Eroski y la resistencia como valor en tiempos convulsos
Resistencia. Esa palabra explica quizás mejor que ninguna otra el actual discurrir de Eroski. Porque la compañía dirigida por Rosa Carabel está resistiendo una y otra vez los embates de tanta y tanta competencia en un mercado, el de la alimentación, que es complejo por naturaleza y que padece más que ningún otro la tendencia al alza de la inflación.
Eroski tiene que resistir al fuerte acelerón que ha dado Mercadona en Euskadi en los últimos años. Pero también debe hacer frente al empuje de dos marcas alemanas como Lidl y Aldi que cada vez abren más establecimientos y gozan asimismo de una popularidad creciente. Por si esto fuera poco, ahí están los supermercados low cost que van haciéndose un hueco entre los consumidores vascos.
La combinación de una potente 'marca blanca' y de proveedores de calidad, incluidos los de kilómetro cero, así como una apuesta por mantener los precios constituyen la base de la estrategia de Eroski. Frente a la inflación desbocada y frente a la competencia creciente, más resistencia. Así lo explican fuentes de la propia compañía a quienes quieren escuchar. Ahí se enmarcan su reciente refinanciación de la deuda o su venta de inmuebles para pasar al alquiler.
Varias semanas atrás, en un Encuentro Deusto Business Alumni celebrado en el campus de la Universidad de Deusto en San Sebastián, la propia Carabel se refería a la cruenta guerra de precios que libran las cadenas de supermercados. Y delineaba la apuesta que hace Eroski en ese marco.
"Nosotros nos hemos empeñado en subir menos los precios que otros; hemos invertido recursos muy relevantes para facilitar la compra al consumidor en un entorno tan inflacionario. La pelea por el euro es nuestro día a día. Así nos movemos en este sector. Somos muchos".
Más que innovar o sorprender y más que abrir o cerrar supermercados, Eroski apuesta por resistir en Euskadi. Y, al menos por ahora, lo está consiguiendo
La web 'infoRETAIL' recogía que la CEO del súper vasco más conocido remarcaba que "somos un distribuidor de valor; apostamos por la marca del proveedor, pero no nos olvidamos de nuestra marca propia". "Después de los discounters y las cadenas de surtido corto, el operador que tiene más más cuota de marca propia somos nosotros", agregaba Rosa Carabel, en línea con lo que días antes decía en una entrega de premios organizada por la propia empresa en el Basque Culinary Center.
Más que innovar o sorprender y más que abrir o cerrar supermercados, Eroski apuesta por resistir en Euskadi. Y, al menos por ahora, lo está consiguiendo. Prueba de ello es que hace unos días la marca anunciaba una noticia decisiva para su futuro: ya ha amortizado toda la deuda pendiente a pagar en dos fases, una parte antes de este próximo verano (500 millones) y el resto hasta 700 millones en 2027.
Pese a tantos obstáculos y tanta competencia en estos tiempos convulsos, hay Eroski para rato.