Con las espadas en todo lo alto. Así llegan sindicatos y dirección de Mercedes Vitoria a una reunión que puede ser clave para que salga adelante un convenio laboral que tiene la llave de la inversión de 1.230 millones que garantice el futuro de la factoría más grande de Euskadi. Sin la sexta noche encima de la mesa -la dirección tendrá que oficializarlo allí aunque se desvelase esa incógnita el viernes-, todas las fuentes consultadas por 'Crónica Vasca' coinciden en lo mismo: "la clave va a estar en el IPC y la subida salarial". En un encuentro que se ha convertido en trilateral entre dirección, sindicatos huelguistas y mayoría del comité de empresa, hará falta un acuerdo que satisfaga a dos de las tres partes para que la situación se desbloquee en un encuentro sobre el que el entorno de las tres partes coinciden en que es crucial. "O se arregla todo o esto se enquista y se pone feo", señalan fuentes consultadas por este diario.

Ese es el gran temor de todas las partes: que la reunión concluya sin acuerdo y esto conduzca a un impás nuevo de huelgas que pueden no hacer más que enquistar todavía más un conflicto que algunos ya señalan como una guerra que ha entrado en el terreno de lo personal. La necesidad de un acuerdo es prácticamente en lo único que coinciden los tres núcleos de la negociación, pero el problema reside precisamente ahí: en qué acuerdo es válido para las partes. Con la sexta noche fuera de juego tras la petición de UGT y CCOO -algo que sentó mal en el seno de los sindicatos nacionalistas, que interpretaron que la mayoría del comité que está fuera de la huelga buscaba "apuntarse ese tanto"-, la clave en esta reunión pasará por la subida salarial, de la que las centrales piden que sea al nivel del IPC. Con el 10,2% de inflación actual y el 6,5% en el que cerró el 2021 habrá que ver cuál es la cifra que satisface a cada uno de los sindicatos para cerrar el acuerdo.

 

Igor Guevara ya dejó claro en este periódico este domingo que, en este punto, la clave entre los sindicatos nacionalistas pasa por el salario del 2021, del que la dirección nunca ha ofrecido ningún aumento a posteriori. Los avances en cuanto al salario de 2022 fueron los que hicieron que CCOO, UGT, PIM y Ekintza se desmarcasen de la huelga, cuando el equipo de Emilio Titos puso encima de la mesa una subida del 5% del salario para 2022 y una subida del 2% para el resto de los cursos hasta 2026. En el caso de ELA, LAB y ESK, se admite que se vaya revisando la subida salarial de 2022 a 2026 siempre que el compromiso pase por que al final del convenio no se haya perdido poder adquisitivo. A esa propuesta se sumará saber qué ocurre con el resto de condiciones. La dirección ofreció hace una semana una paga extra más de 750 euros anuales que se cobraría cada septiembre empezando desde este mismo año y también algunas mejoras en flexibilidad que deberán reescribirse ahora sin la sexta noche de trabajo en la factoría.

Si no hay acuerdo, entonces sería cuando las cosas realmente se complicarían en un conflicto que previsiblemente mantendría unas huelgas que están lastrando la productividad de Mercedes: la factoría de Vitoria ha estado parada ya en seis ocasiones en menos de un mes y, de no haber un acuerdo este mismo martes, corre el riesgo de que esa cifra suba a nueve esta misma semana. Es decir, que en uno de cada tres días naturales la planta más grande de Euskadi habrá estado parada desde mediados de junio hasta mediados de julio... y las expectativas serían de continuidad de los paros en una planta que, según reveló la dirección en el encuentro del pasado jueves, Alemania quiere que se retome la producción a un ritmo normal.

Una pancarta llamando a la unidad sindical durante la manifestación convocada durante la huelga en Mercedes Vitoria / EFE

Diálogo roto en el comité

En el comité de empresa, mientras, la guerra es total. Los sindicatos nacionalistas fueron muy duros en su comunicado de viernes con una UGT a la que acusaron de tratar a la plantilla "de tonta" y de estar montando "un teatro". ELA, LAB y ESK no consideran avances la última propuesta antes de que la dirección descartase de la sexta noche -de lo que estas centrales dicen no saber nada- y creen que se ha dado un "conchaveo" entre la dirección y la mayoría del comité de empresa. Igor Guevara señaló este domingo a UGT, CCOO, PIM y Ekintza por querer "hacerse la foto" durante las primeras huelgas y el comunicado de los sindicatos nacionalistas fue claro. "Damos por imposible cualquier entendimiento con UGT, que claramente ha perdido el norte mintiendo a la plantilla, haciendo del Comité un circo bochornoso, con bandazos y giros de guión que no solo son surrealistas para nosotros, sino para la mayor parte de la plantilla", rezaba el comunicado del viernes.

Ese último aspecto es la clave que tratarán de explotar los sindicatos que mantienen la huelga: que los trabajadores se han posicionado del lado de quienes mantienen los paros, siguiéndolos masivamente durante la semana pasada a pesar del desmarque de UGT, CCOO, PIM y Ekintza. Hay quien ha llegado a hablar de afiliados y delegados de UGT participando en la huelga -aspecto que no ha podido verificar este periódico- y ahí es donde las centrales nacionalistas saben que tienen la sartén por el mango: la plantilla, por el momento, no da por bueno lo prometido por la empresa. Por eso se subraya en el comunicado del pasado viernes la idea de "que nadie decida sobre las condiciones que no le afectan": porque una asamblea de trabajadores podría mantener las huelgas y rechazar lo que pacten los sindicatos no huelguistas con la dirección.

Mientras, el lado institucional ha sido claro en su posicionamiento sobre la necesidad de un acuerdo. Lo han reiterado por activa y por pasiva la consejera Tapia, el lehendakari Urkullu durante su visita a Alemania, este lunes el viceconsejero de Industria Mikel Amundarain, martes tras martes el diputado alavés Ramiro González tras los consejos de diputados. La inversión de 1.230 millones se sabe clave para la continuidad de una empresa en torno a la que hay 30.000 trabajadores entre la propia Mercedes y sus industrias auxiliares. Varias fuentes subrayan a este periódico la importancia de esa inversión y el "desastre" que supondría que la garantía de un futuro electrificado para Mercedes Vitoria, se esfumase. "Esto no puede ser una nueva Detroit o una nueva Nissan", expresan fuentes cercanas a la negociación.