Las eólicas de todo el continente inauguran este martes por todo lo alto su cumbre europea en Bilbao. Wind Europe da oficialmente este martes su pistoletazo de salida con la presencia del lehendakari Urkullu y del rey Felipe VI en un momento de dulce para las firmas del sector. La guerra en Ucrania ha redoblado la apuesta por la autonomía energética en toda la Unión y Bruselas sabe que ese camino pasa por las renovables. Un sector que, en el caso de las eólicas, venía arrastrando problemas de rentabilidad en su división terrestre y que ahora aspira a poder repercutir mejor sus costes ante la alta demanda de energías verdes y propias entre el club de los 27.
Siemens Gamesa, que venía arrastrando durante los últimos meses un escenario muy delicado en su división de eólica terrestre, cree ahora tener una ventana de oportunidad ante la falta de rentabilidad para recuperarla. No será una tarea fácil en una firma que sigue acumulando pérdidas: en su primer trimestre del nuevo año fiscal se ha dejado 403 millones de euros. Pese a ello la firma de Zamudio trabaja en una subida de los costes que responda a los aumentos que ellos están experimentando en materias primas, energía y logística. Lo cual no ha acallado los rumores en torno a una segregación de la antigua Gamesa respecto de Siemens Energy, pero en el seno de la compañía sí se entiende como un "aldabonazo" la búsqueda de una política energética que sea menos vulnerable ante los movimientos geopolíticos.
Sostenibilidad, hidrógeno verde y eólica marina
Es en medio de este momento dulce entre los sinsabores de los últimos años cuando Siemens Gamesa llega a Wind Europe. Una cita en la que la compañía casi juega de anfitriona -es el único fabricante que toma la palabra en la jornada inaugural de la cumbre- en un momento muy oportuno para ella. En el centro del debate, según fuentes del sector, las eólicas europeas quieren reflexionar sobre tres asuntos. Por un lado, la sostenibilidad de las propias renovables. Un punto en el que Siemens Gamesa juega en una posición muy ventajosa: la firma presentó en septiembre del año pasado las primeras palas renovables del mercado.
La ventana de oportunidad que abre el impulso a las eólicas permitirá también adentrarse en mejorar la competitividad del hidrógeno verde. Una energía interesante, pero que todavía tiene pendiente la asignatura de los electrolizadores, que deben ser más eficaces para que sea competitiva. La disponibilidad de electricidad generada con energías verdes también supone un reto donde los aerogeneradores de Siemens Gamesa también podría jugar un papel relevante, porque serán necesarios más parques eólicos, aunque con un menor margen para repercutir costes. En cualquier caso, la empresa ya subrayó este aspecto del hidrógeno verde en el "Libro blanco del hidrógeno verde" que presentó en junio de 2021.
De otro lado están las oportunidades de la eólica marina. Un terreno que pilla a Gamesa mucho más desprotegida, ya que ahí el fuerte del matrimonio es Siemens. Y es que en tierra hay más problemas de gestión administrativa, el viento escasea más, son necesarios más molinos porque son más pequeños, el mantenimiento se complica, la construcción es más compleja... En cambio el mar ofrece con más seguridad las 5.000 horas de viento base necesarias, además con más regularidad y constancia. Por otro lado, la offshore permite construir un molino que vale por tres de los de la eólica de tierra, luego su rentabilidad es mayor. De ahí que sea la parte onshore del negocio de Siemens Gamesa la que está dando una serie de problemas graves de compleja solución.
Esta oportunidad quedará más en manos de otras firmas como Saitec, que ya ha presentado ante el Ministerio de Transción Ecológica su interés por instalar tres aerogeneradores de la altura de un edificio de 36 plantas y capaces de generar 15 MW de potencia cada uno frente a la costa de Armintza. Como paso previo, la firma botará este año un prototipo de molino flotante.
Una mayor cartera de clientes
Sea como sea, la cumbre europea saldrá como una más que previsible insistencia en la necesidad de implantar más parques eólicos, algo que ya ha deslizado este lunes Juan Virgilio, el director general de la AEE, la Asociación Empresarial Eólica. Algo que en Euskadi ya está en marcha en una carrera por llegar hasta los 783 MW de potencia eólica instalada en la comunidad autónoma para 2030 que mantiene implicadas a firmas como Fisterra Energy, la noruega Stakraft, Capital Energy o Iberdrola, estas dos últimas clientes de Siemens Gamesa, lo que también permitirá aumentar las carteras de pedidos y clientes para Gamesa en su división terrestre. La ventana de oportunidad se ensancha en Wind Europe; dependerá de la eólica de Zamudio aprovecharla o no.