Las gasolineras vascas buscan hueco en la transición energética
Apuestan por ampliar su oferta con alternativas al gasóleo y la gasolina para no quedarse fuera de la transición a las cero emisiones
30 enero, 2022 05:00Las estaciones de servicio vascas buscan hueco en la transición energética y están realizando una apuesta importante por instalar en sus espacios fuentes de energía alternativa, preparándose para el progresivo menor peso del gasóleo y la gasolina en sus ventas.
El proceso es lento y será largo, en un camino en el el que deberán ir adaptándose a la evolución del parque automovilístico.
Actualmente en Euskadi hay 301 Estaciones de de Servicio, de las que 35 tienen surtidores de Gas Licuado del Petróleo (GLP), 7 ofrecen Gas Natural Comprimido (GNC) y 5 Gas Natural Licuado (GNL) como combustibles alternativos a los tradicionales.
El primero, el GLP o autogás tiene emisiones de dióxido de carbono, en torno a un 35% inferiores a las del gasóleo. Las dos segundas alternativas se consideran más sostenibles desde el medio ambiente. El GNC es el gas natural almacenado a altas presiones. Se utiliza en vehículos ligeros y algunos vehículos pesados, como autobuses. El GNL es gas natural en estado líquido, criogenizado a -161ºC. Se utiliza en transporte pesado, sobre todo de larga distancia, ya que proporciona una mayor autonomía. Estas dos apuestas energéticas suponen la eliminación total de las emisiones de azufre y una reducción de las emisiones de monóxido de carbono y de CO2 de hasta un 25%.
El núnero de estaciones de servicio con oferta de gas "pueden parecer muy pocas, y de hecho están por debajo de ciudades como Barcelona o Madrid. Sin embargo, los surtidores vascos de GNL y de GNC son los mismas aproximadamente que tienen Andalucía, Castilla-León, Castilla-La Mancha o Comunidad Valenciana, con la gran diferencia que País Vasco tiene un territorio mucho menor", según señalan desde Gasnam, asociación que fomenta el transporte sostenible mediante gas e hidrógeno. "Y la apuesta vasca está muy por de otras comunidades autónomas como Galicia, Extremadura o Asturias".
"Tendría que haber muchas más" señala Nuria Lekue, presidenta de la Asociación de Estaciones de Servicio de Bizkaia (Estaserbi) y vicepresidenta de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), que considera que es "un error" que se esté apostando tanto por el vehículo eléctrico en detrimento de potenciar "otros combustibles que pueden contrubuir ya a la reducción de las emisiones", dice. "Hay tender a la apuesta por la neutralidad tecnológica para buscar la reducción de emisiones".
"La realidad es tozuda y ya se empieza a hablar de otras energías alternativas para la movilidad como el gas o el hidrógeno o los ecocombustibles", como fórmula para adelantar la transición hacia las emisiones cero "y las estaciones de servicio queremos poner nuestro grano de arena en esa transición". Por eso, apuestan por el gas, dice y lo harán en su día con las hidrogeneras, " a medida que aumente la demanda".
De momento los puntos de recarga eléctrica de automóviles se están instalando más que nada en aparcamientos privados o públicos. De hecho, considera un error que la ley haga una distribución de los puntos de recarga obligatorios en función de las ventas.
En concreto, las gasolineras con ventas de más de 10 millones de litros de gasolinas y gasóleos en 2019 deberán instalar al menos un punto de recarga de 150 kW en febrero de 2023. Más de 200 gasolineras están incluidas en este grupo, pero según Lekue, las concentrará en puntos muy determinados, dejando desabastecidos muchos lugares de la geografía.
Teniendo en cuenta que precisan de una fuerte inversión por parte del propietario de la estación de servicio, que según recuerda Lekue, son muchas veces pymes, cree que debería promocionarse desde las administraciones que la mayoría de estos puntos estuvieran en gasolineras, distribuidos geográficamente, no solo por ventas, en los que "tendrían un mantenimiento del que no cuentan ahora en algunos de los parkings en los que están instalados".
En cualquier caso, la presidenta de Estaserbi considera que el problema de que el coche eléctrico no acabe de cuajar en las ventas no está en la falta de puntos de carga.
De hecho señala que hay "un estación de servicio por cada 300 vehículos. Si en cada estación de servicio hay cuatro posiciones de repostaje (surtidores) hay una posición para cada 75 vehículos. Esto contrasta con que hay un poste de carga eléctrica por cada 6 vehículos eléctricos".
"Sí hay recargas, lo que no hay de momento son coches eléctricos suficientes", dice. Por lo que aboga por potenciar otras alternativas como el gas o el hidrógeno en la carrera por la movilidad. "Apostar por una neutralidad tecnológica para buscar las bajas emisiones".
Las Estaciones de Servicio están intentando subirse a la ola del cambio hacia la transición energética, conscientes de que si esta transición se hace de "forma desordenada", supondrá el cierre de muchas de las gasolineras que hay en la actualidad.
De entrada, no pasan ahora por uno de sus mejores momentos, muy tocadas por la falta de movilidad que impuso la pandemia. "Seguimos teniendo un 20% menos de ventas que las habituales antes de la pandemia", dice, lastrados porque la movilidad no es la misma que antes del covid, y porque "se ha impuesto mucho el teletrabajo".