Advertía hace unas semanas José Ignacio Zudaire, presidente del Corredor Vasco del Hidrógeno, de que las acerías vascas deben ponerse las pilas en el uso de esta fuente de energía limpia para seguir siendo atractivas respecto a sus competidoras europeas. El mercado demanda acero bajo en emisiones y los proveedores que no actualicen sus sistemas productivos en esa dirección pueden quedar desplazados.
El hecho es que los principales grupos siderúrgicos vascos o con presencia en Euskadi van haciendo, a ritmos y con estrategias distintas, los deberes. Dentro del ecosistema vasco del acero sobresale la apuesta del grupo ArcelorMittal por revitalizar en clave de sostenibilidad la ACB de Sestao, heredera de los Altos Hornos de Vizcaya. Hace un par de años el gigante angloindio anunció que Sestao sería en 2025 la primera acería del mundo con cero emisiones netas. Una meta que revaloriza enormemente una factoría muy cuestionada en los últimos tiempos y a la que precede una hoja de ruta jalonada de inversiones, algunas ya en marcha.
El resultado de emisiones cero se conseguirá principalmente mediante el uso de energías renovables para hacer funcionar las instalaciones eléctricas de la ACB, a la que llegará también materia prima desde Gijón generada con hidrógeno verde. Sestao será así un eslabón clave en el nuevo entramado productivo de la multinacional en España, muy sustentado en torno al hidrógeno.
El hidrógeno funciona
Esta fuente de energía limpia, todavía 'en pañales' en muchos aspectos como su almacenamiento y transporte, jugará un papel relevante también en la ACB. La compañía vizcaína ha conseguido ser la primera acería del mundo en hacer funcionar un calentador de cuchara (donde se transporta el acero fundido) íntegramente con hidrógeno limpio y por tanto con cero emisiones en ese proceso.
Se trata de un paso muy relevante que en primer lugar confirma las posibilidades que tiene el hidrógeno en la siderurgia y la industria en general. Y eso que todavía se trata de una fuente de energía cara y de difícil transporte con una demanda tecnológica muy alta. En este caso la operación ha estado encabezada por la guipuzcoana Sarralle, ingeniería con sede en Azpeitia pionera en el desarrollo de soluciones para la descarbonización de la industria. El transporte del hidrógeno hasta Sestao se ha realizado en camiones especiales desde la planta de Hernani de Nippon Gases, donde ha sido generado con energía renovable.
Nuevos objetivos
La propia Sarralle valora como un hito el examen aprobado con nota en Arcelor Sestao (por el alto coste del hidrógeno y las dificultades de transporte el calentador de cuchara de la acería funciona actualmente con gas natural, aunque está preparado para volverlo a hacer con hidrógeno o con una mezcla de ambos) y apunta a nuevas cotas. Actualmente la ingeniería guipuzcoana está llevando a cabo testeos ya en el horno de recalentamiento de laminación con la idea de llevarlo a planta próximamente como se ha hecho con el calentador de cuchara. Además Sarralle ya ofrece electrolizadores que generan hidrógeno directamente en la fábrica para evitar el transporte.
La firma guipuzcoana, que coordina el proyecto H-Acero en el que están inmersas también el resto de grandes acerías vascas, se marcó como objetivo poder trasladar ya en 2023 el primer hidrógeno verde a las fábricas de Euskadi y con este primer paso puede decirse que el calendario se va cumpliendo según lo previsto. Y es que, más allá de la competitividad entre empresas en esa pugna por ofrecer acero verde, la siderurgia es uno de los sectores clave en el proceso de descarbonización de la economía.