerio de Agricultura.
El problema persiste, la falta de diferenciación que reclaman personajes del vino nada sospechosos de nacionalistas como Luis Gutiérrez, el catador de Parker en España, José Peñín o las más importantes bodegas de España. Muchos de ellos, hasta 150, suscribieron un manifiesto por la diferenciación en las denominaciones en el prestigioso club Matador de Madrid. La complicación es ver cómo afrontar la solución sin que la política se atragante con el vino de Rioja Alavesa.