2023 ha sido, sin duda, un año fatídico para Siemens Gamesa, pero, sin embargo, la filial de origen vasco, perteneciente al grupo alemán Siemens Energy, mira con prudente optimismo hacia 2026, fecha en la que espera, según los pronósticos, que sus números rojos comiencen a verdear. Y eso contando con los rescates anunciados por parte de los Gobiernos de Alemania y de España, que aportarán más de 18.500 millones de euros de las arcas públicas para intentar que la compañía salga a flote.
La plantilla, por su parte, muestra claros síntomas de desgaste, ya que desde la fusión de Siemens y Gamesa, en 2020, el agujero del grupo supera los 7.000 millones de euros, de los cuales, 4.588 millones de euros de pérdidas se han generado únicamente entre enero y septiembre de este mismo año. Una sangría acrecentada por los fallos detectados en una parte de las turbinas de sus aerogeneradores eólicos offshore, aunque también echan balones fuera y achacan sus malos resultados a factores geopolíticos, como "la subida de los tipos de interés, las interrupciones de la cadena de suministro mundial y la guerra en Ucrania".
Porque a pesar de enmarcarse dentro de un sector estratégico y con gran proyección de futuro, Siemens Gamesa no puede permitirse ningún otro error. Y sobre todo debe poner todas las cartas sobre la mesa para conseguir moverse de forma ágil y transparente en el competitivo escenario de las renovables con el objetivo de recuperar no sólo posiciones, sino también la confianza que tanto inversores como clientes habían depositado en la compañía antes de que los problemas internos precipitasen su caída.
Los retos del sector
Es por eso que Siemens Energy no abandona sus metas y sigue apostando por su plan estratégico como la herramienta indispensable para salir de la quiebra. En este sentido, el CEO de Siemens Gamesa Renewable Energy, Jochen Eickholt, ha explicado, coincidiendo con la celebración de la la Cumbre del Clima COP28 por parte de la ONU, las medidas que, a su juicio, necesita el sector para poder seguir siendo competitivo durante los próximos años.
En primer lugar, apunta, es preciso "acelerar los procedimientos de obtención de permisos". En segundo lugar, "priorizar los criterios cualitativos de la subasta", y en tercer lugar, "eliminar las cargas financieras de la industria eólica". Pero además, Eickholt hace referencia a otras peticiones de compañías como Siemens Energy. Una de ellas es la de "obtener acceso a finanzas y herramientas de eliminación de riesgos financieros", además de "nivelar las condiciones entre los fabricantes mundiales de turbinas eólicas y firmar acuerdos comerciales que aseguren el acceso a recursos clave".
Para terminar, el CEO de Siemens Energy ha puesto en valor el "papel crucial" de los responsables políticos. Y en ese sentido tilda como "buen comienzo" el plan de contragarantía de 5.000 millones de euros que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) acaba de prometer para apoyar a los fabricantes europeos de turbinas eólicas. No obstante, advierte, "el verdadero progreso se producirá cuando todas las partes interesadas tomen medidas efectivas para luchar contra el cambio climático y garantizar energía limpia y asequible. Y eso tiene que suceder ahora".
"No podemos darnos el lujo de demorarnos en la ampliación de las energías renovables. Y no me refiero a pasos graduales: por ampliación me refiero a triplicar la capacidad mundial de energía renovable a 11.000 GW para 2030, como se exige en el acuerdo alcanzado en la COP28. Esta crucial llamada a la acción cuenta con todo nuestro apoyo en Siemens Gamesa", avanza. Y la forma de avanzar en esto es "estableciendo las condiciones que permitan al sector eólico cumplir este objetivo", concluye.