Gregorio Villalabeitia, presidente de Kutxabank / Europa Press

Gregorio Villalabeitia, presidente de Kutxabank / Europa Press

Empresas

Kutxabank vuelve a hacer caja con la salida de otro pilar empresarial de Euskadi

La venta del 15% de la propiedad de Ibermática permite al banco vasco dar otro paso en la política de desinversiones en empresas estratégicas

24 agosto, 2022 17:57

Kutxabank ha dado el paso final para retirarse del capital de Ibermática, con peso económico específico en el entramado económico de Euskadi y referente vasco en el sector. La compra por parte de la sevillana Ayesa del 100% del accionariado de la tecnológica con sede en Donostia, más allá de suponer la fuga de la propiedad de otra gran empresa lejos de Euskadi, permite a la entidad financiera vasca dar un salto vital en la política de desinversiones en compañías estratégicas y seguir generando ingresos para centrarse en el negocio bancario.

Tal es así que, descontando la venta del 15% del accionariado de Ibermática que aun tenía en el bolsillo, las grandes empresas vascas a las que el banco de Gregorio Villalabeitia aporta sostén se cuentan con los dedos de una mano: aun conserva algo menos del 15% en CAF, Petronor e Ingeteam y ostenta una participación cercana al 2% en Iberdrola.

La salida de Ibermática en el caso de Kutxabank, y si bien el aterrizaje de Ayesa sí ha sido una sorpresa, venía de lejos. La banca vasca ha sido pata fundamental de la firma informática fundada en 1973 y que ha contado siempre con el respaldo del Gobierno vasco (José Luis Larrea, consejero de Hacienda en la primera mitad de la década de 1990, fue presidente de la compañía 18 años, entre 1995 y 2013), llegando a asumir Kutxabank en el momento de su gestación tras la fusión de las cajas de ahorros más de la mitad del capital.

Sede Ibermática

Sede Ibermática

Ya en 2012, antes del desembarco de ProA Capital, el banco que se generó tras la fusión de BBK, Kutxa y Vital se deshizo de un 4% de la propiedad, que colocó al grupo ONCE, para quedarse con el 48% de la informática. Un movimiento que se explicó en su momento como necesidad para evitar penalizaciones con las nuevas normas de solvencia de Basilea III. Un año después la entrada de ProA permitía al banco vasco reducir el porcentaje hasta el 15%, que ha conservado hasta que ha aparecido la oportunidad de salir de forma definitiva.

Lo cierto es que el interés de Ayesa por la tecnológica donostiarra ha venido bien no solo a ProA, principal accionista hasta ahora, también a los minoritarios Kutxabank y ONCE, si bien ninguna de las partes ha querido dar detalles sobre cómo se ha fraguado una operación anunciada en pleno agosto. Además, un grupo de directivos conservaba una parte minoritaria de las acciones que también pasa a manos de la compañía con sede en Sevilla.