Cuando el gigante chino Evergrande mostró sus intenciones de venirse abajo, hará unos dos años y ya con varios negocios alternativos sobre plano más allá del inmobiliario, los analistas coincidían en que, siendo una mala noticia, Europa estaba más o menos a refugio de la crisis del ladrillo en el país asiático. No era el caso de la cooperativa vasca Matrici, atrapada por la suspensión de pagos a proveedores de Evergrande tras embarcarse en la aventura de los coches eléctricos chinos.
La firma del grupo Mondragón, histórico fabricante de troqueles, arrastraba ya una delicada fase por la caída de la demanda y la eterna transformación de la automoción. Se abría una puerta en China a priori atractiva que, de hecho, se vendía desde la compañía con sede en Shenzhen como la alternativa viable al batacazo inmobiliario.
Los coches eléctricos parecían la salvación pero nunca terminaron de arrancar. Evergrande vuelve a copar titulares tras su reestreno en la Bolsa de Hong Kong, con desplome inicial incluido, tras año y medio en suspenso. La compañía china sigue tratando de convencer a sus acreedores en busca de una reestructuración de la deuda mientras lima el negocio para ir adelgazando los abultadísimos números rojos de 2021 (más de 60.000 millones de euros).
En lo referente a la automoción Evergrande ha sido adelantada por competidores del pais asiático como BYD, a la que se augura un gran futuro en Europa. Entre tanto el gigante chino deja atrás una larga cola de proveedores con sus facturas pendientes, entre ellos el fabricante de troqueles de Zamudio Matrici que, pese a las dificultades del último año, encarrila ya la salida de su propio túnel.
Nuevos pedidos
Matrici entró en concurso de acreedores el verano pasado ahogada por una deuda de 23 millones de euros y con una situación económica al límite agravada además por los problemas derivados de dos proyectos clave, uno para Volvo y el de la propia Evergrande.
La entrada de los ingresos pendientes por los trabajos para el gigante chino fue una variable presente durante toda la fase bajo la tutela del administrador concursal Iñigo Gutiérrez, socio de ETL Global, pero finalmente ese balón de oxígeno nunca llegó. Incluso ya con la cooperativa fuera de peligro, cerrado el acuerdo con los acreedores para saldar la deuda y recuperada la cartera de pedidos, la deuda china seguía pendiente.
La cooperativa de Zamudio no saldrá formalmente de situación concursal hasta que se cumpla el compromiso de pago con los acreedores, pero a nivel práctico es como si ya estuviera finalizada esa etapa. El propio administrador concursal dejó de ejercer sus funciones de control sobre la compañía a finales de este mes de julio, cuando Evergrande seguía sin abonar las cantidades pendientes ni había informado respecto a la posibilidad de retomar los pedidos.
La parte positiva es que, tras un año bajo mínimos, el histórico fabricante de troqueles continúa con su actividad y con previsiones de ir recuperando poco a poco el sitio preferente que tuvo en el mercado de automoción. Compañías tractoras de primer nivel como Gestamp o ITP Aero han sido determinantes en su supervivencia, en este segundo caso suponiendo además la puerta de entrada a un nuevo sector como es la aeronáutica.