La historia de la Navidad comenzó por una estrella. Dos mil años y pico después, la luz sigue siendo protagonista de tan señaladas fechas para regocijo de muchos y exasperación de algunos. Hoy hablamos sobre lo humano y nada divino del alumbrado festivo con Jokin Basozabal, socio director de la consultora de calidad y sostenibilidad Intergaiak. Este experto en gestión de eventos eficientes se rebela contra los excesos y pone el foco en las opciones que hay para seguir alegrando las calles de una manera mucho más responsable, sin perder color ni calor.
Cuando un especialista en gestión de eventos sostenibles ve la parafernalia navideña de Vigo, con nueve semanas de luces a todo trapo, ¿algo se le muere en el alma?
Estamos acostumbrados… siempre ha habido excesos. Para ser honestos, para nosotros la referencia no es Vigo sino Las Naciones Unidas y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Si mal no recuerdo, en el ODS 12 dice “Producción y Consumo Responsables”. Ni en exceso ni en defecto se pueden celebrar las navidades con luces y decoración creativa sin sobrepasar los límites del sentido común. El objetivo debería de ser celebrar unas fiestas navideñas en armonía y no generar excesos que perjudiquen el medioambiente.
Ni en exceso ni en defecto se pueden celebrar las navidades con luces y decoración creativa sin sobrepasar los límites del sentido común
Hablando de excesos, todo ayuntamiento que se precie presume de usar luces LED en el alumbrado navideño, y que gracias a eso el consumo energético se reduce considerablemente. Claro que a estas alturas también sabemos que las LED generan un gran impacto ambiental porque las emisiones de CO2 para fabricarlas son más altas que las producidas en lámparas tradicionales de sodio. ¿Lo comido por lo servido?
Tecnológicamente las bombillas LED consumen menos potencia (kW) y por lo tanto en el mismo tiempo consumen menos energía (kWh). Ahora se recomienda sustituir las incandescentes y/o halógenas por las LED, aunque es verdad que en su producción y ciclo de vida generan emisiones de CO2. El problema está en si nos excedemos en la cantidad de las bombillas. Existen luxómetros que determinan si la intensidad de la luz es adecuada o nos estamos pasando (de potencia y, por ende, de bombillas). Nosotros recomendamos diseñar la iluminación ajustada a las necesidades de los eventos con una potencia (kW) adecuada.
¿Cuál es el coste de electrificar la Navidad? ¿Qué impactos se dan más allá del gasto económico, todo eso que no vemos?
Depende. Depende de dónde venga esa electricidad. ¿De combustibles fósiles o de origen renovable? Por ejemplo, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz dice en sus contratos de licitación que su electricidad debe ser con Certificado Garantía Origen Renovable. Eso quiere decir que la energía que se utiliza en el alumbrado proviene de fuentes renovables, disminuyendo notablemente las emisiones de Co2 que emiten las de origen no renovable.
Me gustaría ver a Olentzero, los Reyes Magos y Santa Claus en bicicleta o skate repartiendo regalos
Pero con el aumento de tarifa de los últimos tiempos…
Sí, las tensiones geopolíticas internacionales hacen que nuestro consumo deba ser más responsable. Ésta puede ser una oportunidad para que aumentemos la producción local; a nosotros, por ejemplo, nos gusta mucho el autoconsumo fotovoltaico. Con un sistema de baterías en red también se podrían iluminar las noches navideñas.
Así que la decoración navideña en nuestras calles puede ser tan festiva como la que hemos conocido tradicionalmente pero mucho más sostenible.
Claro. El componente social tiene mucho que decir. ¿Para qué decoramos? ¿Cuánto más mejor o cuánta más calidad mejor? Si decoramos las navidades para generar cercanía y socializar, el resultado puede ser más responsable y sostenible también con el entorno.
He leído que en Manchester han optado por un tipo de iluminación biodegradable y fabricada con materiales reciclados.
Sí, el ecodiseño es un concepto muy innovador que también nosotros queremos trabajar.
La reducción del horario del alumbrado es una cosa que ya se hace, ¿pero qué más opciones hay? Desde Starlight proponen usar dispositivos que regulen la potencia de las luminarias según el volumen de peatones. ¿Esto es factible y… “barato”?
Sí, también hay opción de instalar sensores en el alumbrado público y sin peatones las luces se apagan automáticamente. Es cuestión de voluntad. Una vez más, depende de la sensibilidad de las autoridades. Sobre lo de “barato”… Igual nuestras próximas generaciones pagan cara nuestra falta de sensibilidad por la problemática ambiental.
Lo que está claro que la iluminación navideña llama a la gente y llama al consumo, que es donde está la madre del cordero. Y eso puede implicar más circulación de vehículos, más tráfico en el centro…
Aunque la luz navideña sea noticia ahora, la movilidad es la que realmente más huella de carbono o impacto ambiental genera en el entorno. A nosotros nos gustaría que las compras navideñas se realizaran a productores y comerciantes locales, y a ser posible ver a Olentzero, los Reyes Magos y Santa Claus en bicicleta o skate repartiendo regalos. Serían más sostenibles…
En Intergaiak medís la huella de carbono de grandes eventos con la certificación Erronka Garbia y planteáis alternativas para compensar los impactos. Esto, llevado a la parafernalia navideña, ¿cómo se podría hacer?
Con infraestructura verde. Se calcula la huella de carbono en cualquier atracción y el número de árboles que pueden absorber esas emisiones en equis años. En función de ese cálculo se plantea una infraestructura verde en algún lugar de la ciudad para compensar esas emisiones de CO2. Se pueden generar entornos urbanos muy amables aplicando estos principios.
A quienes puedan decirme que no pasa nada por llenar todo de luces una vez al año, les diría que los excesos conducen a la insuficiencia
¿Y hay alternativas a la electrificación de la Navidad como modo de engalanar la ciudad esta época del año? ¿Hace falta un poquito más de imaginación o, como se dice ahora, innovación?
Depende…A nosotros nos gusta la cultura japonesa y en algunas zonas de la isla siguen celebrando sus costumbres respetando la naturaleza y el entorno de manera muy consciente.
Habrá gente que, leyéndonos, pensará: “a ver, que es una vez al año, tampoco nos volvamos locos, con lo bonita que queda la ciudad y más que se podría hacer...”. ¿Qué respondería?
Que los excesos conducen a la insuficiencia.
Pues hablando de excesos, Bilbao le da unas cuantas vueltas a Vitoria en cuanto a “magnificiencia” del alumbrado navideño. ¿Será por eso de que Gasteiz es la sempiterna hermana “pobre” o tiene autoridades locales con más conciencia medioambiental que postureo?
La verdad es que no considero Vitoria-Gasteiz pobre en ningún sentido. Las calles de Gasteiz se iluminan mucho más por su gente que por sus luminarias. Me parece una ciudad amable para las personas y el medioambiente, y en todo caso… Para gustos, colores.
Y luces.
Eso parece.