Garbiñe Aranburu cede su despacho cuando la fotógrafa de Crónica Vasca pide un lugar más luminoso para realizar la entrevista. La de Legorreta, que dirigió en solitario LAB entre 2017 y el congreso del año pasado, tiene en Igor Arroyo (Pamplona, 1978) mucho más que un escudero. El navarro, locuaz, no escatima en aclaraciones cuando se le pregunta por el último choque frontal con otro navarro, Mitxel Lakuntza, secretario general de ELA.
Hace casi un año que LAB cuenta con una doble dirección. ¿Qué tal funciona ese reparto de roles entre Garbiñe y usted?
La doble coordinación es una apuesta por renovar el sindicalismo, por un modelo de sindicalismo más pegado a la tierra, más colegiado, más feminista. Queremos hacer una dirección más activa y eficaz. El balance hasta ahora es muy bueno, la sintonía con Garbiñe es total.
¿Y cómo lleva ese salto a la primera línea en un momento tan complejo para las relaciones laborales como este?
Bueno, mis inicios en el sindicato como portavoz en Navarra ya fueron intensos. Tuvimos seis huelgas generales y una ola de movilizaciones para terminar con los gobiernos de UPN. Ahora me toca hacer otras funciones, pero la intensidad sigue ahí. Es una responsabilidad compartida con la militancia, que es la que da la cara en los centros de trabajo.
No hay una mayoría sindical con CCOO y UGT. No son posibles acuerdos globales con estos sindicatos y ELA lo sabe
El último periodo, difícil a nivel sindical por la elevada inflación, ha alumbrado unos cuantos acuerdos entre LAB y CCOO y UGT. ¿Hay una nueva mayoría sindical vasca?
Son fake news. Es una fake de ELA. No existe una mayoría sindical con UGT y CCOO, y ELA lo sabe. Siempre hemos apostado por llegar a acuerdos con ELA tanto en acción sindical como a nivel político, pero ELA ha priorizado sus intereses corporativos por encima de los intereses del pueblo. Con UGT y CCOO no hay posibilidad de acuerdos globales por dos motivos: por su apuesta por el diálogo social y por su apuesta por el ámbito estatal frente al vasco.
Pero las coincidencias en la negociación colectiva están ahí...
Lo que existe es una coincidencia entre todos los sindicatos en las intersindicales, que se organizan para ganar el pulso a la patronal. En las intersindicales coincidimos con ELA, con Comisiones, con UGT o con ESK. Lo que le molesta a ELA es que LAB sea autónomo a la hora de decidir su línea de actuación en cada sector. Entiende esta relación como una subordinación de LAB a su estrategia. Eso no va a suceder. La suma LAB-ELA sería muy importante, pero es ELA la que ha echado por tierra todos los intentos.
¿Por qué se recrudece ahora el cruce de reproches con Lakuntza?
Porque ELA no ha digerido las decisiones de nuestro último congreso. LAB ha decidido que en ausencia de acuerdos globales con ELA vamos a hacer nuestro propio camino, en el terreno sindical y en el político. ELA no lo acepta y lleva meses en una campaña de intoxicación faltando a la verdad.
Pero hace acusaciones graves para un sindicato como LAB. Habla de desmovilización.
Y lo hace justo en el momento de mayor movilización sindical de la historia reciente. Es un relato que busca condicionar nuestra línea de actuación.
¿Tan malo es para vuestro 'público' ir de la mano de CCOO y UGT?
Lo que es malo es distorsionar la realidad. No ayuda a un debate sano sobre modelos sindicales. Repito, con UGT y CCOO no va a haber acuerdos globales. La constitución de intersindicales para acordar movilizaciones y contenidos es algo que se ha hecho siempre para mejorar los convenios. ELA pretende trasladar que eso es pecado. Nuestro interés es ganar el pulso a la patronal en un momento en que la patronal está bloqueando las mesas y poniendo límites al crecimiento de los salarios con el coste de la vida. De eso deberíamos hablar y no tanto de rivalidad entre sindicatos.
Adegi prefiere ceder algo y ahorrarse el conflicto y ha elegido de socio a ELA. Así se puede perder mucho pulso sindical en Gipuzkoa
Es un hecho que, más allá de esta tormenta, Euskadi va sacando adelante sus convenios sectoriales.
ELA tiene una tradición sindical que ha dado poca importancia al convenio sectorial. Se están dando cuenta de su error y últimamente vuelven a dar importacia al ámbito provincial. No se puede hablar de desmovilización cuando más de la mitad de las huelgas del Estado español se dan en Hego Euskal Herria. Y un dato importante: en Bizkaia hay nueve veces más de jornadas perdidas por huelgas que en Gipuzkoa.
¿Por el conflicto del Metal?
Son varias cuestiones. El poder disuasorio de los sindicatos puede ser mayor en Gipuzkoa, entre otras cosas por el peso de LAB. Pero hay un segundo factor que ELA oculta que es el acuerdo de paz social que tiene con Adegi. En Bizkaia hemos tenido 22 días de huelga en el Metal en los últimos dos convenios. En Gipuzkoa hubo cero días de huelga en el anterior convenio y en este de momento lo mismo. Hay una estrategia por parte de ELA, mientras agita la bandera de la huelga, para garantizar a Adegi que en convenios clave como hostería o metal no haya huelgas.
