Rosa Carabel completa su primer año natural al frente de Eroski. Un 2023 (el ejercicio fiscal se cerrará el 31 de enero) clave en las negociaciones para cumplir los plazos marcados por los acreedores y que el grupo cierra con los deberes hechos. Carabel se estrena como CEO con una refinanciación que aligera algo la deuda pendiente (algo más de 600 millones de euros) y sobre todo permite ganar tiempo para llegar en mejores condiciones a la siguiente estación.
La amortización anunciada a finales de noviembre es la culminación de un proceso de maduración lento con múltiples aristas en un contexto delicado tanto por la mochila que arrastra la cooperativa de distribución como por los altos costes de financiación a los que se enfrenta cualquier empresa. En ese sentido, si el punto de inflexión para acercar definitivamente el objetivo de aligerar deuda fue esa emisión de bonos por valor de 500 millones de euros, también es cierto que Eroski deberá pagar un peaje elevado en forma de intereses, por encima del 10%.
Por lo demás el equipo de Carabel cierra una jugada clave para terminar de recuperar la salud financiera del grupo, que quebró de manera alarmante en la crisis de 2008 tras una expansión acelerada que descarriló definitivamente tras la operación para absorber Caprabo. De la noche a la mañana Eroski tuvo que despertar del sueño 'imperial' y diseñar una dieta urgente para evitar la quiebra, un precipicio que no pudo esquivar el por entonces otro buque insignia del Grupo Mondragon, Fagor Electrodomésticos.
Ha sido un largo camino dirigido principalmente a poner distancia con el ladrillo y a podar aquellos activos menos rentables para maximizar el rendimiento del que ha sido siempre el tronco del negocio del grupo, la venta de artículos de alimentación. Y así el grupo enfilaba 2023 ya con una proporción de deuda (algo más de 900 millones de euros) asumible respecto al pico de 2009. Quedaba por delante poner el broche para poder estirar los plazos de devolución (que se retrasan ahora a 2029, principalmente) y abrir la puerta de una nueva etapa con menos apreturas.
Expansión 'suave'
No quiere decir eso que la gestión vaya a dar un vuelco, la deuda pendiente sigue marcando el modelo, pero sí puede decirse que la radiografía económica de Eroski, en palabras de la propia Carabel, está "normalizada". Dicho de otra forma, para cumplir con los acreedores ya no son imprescindibles las desinversiones (hay que recordar las ventas recientes de la división de viajes o de las perfumerías If), no al menos de piezas clave que puedan aportar rentabilidad al grupo.
Sí continuará la política de venta de activos inmobiliarios que no son esenciales para que los engranajes del negocio sigan girando, además de mantener la apuesta por la franquicia para dar mordiscos al mercado evitando acumular grasas. Como avanzó Crónica Vasca la cooperativa ya vendió este verano una decena de supermercados en País Vasco y Navarra que seguirá explotando en régimen de alquiler (lease-back) para ingresar 18 millones de euros. La idea es profundizar en esa línea en los próximos años para reforzar la liquidez y dar respaldo a los próximos compromisos financieros.
A la devolución de esos 500 millones en bonos se suma otro crédito de algo más de 100 millones con entidades como Kutxabank o Laboral Kutxa, también con vencimiento en 2029, y otro de 35 millones con BNP Paribas y Deutsche Bank en este caso a pagar en 2025.
Nuevas aperturas
Encarrilada la situación financiera, Eroski puede centrarse en rematar el plan de expansión 'suave' recogido en este tramo 2021-2024, para el que se anunciaron 300 nuevos establecimientos combinando el negocio propio con la franquicia. Un objetivo que se renovará de cara al próximo plan estratégico que arrancará en principio con un escenario más favorable para el negocio de la distribución si la inflación continúa bajo control.
La apuesta de Eroski es seguir reforzando su presencia en la franja norte y en especial en las comunidades con mayor cuota de mercado como Galicia y Baleares, además de Euskadi. La comunidad gallega, la tierra de Carabel (nació en A Coruña), es precisamente una de las que mejor rendimiento está dando al grupo con sede en Elorrio. El rápido crecimiento de la marca Vegalsa consolida a Galicia como el segundo mercado más importante de Eroski por detrás de País Vasco (ambos territorios suman ya el 60% de los ingresos).
Hay que destacar también la rápida evolución esperada en Cataluña a través de Caprabo, compartida ahora al 50% con EP Corporate Group a través de Supratuc 2020 (controla también el negocio en Baleares).