25 días después de que la guerra reventase todas las expectativas económicas con una "emergencia energética" según el Gobierno vasco, las empresas vascas cotizadas arrancan una nueva semana -la que, salvo acuerdo de paz, verá al conflicto ucraniano cumplir un mes desde su comienzo- con un ojo en la Bolsa. Los parqués españoles están ahora prácticamente igual que al comienzo de la invasión, pero han dejado ganadores y perdedores entre las cotizadas, que han visto comportamientos distintos en sus valores a lo largo de estas últimas semanas.
Entre las vascas, el patrón de cotización deja como grandes ganadoras a las renovables. La crisis de costes energéticos y la alta dependencia del gas ruso ha provocado que las instituciones doblen su apuesta por unas energías más baratas, no contaminantes y que reducen la dependencia de la geopolítica. Todas las cotizadas vascas del sector han visto crecimientos en el valor de sus acciones, pero quizá el mejor ejemplo de esto es Siemens Gamesa. La compañía, con sede todavía en Zamudio a pesar del runrún creciente en torno a una venta de su negocio de renovables, ha visto crecer el valor de sus acciones de 18,12 a 18,20 euros. Es un crecimiento pequeño, pero se da en una empresa que parecía encontrarse al borde del abismo -señalada directamente desde la dirección de la matriz- y que ahora parece haber levantado cabeza y despertar un mayor interés.
Iberdrola, que ha pedido a las instituciones acelerar en el proceso de electrificación y fortalecer la "Unión Energética" en Europa, también ha visto crecer el valor de sus acciones a pesar del conflicto. La compañía que lidera Ignacio Sánchez Galán ha visto crecer el valor de sus acciones de 9,43 a 9,75 euros.
Electrointensivas y automoción, los sectores más castigados
En el lado contrario de la balanza están las empresas que más están pagando la crisis energética: las industrias electrointensivas. Representadas en Euskadi por Iberpapel. La papelera donostiarra ha sufrido una caída del 10% en el valor de sus acciones, pasando de 17,55 a 15,90 en apenas tres semanas. Junto a ella, Vidrala -a la que los costes energéticos le echaron por tierra una importante porción de sus beneficios en un 2021 récord en ventas- también se ha dejado un 8% de su valor en Bolsa, cayendo de 69,90 a 64,50.
A estas industrias dependientes de la industria se suman como grandes perdedores la automoción vasca, impactada de forma directa por los problemas para obtener materias primas y, en menor medida, por el cierre del mercado ruso. Gestamp ha visto caer sus participaciones en bolsa un 15% -de 3,68 euros a 3,14- y CIE Automotive se ha desplomado un 13%: de 23,78 a 20,70 en el valor de sus acciones.
Estabilidad en las tuberas vascas
Sin ganar o perder, sino exactamente igual que al comienzo de la crisis es como están las tubulares vascas. Las acciones de Tubos Reunidos han caído de 0,35 a 0,33 mientras Tubacex se ha quedado en los mismos 1,72 euros con los que arrancó la crisis. Habrá que ver si un acelerón definitivo a los proyectos de gasoductos e hidroductos como el que proponía el Gobierno de Pedro Sánchez ayudan a generar una mayor ilusión por hacerse con participaciones de estas empresas cotizadas.
Entre el resto de las cotizadas vascas, Dominion ha visto caer sus acciones de 4,27 a 3,89 euros, Faes Farma baja de 3,49 a 3,34, Vocento se acerca al euro por participación de la compañía (0,96 euros), CAF se ha perdido más de un euro pasando de 33,05 a 31,80 y Viscofan ha pasado de 54,65 a 53,45 al cierre de los mercados el pasado viernes.