Las estadísticas oficiales van arrojando luz en torno al impacto real que está teniendo este periodo inflacionario, sazonado además con una fuerte subida de las hipotecas, sobre las economías familiares. El año pasado desde luego arroja un balance muy negativo para los trabajadores vascos, que vieron incrementar su sueldo apenas la mitad que el IPC. Esa brecha se empieza a acortar este año gracias sobre todo a la firma de nuevos convenios, con una mejoría magra de unos 100 euros al mes que, en porcentaje, ronda el 4,5%, desde luego bastante más cerca de la inflación.
Como todas las estadísticas, en este caso la encuesta salarial del INE ofrece cifras medias, por lo que hay trabajadores que han visto mejorada su nómina en una cuantía bastante más abultada que esos 100 euros mientras que otros continuarán con el sueldo congelado. Esto depende principalmente de su encaje en la negociación colectiva y si han tenido la 'suerte' de pertenecer a uno de esos convenios firmados a lo largo del pasado año o en este primer tramo de 2023 que recogen subidas similares al IPC.
Una particularidad de estos últimos además es que en muchos casos el acuerdo alcanzado ha servido para actualizar las cantidades pendientes de 2022 con el consiguiente cobro de atrasos en el nuevo ejercicio, lo que sirve también de impulso a esa subida media. El fuerte empujón que han dado patronales y sindicatos a la negociación colectiva sobre todo en el último tramo del pasado año y el arranque de 2023 es clave en la mejoría del sueldo medio. Se han firmado acuerdos clave como los metales de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa, que juntos superan los 100.000 trabajadores, otros sectores relevantes como hostelería de Gipuzkoa o residencias vizcaínas y, a nivel de empresa, han dado salida a sus convenios las dos grandes fábricas alavesas como son Mercedes y Michelin, esta última hace apenas unos días.
El Consejo de Relaciones Laborales (CRL) suele ofrecer el dato de subida media de estos convenios, normalmente muy alejada (por arriba) del incremento real del salario medio. Sin embargo este año se produce un acercamiento inusual entre ambos porcentajes, que casi se dan la mano en esa horquilla entre el 4% y el 5%, debido precisamente al largo alcance que tienen en estos momentos los convenios renovados.
Casi 100 euros más
El INE ofrece dos valores a la hora de medir el sueldo medio. Por un lado da una cifra magra que deja fuera 'condimentos' como los atrasos o las pagas extraordinarias, que en el caso de Euskadi era en el primer trimestre de 2.173 euros. Son 97 euros más al mes que en el primer cuarto de 2022, lo que supone una mejora del 4,7%.
En el caso de la cifra ampliada a pagas y atrasos, el sueldo medio en Euskadi sería de 2.415 euros, 99 más al mes que entre enero y marzo del pasado año (en porcentaje la subida es unas décimas más corta, del 4,3%). En ninguno de los dos casos se computan aquí las cotizaciones a la Seguridad Social ni los pagos no salariales (cestas de Navidad y otras compensaciones en especie).
En definitiva, en ambos casos la subida del sueldo medio crece de forma considerable respecto a 2022, cuando la mejoría quedó en el 2,4%, apenas la mitad que el 5,4% que subieron los precios. Un agujero que comienza a cerrarse este año (el IPC se ha moderado hasta el 3,4%, según el último dato de mayo) siempre hablando de cifras medias. Pese a todo en torno a la mitad de los trabajadores bajo el paraguas de la negociación colectiva (unos 600.000) siguen a estas alturas sin concretar una subida para este año, a los que se suman todos los que no tienen sus condiciones reguladas bajo convenio.