La planta de ArcelorMittal en Sestao, la Acería Compacta de Bizkaia (ACB), retomará la producción una semana a partir de este sábado para dar salida a un pedido de bobina ecológica. El horno se apagará de nuevo el día 17 y la multinacional asegura que por ahora no hay fecha para una producción sostenida en el tiempo.
Dentro de las continuas paradas y arrancadas que vive desde hace años la histórica factoría vizcaína, heredera de los Altos Hornos de Vizcaya, toca en este caso cruz ya que la ACB no encendió la maquinaria después de la parada programa de agosto. Desde entonces tan solo algún ciclo productivo mínimo similar del tipo que tendrá lugar a partir del próximo sábado enfocado a reforzar algún encargo concreto pero nada más. En este caso serán apenas 5.000 toneladas, un suspiro, repartidas en seis días de forma que a partir del día 17 se retoma la parada sine die.
Y eso que la ACB tiene motivos para mirar al futuro con optimismo. Con la plantilla en ERTE, desde el punto de visto positivo este tipo de ciclos cortos permiten a Sestao mantener las constantes vitales hasta que eche a andar el gran proyecto de descarbonización que prepara Arcelor y que tendrá a la fábrica vizcaína como pieza clave.
Y ese macroplan que tiene su anclaje en Asturias comienza a coger velocidad de crucero en las últimas semanas, y eso sí que es una buena noticia tanto para la ACB como para el ecosistema económico que gira en torno a la factoría. Recibido el primer visto bueno de Europa, la administración asturiana ha iniciado el proceso burocrático (permisos medioambientales, principalmente) para poner en marcha la nueva acería verde de Gijón que abastecerá de materia de prima limpia (producida con hidrógeno verde) a Sestao. Por ahora Arcelor mantiene la hoja de ruta que llevaría a la ACB a trabajar a pleno rendimiento (1,6 millones de toneladas) en 2025 convirtiéndose en la primera acería con cero emisiones.