Siemens Energy sigue sufriendo vaivenes en bolsa después de que la empresa alemana asumiese 1.600 millones de euros de sobrecoste a causa de unos aerogeneradores defectuosos fabricados por Gamesa para llevar a cabo reparar o sustituir las unidades de turbinas eólicas terrestres que están afectadas. A fecha de hoy, sus acciones acumulan una caída superior al 50%, incluyendo el batacazo del 30% que sacudía a la firma el pasado jueves, tras desvelarse, a través de Bloomberg, que la compañía germana habría solicitado su rescate al Gobierno alemán.
Sin embargo, desde la matriz de Siemens Gamesa advierten ahora de que no necesitarán ningún rescate. El presidente del consejo de supervisión, Joe Kaeser, explicaba ayer en una entrevista con un periódico alemán que "todos los segmentos de negocio, salvo el eólico -correspondiente a la vasca Gamesa-, van bien, mejor que la competencia”, pero no especifica si esos problemas están lastrando su balance global. "El comité ejecutivo está evaluando diversas medidas para reforzar el balance de Siemens Energy y para garantizar las garantías necesarias para crecer”, detallaba hace unos meses la empresa vía comunicado.
Aun con todo, la firma mantiene conversaciones con el Ejecutivo liderado por Olaf Scholz, por lo que habrá que ver si finalmente recibe ayudas o no, ya que el Ejecutivo germano considera a Siemens Energy una empresa estratégica para el suministro energético en el país.
En busca de prestamistas
Por el momento, la matriz ya ha comunicado que no empleará más dinero en su filial. De ser así, el principal reto al que se enfrenta ahora Siemens Energy es al de encontrar garantías de préstamo por valor de 16.000 millones de euros para poder desarrollar futuros proyectos. “El fuerte crecimiento de la cartera de pedidos, sobre todo en las antiguas áreas de negocio de gas y electricidad, da lugar a una mayor necesidad de garantías para proyectos a largo plazo", aseguran.
Los aerogeneradores defectuosos de Gamesa han ocasionado ya un agujero de 11.000 millones de euros, que podría hacer peligrar los proyectos de construcción de nuevas centrales eléctricas y de redes, a pesar de que Siemens pueda beneficiarse de los 15.300 millones de euros emitidos en PERTEs para energías renovables.
Con 24.500 empleados repartidos en más de 90 países, los problemas económicos de Siemens Gamesa afectan a principalmente a los 3.700 trabajadores que dependen de su división eólica en España, de los que más de mil se encuentran en Euskadi.
Trabajadores han iniciado diversas movilizaciones ante el temor de cierres y despidos y reclaman que las instituciones públicas se involucren y traten de evitar "la posible toma de decisiones drásticas por parte de la empresa para el empleo y el tejido industrial en España, decisión que la compañía prevé dar a conocer a los mercados el próximo 21 de noviembre", tal y como subrayan desde UGT FICA, quienes solicitan a la dirección "que apueste por la I+D+i con nuevos productos en España, ya que el coste en nuestro país, destacan, es tres veces menor al de otros países como Dinamarca o Alemania".