Con el ERTE de Bridgestone ya en vigor en las plantas de fuera de Euskadi -la parada en las factorías de Basauri y Usansolo se consumará este próximo lunes-, Michelin cerró el último capítulo de su 2022 anoche con la celebración de las elecciones sindicales en la factoría de Lasarte-Oria. Ahora, sin embargo, toca mirar hacia un 2023 que, de entrada, arranca con malas previsiones de producción: la factoría de Vitoria parte, de entrada, con la previsión de reducir en cerca de un 15% su producción y en Lasarte el recorte con respecto a 2022 es de aproximadamente un 28%. Así lo aseguran fuentes conocedoras de la empresa, que ya ha dejado patente en parte el recorte con sus calendarios laborales, que han metido un 'bocado' de 21 días al neumático de turismo en Vitoria -pasa de producir 323 días a 302- y de 35 días a la planta guipuzcoana -trabajará solo 265 días-, encargada de producir neumático de moto y que fue la gran ganadora de 2021.

El paro de actividad responde a la misma situación que se está registrando en todo el sector de la automoción: una caída de la demanda que está provocando que se acumulen los stocks mientras faltan pedidos. No es una coyuntura única de Michelin: ahí está el parón ya comentado en Bridgestone y el año que arranca Mercedes con el turno de producción nocturno temporalmente reducido. Es previsible que la mejora del año no conduzca a otra cosa sino a una activación de días que permita recuperar parte de los 14 días que deben los trabajadores de Vitoria, por ejemplo, a la empresa, pero de entrada se parte con importantes recortes... y con la esperanza de que la carga de trabajo no caiga todavía más.

Es precisamente el nuevo marco de flexibilidad el que está permitiendo capear el temporal. Un acuerdo que permite precisamente sumar días a esa bolsa de deuda con la empresa hasta 30, algo que resulta "prácticamente imposible" y que requeriría -apuntan fuentes del sector- de un frenazo al nivel de la huelga del transporte en marzo para poder llegar a parar tanto. En un año normal la movilidad de esos días suele ser de en torno a un 5%, pero con la incertidumbre actual es difícil prever cuánto de complicado puede ser el año. Si se agotase la bolsa de flexibilidad, estaría sobre la mesa la opción de ampliarla otros 40 días, pero esa ampliación sí implicaría recortes salariales y, apuntan delegados sindicales, "antes sería preferible un ERTE" de llegar el caso.

Antes del acuerdo de flexibilidad, sostienen esas fuentes del ámbito sindical, la situación actual aseguran que habría forzado a recortar un equipo de producción y despedidirlo en Vitoria. Lasarte, que en 2021 llegó a estar con una carga casi para sumar un equipo más de producción, este 2023 se quedaría cerca de exactamente lo opuesto, casi el mismo escenario que el de Vitoria. El recorte de producción, por otra parte, no ha pillado a nadie por sorpresa. El propio César Moñux, entrevistado en 'Crónica Vasca', ya apuntó a un primer semestre del año "con mucha incertidumbre, baja visibilidad y una demanda con una tendencia similar a la de este segundo semestre".