Poco a poco, silenciosamente, pero Enagás lleva todo el verano cumpliendo la promesa que formuló Díez de Ulzurrun allá por junio en la Cámara de Comercio de Bilbao: el llenado total del depósito de Gaviota para hacer frente a un invierno que puede ser el más complicado que se recuerde para el abastecimiento de gas. El anuncio se diluyó entre referencias a la situación con Argelia a cuenta del Sáhara Occidental y el gas de Subijana, pero la realidad se ha ido imponiendo y el depósito frente a Matxitxako, después de dos meses de inyecciones quintuplicadas para llegar a tiempo para otoño, roza su completa capacidad. El antiguo yacimiento submarino, antaño propiedad de Repsol y ahora en manos de Enagás cuenta ahora mismo con un total de 28.683 millones de KWh, el equivalente a algo más de 2.700 millones de metros cúbicos de gas, la capacidad máxima del depósito.
Una vez concluida la explotación de la antigua bolsa de gas, ahora la infraestructura vuelve a jugar un papel clave una vez el grifo del gas ruso, el Nord Stream 1, está cerrado. Tocará mirar a otras vías como Argelia o los buques gaseros, con las oportunidades que supone eso para Bahía Bizkaia Gas (BBG) e incluso el segundo cargadero de gas en el Puerto, sobre el que ya empiezan a surgir las prisas por su licitación y el interés de alguna empresa. Sin embargo, esta infraestructura, capaz de abastecer energéticamente a Euskadi durante cuatro o cinco meses excluyendo su uso para generar otras fuentes de energía.
De esos cerca de 2.700 millones de metros cúbicos de gas con los que cuenta el depósito de Gaviota, 979 son de gas útil, 567 de gas colchón para el depósito que se podría extraer y otros 1.134 millones de metros cúbicos intocables. Enagás lleva desde marzo inyectando gas como norma general y aumentando el ritmo de inyecciones mes a mes. Los 810 millones de KWh de junio -una cifra que supone el quíntuple que en el mismo mes de 2021- fueron superados por los 1.001 millones inyectados en julio en el pozo vasco, que ahora ha marcado en agosto un nuevo récord con 1.031 millones de KWh inyectados.
En pleno debate sobre interrumpibilidad y cogeneración
La preparación de Enagás llega en un momento clave para el sistema gasístico. El plan vasco de ahorro energético ya está remitido al Gobierno central, pero ahora falta que el Ejecutivo nacional haga llevar a Bruselas su propio plan de contingencia. Un documento en el que ya está aprobada la extensión de la excepción ibérica a la cogeneración -una medida que permitirá a Euskadi recuperar 364 MW de potencia-, pero en el que Euskadi ahora trata de introducir una de sus medidas estrella: el mecanismo de interrumpibilidad. Una opción que el Ministerio de Industria ve con buenos ojos y que ahora estudia incluir, aunque todavía con el interrogante de si solo para la energía eléctrica o si también para el gas.