Las huelgas se hacen por algo. Es una mala noticia la actitud de la patronal, pero es bueno que haya músculo para plantear las luchas
¿Por qué?
Porque le interesa presentar contenidos como victorias de su habilidad negociadora. Prioriza sacar réditos como sindicato presentando como una victoria unos contenidos mientras garantiza la paz social a Adegi. Eso a medio plazo puede llevar a una importante pérdida de pulso sindical en Gipuzkoa.
¿Y por qué en Gipuzkoa?
Porque coincide esa interlocución privilegiada que busca ELA con el interés de Adegi de que se firmen convenios sin conflictividad. Adegi ha llegado a la conclusión de que es mejor ceder algo y ahorrarse la conflictividad y ha elegido como socio a ELA. Esos acuerdos están hipotecados, están condicionados a la ausencia de conflictividad. Hay plena sintonía para firmar convenios sin conflictividad.
Por concretar, ¿qué pasará en el Metal de Gipuzkoa?
Apostamos por la movilización para conseguir avances. Tendemos la mano a todos los sindicatos. Esperamos que esa movilización conjunta sea posible.
¿Y qué dice ELA?
Hemos debatido con ELA y con otros sindicatos un calendario de movilizaciones y todas las opciones están abiertas.
El alto número de huelgas en Euskadi... ¿es un dato para presumir?
Las huelgas se dan porque hay motivos. La patronal aprovecha el contexto de subida de precios para devaluar los salarios. Y esos datos son posibles por la capacidad de organizarse y luchar de los trabajadores de Euskal Herria. Es una mala noticia que la patronal tenga esta actitud pero es una buena noticia que haya músculo para plantear estas luchas.
¿Está precarizado el mercado laboral?
Nos preocupa la situación de convenios como residencias de mayores o limpieza de Osakidetza, donde la patronal está actuando con un sesgo machista. Allí donde las mujeres están luchando se están estableciendo servicios mínimos abusivos para reventar la huelga y la patronal bloquea la negociación. Hemos planteado la creación de un convenio de empleadas de hogar, el primero del Estado, y Confebask ni siquiera se ha sentado a la mesa.
No vamos a ir al diálogo social. La patronal tiene veto, lo hemos visto con la semana laboral de cuatro días. Son medidas propagandísticas
Los sindicatos rivalizan por liderar ese tipo de sectores. ¿Le preocupa el potencial de la caja de resistencia de ELA?
En absoluto. ELA tiene una caja, punto. Nosotros tenemos una caja, músculo sindical y estrategia. ELA tiene carencias respecto al músculo y la estrategia, y por eso solo habla de la caja. Nuestra caja es suficiente para asegurar que todo afiliado que quiere hacer huelga la puede hacer.
¿Músculo?
Las huelgas tienen tres pasos. Primero hay que convocarlas, hay que registrar un papel. Pero luego hay que organizarlas, es decir, patear los centros, hacer asambleas... y también hacerlas, esto es salir a la huelga, hacer piquetes... ELA el primer paso, sí, pero en los otros dos tiene carencias. Hay sectores donde la gente de ELA no sale a las huelgas aunque la hayan convocado. Eso afecta a la credibilidad de un sindicato. Lo vimos en el Metal de Bizkaia, por ejemplo. Había reticencias por parte de ELA a la hora de hacer piquetes en empresas tractoras en las que tenía representación y temía la confrontación.
Del último periodo concentrado de elecciones, hace cuatro años, salieron victoriosos en esa pugna con CCOO por la segunda posición sindical en Euskadi. ¿La consolidarán este año?
Estamos creciendo en afiliación y elecciones sindicales a pesar de que la patronal pone muchas trabas a que nuestra gente se organice. Otros sindicatos lo tienen más fácil. Seguimos creciendo y somos optimistas.
El regreso a espacios institucionales como Osalan, ¿es el inicio de algo más? ¿Está en el horizonte la posibilidad de volver al diálogo social en Euskadi o en Navarra?
No, en ningún caso. La patronal tiene veto, lo hemos visto con la semana laboral de cuatro días. Las medidas que se acuerdan son propagandísticas. Tenemos un acuerdo del Parlamento Vasco que insta a establecer un salario mínimo propio. A las dos semanas se reúne el diálogo social y se obvia esta cuestión. No vamos a entrar ahí. Eso sí, estamos dispuestos a hablar de materias concretas como el establecimiento de un salario mínimo de 1.400 euros. La que no se quiere sentar ahí es la patronal.
Claro, pero el diálogo social llega hasta donde puede. Cuestiones como el salario mínimo no se regulan en Euskadi.
La normativa se decide en Madrid y reivindicamos que esas materias se dedican aquí. Bien, pero aunque se regulen en Madrid existe la posibilidad de alcanzar un acuerdo entre las partes aquí para, vía negociación colectiva, a partir de esa base estatal mejorar nuestro salario mínimo. Ese acuerdo interprofesional se hizo en 2017 con los convenios porque hubo un impulso político y sindical que obligó a sentarse a la patronal. Es posible hacer lo mismo con el salario mínimo.