El conflicto de Michelin se encuentra en un momento sumamente delicado tras la el ultimátum realizado el martes desde la dirección que ha realizado una oferta con una vigencia de 72 horas. A menos de 24 horas de culminar el plazo, las posturas sindicales en el centro de Vitoria-Gasteiz vuelven a alejarse después de haber logrado unirse para presionar con una huelga en aras de mejorar las condiciones salariales de los 3.300 empleados de la planta alavesa.
La “última” propuesta planteada por la dirección de la empresa durante el comité intercentros, celebrado este martes en Burgos, ofrece subidas salariales del 5% para este año, del 3% para 2024 y del 2% en 2025 y 2026, que podría actualizarse en función de los datos del IPC hasta un máximo de 2 puntos por encima del salario anual equivalente, e incluye, además, una prima no consolidable para todos los trabajadores activos a la firma del convenio 2023-2026 que ha pasado de 700 a 1.500 euros.
Una oferta que la secretaria general de CCOO Euskadi, Loli García, considera que recoge "una parte importante de los objetivos" que se han planteado durante la negociación. El sindicato mayoritario destaca que “se recuperaría la cláusula de garantía salarial, que además habría garantía de IPC en la actualización de los salarios y también la paga que se incluye ayudaría a recuperar una parte del IPC”.
Sin embargo, desde ELA opinan todo lo contrario. El sindicato vasco califica esta oferta, “negociada en Burgos por las mayorías estatales”, como "claramente insuficiente", ya que "se olvida de la recuperación del poder adquisitivo perdido en años anteriores; no ofrece garantías de lograr un IPC real, ni reducción de jornada real; ni del sistema retributivo de los mensuales, además de no eliminar el plan de ingreso, ni contener mejoras en licencias y permisos".
Además, el sindicato vasco denuncia que este ultimátum presentado por la dirección se trata de un “chantaje”, por lo que defiende la necesidad de "mantener la huelga, la lucha y la tensión sindical" con el objetivo de "obligar a la dirección a salir de su inmovilismo". "La urgencia sólo favorece a la empresa y a los sindicatos que quieren parar la movilización. De ahí, el plazo inaceptable de 72 horas", tal y como ha recriminado la central sindical. En este sentido, ELA ha llamado a rechazar la propuesta de la dirección, pues advierte de que la votación no contará con “las debidas garantías democráticas".
Unión durante las movilizaciones
Las posiciones de CCOO y ELA, aunque siempre divergentes, terminaron confluyendo en las movilizaciones, lo que hacía presagiar un ligero acercamiento entre ambos sindicatos. No obstante, los últimos movimientos han vuelto a separar sus caminos y encaminarse de nuevo hacia la confrontación.
Las movilizaciones que iniciaron los sindicatos ELA, LAB, CGT y ESK, que fueron secundadas por la plantilla del centro de Mercedes en Vitoria-Gasteiz tras la negativa inicial de la mayoría del comité de empresa -formada por CCOO, UGT, CSIF y CCM-, “arrastraron a la huelga a las demás organizaciones", señalan desde ELA, que creen que aún hay margen de mejora ya que, en su opinión, la situación actual “ha evidenciado la debilidad de la empresa”. Ahora sólo queda esperar a la celebración de la asamblea en la que los trabajadores de la fábrica de Vitoria-Gasteiz votarán si aceptan dicha oferta o no, al igual que harán los empleados del resto de plantas de la multinacional.