Indra retoma el intento de desembarcar en ITP con su junta extraordinaria de accionistas

Con el Gobierno vasco ya dentro del capital de ITP Aero y con el ansiado consejero para hacer de contrapeso cuando salga Bain Capital y se libre la batalla del arraigo, la transferencia del fabricante vasco de aeronaútica encara su último paso pendiente: la entrada de Indra en el capital de la empresa de Zamudio. Una empresa que fracasó en su primera intentona antes del 30 de junio en el que Rolls-Royce quería cerrar la operación por la tensa junta de accionistas en la que la SEPI, SAPA y Amber Capital dieron un volantazo a la compañía de Marc Murtra eliminando prácticamente toda la resistencia de los consejeros independientes a esta inversión.

Es precisamente ese volantazo, que costó a la compañía 250 millones en bolsa -nunca se ha recuperado la cotización de la acción previa a la junta de accionistas-, la que hizo imposible, en un consejo de siete miembros -todos hombres- y solo dos independientes, entrar en Indra a finales de junio. Y esa es la razón que hace que este viernes la compañía retome su asalto a ITP Aero con la recomposición de su órgano de gobierno en la junta extraordinaria de accionistas que se celebra hoy.

Una junta en la que se dará entrada a Juan Moscoso como tercer consejero de la SEPI y se nombrarán a seis nuevos consejeros independientes: Virginia Arce, Olga San Jacinto, Bernardo Villazán, Coloma Armero, Axel Arendt y Belén Amatriain. Una serie de nombres que pueden sugerir poco, pero del que destaca para Euskadi una figura: Axel Arendt, un exdirectivo de Rolls Royce especializado en el sector aeroespacial y en defensa, algo más que elocuente de las intenciones de Indra. Junto a él también destacan en la firma la entrada de Bernardo Villazán desde el Grupo Antolín y la propia Belén Amatriain, consejera independiente de Faes Farma y anteriormente consejera -también independiente- y presidenta del comité de retribuciones de Euskaltel hasta la absorción de MásMóvil. El nuevo consejo, por lo tanto, dejará una firma todavía más vasca -dentro ya está Jokin Aperribay en representación de SAPA- y perfiles de todos los tipos y colores.

La junta dará así un nuevo consejo en el que quedará saber qué ocurre con Ignacio Mataix, un hombre en una postura más que delicada y sobre la que se ha especulado mucho sobre cuál es su opinión sobre la entrada en ITP. La prensa madrileña ha pintado al consejero delegado como héroe y villano, protegido y máximo enemigo de Murtra según ha considerado cada una de las grandes cabeceras 'salmón' del país. La única certeza es que fue director general de ITP durante los últimos años en los que fue propiedad de Sener, hace ya seis años. Los cambios, con una mayoría accionarial clara y con el factor favorable de que habrá menos resistencia de inversores como Norges Bank, del que todo apunta a que votará favorablemente a todos los puntos de la junta de accionistas.

Por el camino Marc Murtra, hombre de la órbita del PSC -y, por tanto, del Gobierno central- que ya era presidente no ejecutivo, se deja ahora el voto de calidad en el consejo de administración, que le será arrebatado en la junta de accionistas de este viernes. Los cambios no deberían acarrear más sorpresas, pero la junta de accionistas de junio sentó un precedente en el que cabe esperar cualquier cosa. Todo eso sin olvidar que la entrada de Indra en ITP ya tiene una avanzadilla: Javier Lázaro, exdirector financiero de la firma y que ahora ocupa ese mismo cargo en el fabricante vasco, en el que ya opera Juan María Nin como presidente.

Caza del programa europeo de defensa militar FCAS en el que participará ITP Aero. / CV

A la vanguardia europea en defensa

A partir de ahí, con un consejo de independientes 'menos independientes' y de nuevo con 13 consejeros más Murtra, será cuando empiece el desembarco en ITP. Un aterrizaje en el fabricante vasco de motores que es al que espera Bain Capital para cerrar de una vez por todas la compra de ITP Aero y que dará pie a la elaboración de un nuevo plan estratégico que abordará la transición hacia la aviación eléctrica. Ahí aguarda un 15% que requerirá un desembolso por parte de Indra cercano a los 240 millones por el que la tecnológica española está decidida.

No hay que olvidar que la operación ahora debería ser más interesante que nunca para una Indra que ya intentó en su momento acceder a ITP. Tras la guerra en Ucrania, todo apunta a un aumento del gasto militar a lo largo de toda Europa que refuerza el interés de tener una industria potente para influir en el desarrollo de la futura defensa europea. Algo en lo que ITP ya juega un papel clave: el fabricante vasco ha sido uno de los actores principales en la fabricación del Eurofighter y también forma parte del consorcio que trabaja ya en el FCAS, la aeronave que sustituirá al avión europeo de combate actual.

Si la 'vía Indra' fracasase, en los planes del Gobierno central nunca se ha descartado la entrada de la SEPI como plan B para colmatar el consorcio de ITP.