Tras una primera concentración con apoyo de los dos comités alaveses de Pepsico, dirección y sindicatos abordan este martes y miércoles una nueva reunión para negociar los 37 despidos confirmados en Vitoria. A falta conocer el detalle del reparto de las salidas entre los comerciales seguras serán 37 salidas: 15 empleados de la factoría embotelladora de Álava, en Etxabarri-Ibiña, otras 15 personas en las oficinas de Vitoria y alrededor de siete trabajadores más del sector también en la capital alavesa, muy vinculada a Pepsi con marcas tan arraigadas en Vitoria como KAS.
Faltaría por ver cuánto afectan las salidas de Euskadi la parte comercial, que conforman el 22% de la plantilla de la multinacional en España y que cuentan con varias delegaciones repartidas por la comunidad autónoma, lo que acercará la cifra al 10% del ajuste total que pretende hacer Pepsico en el conjunto de España.
Las causas aducidas por la compañía trascendidas hasta el momento pasan por una reducción del portfolio -y, por tanto, de las necesidades de almacenamiento-, la centralización de funciones -que apunta a un importante recorte en los equipos directivos- y una mayor digitalización, entre otras razones. El movimiento llega precisamente cuando la firma inauguraba ayer su centro de operaciones en Miñano -donde los dirigentes de la multinacional fueron recibidos precisamente por el comité con una pancarta que rezaba 'Despidorik ez'- y con la venta del antiguo edificio de la firma en Gamarra todavía pendiente. La embotelladora de Etxabarri-Ibiña cuenta con 200 empleados actualmente y, ha tenido, según fuentes de la parte social, uno de sus años con mayor producción.
Aunque la negociación se encuentra algo enquistada y sin grandes avances -ELA y LAB no participan en ellas-, el foco ahora mismo está centrado en tres cuestiones según apuntan fuentes sindicales consultadas por este periódico. Por un lado está la prioridad: reducir el número de despidos. Aunque el anuncio inicial de la multinacional fue de 550 despidos, hay una horquilla de 20 salidas que podrían verse recortadas a nivel nacional y que podrían sonreírle a Euskadi en la negociación con algún pequeño retoque.
Junto a ello, las negociaciones, que cuentan con la presencia de CCOO, UGT y USO entre otros sindicatos, también están tocando otros capítulos como evitar salidas traumáticas mediante prejubilaciones, salidas voluntarias y alguna que otra recolocación que, de darse, también sería mínima. Como botón de muestra, en el cierre de la factoría de la firma en Mallorca solo se recolocó a un trabajador en Vitoria.
El avance del diálogo se percibe como lento desde la capital autonómica y de ahí que los trabajadores hayan decidido dar otro paso al frente para acelerar el calendario de movilizaciones. A la concentración de este lunes en Miñano le seguirá este viernes otra en la embotelladora de Etxabarri-Ibiña, donde la parte social ha convocado una concentración de 13:30 a 14:30 horas, coincidiendo con el cambio de turno en la fábrica. Las negociaciones previas al ERE deberían cerrarse el 22 de diciembre aunque todo apunta a que, igual que en el caso de Siemens Gamesa el diálogo se extenderá algo más, probablemente ya incluso entrando en 2023.