Los trabajadores del área corporativa de Siemens Gamesa elegirán este martes a sus representantes sindicales para los próximos cuatro años en unos comicios que se presentan a priori como una pugna entre el mayoritario en la eólica, CCOO, y ELA. No sería llamativa la votación si no fuera porque para uno de los nueve asientos del comité en juego presenta candidatura un directivo, Alberto Marauri, incluido en el ERE pero que por estar su despido pendiente de juicio puede legalmente concurrir en este caso en la plancha de ELA.

La central de Mitxel Lakuntza ya había nombrado previamente a Marauri delegado sindical, una figura de libre designación por parte de los sindicatos más representativos en grandes compañías, como anticipo a su inclusión en esta candidatura, que el propio directivo había anunciado a los trabajadores a través de un correo electrónico. Finalmente ELA coloca a Marauri en el tercer puesto de la lista, lo que deja en el aire su entrada en el comité de empresa.

Hasta ahora los nueve miembros del comité que reparte el área corporativa, en el que trabajan principalmente mandos medios y altos, son de CCOO-Euskadi, que ostenta también la presidencia del comité general de la eólica. ELA, por su parte, cuenta con mucho peso en los centros de trabajo de Sarriguren, en Pamplona, pero su relevancia es menor en los cuarteles generales de Zamudio, situación que podría modificarse a partir de los comicios de este martes. El otro gran sindicato en la eólica vasca es UGT, central con la que, junto a CCOO, suelen salir adelante la mayor parte de acuerdos, mientras que LAB es mayoría en la factoría de Asteasu.

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Expectación en la plantilla

El tamaño de la compañía hace que, pese a tratarse de un área concreta, la votación de hoy tenga más allá de lo rocambolesco de todo lo que rodea al cambio de trinchera de Marauri cierta importancia para los dos sindicatos en liza en el marco de estos compases finales del periodo concentrado de elecciones sindicales. Tanto porque hay nueve actas sindicales en juego como por la dimensión sindical y social que tiene una compañía permanentemente en la palestra mediática y en pleno proceso de ajuste laboral.

Y, en lo referente al día a día de la plantilla, la votación servirá para zanjar, al menos temporalmente, el que ha sido uno de los grandes temas de conversación en pasillos y cafés estas últimas semanas. El anuncio de Marauri sorprendió a propios y extraños en su día y ha generado gran expectación más allá de Zamudio. El movimiento lo explicaba el propio directivo, hasta ahora responsable de recursos humanos, por su deseo de contribuir a la defensa de las condiciones de la plantilla en un momento tan delicado como este. Una decisión que, lógicamente, ha encontrado defensores y detractores cuyo reparto cuantitativo podrá medirse, al menos en su departamento, este mismo martes.

Si finalmente el porcentaje de votos permite a ELA obtener tres o más delegados y, por tanto, Marauri entra al comité, quedará pendiente la resolución de su despido en los tribunales, que serán los que decidan si el directivo hace o no carrera sindical. La cuestión es compleja pero, en esencia, habrá que dilucidar si la salida se impone como consecuencia de su entrada en la lista de ELA, lo que podría considerarse una represalia sindical y, por tanto, el despido sería nulo, o ambas cosas no tienen relación.

La compañía trasladó a este medio que su inclusión en el ERE se había producido antes de su propuesta como futuro sindicalista y poco después de haberle ofrecido la prejubilación. A favor de su reincorporación juega la amplia experiencia en este tipo de casos del gabinete jurídico de ELA, en el que la central no suele escatimar recursos.