Befesa es una multinacional especializada en la gestión integral de residuos industriales y lleva a cabo procesos de reciclaje de los residuos resultantes en la producción de acero y aluminio secundarios. Conocida en Euskadi por su planta en la localidad vizcaína de Asua, cuenta con más plantas en Europa y en Asia y, aunque en sus orígenes fue una compañía vasca, pasó a manos de la sevillana Abengoa y desde 2013 es propiedad del fondo sueco-alemán Triton Partners.
Los datos de facturación del grupo, capitaneado por el sevillano Javier Molina, registraron 1.138 millones de euros en 2022, un 36% más que en 2021. Y a falta de cerrar los datos del ejercicio 2023, Befesa experimentó un incremento interanual del 8% entre enero y septiembre de 2023 alcanzando los 904,2 millones de euros, que achacaron al refino de zinc en EEUU. Sin embargo, su actividad económica in crescendo es algo que sigue preocupando a los vecinos de Erandio, ya que tal y como visibilizó un estudio llevado a cabo a partir de muestras que se recogieron en toda España y fueron analizadas en el laboratorio de Paleomagnetismo de la Universidad de Burgos, donde se dispone de uno de los magnetómetros más sensibles en España, la localidad vizcaína es el punto más contaminado de toda España.
Su aire está cuatro veces más contaminado que el de Madrid y dos veces más que el de Barcelona y, sin duda, se encuentra muy lejos de los niveles de contaminación máximos aconsejados por la OMS, la Organización Mundial de la Salud, tal y como determinó esta investigación llevada a cabo en 2021, impulsada por la fundación Ibercivis con el respaldo del Ministerio de Ciencia y Educación, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y otras entidades.
Según determinaba el informe, “la gran cantidad de tráfico rodado y fluvial, las numerosas actividades industriales asociadas a la Ría del Nervión y la particular orografía de la zona, que fomentan episodios de inversión térmica y, por ende, episodios de contaminación locales intensos”. Además, apreciaba que la estación de medición de Erandio obtuvo “los mayores valores para cadmio, níquel y plomo de las estaciones situadas en el área metropolitana de Bilbao y de todo el País Vasco”.
Denuncia judicial por parte de los vecinos
La asociación vecinal Erandioko Auzokideak lleva ya una década denunciando los altos niveles de contaminación que los residentes de la zona respiran en su día a día, y también por la noche, y que han convertido al valle de Asua, en el término territorial de Erandio, en uno de los puntos con el aire más contaminado de toda España. Pero es que además, dependiendo de la dirección en la que sople el viento, las nubes de polvo tóxico, de color negro, se extienden también hasta Erandio Goikoa, Arriaga y Astrabudua.
Los afectados advierten de las emisiones de la industria que les rodea, pero hacen especial hincapié en la actividad de la planta de Befesa, cuyas emisiones, explican, les causan irritación de garganta y picor de ojos, náuseas e incluso mareos, además de provocar la corrosión de sus vehículos y de los elementos metálicos de sus fachadas. A todo ello se suma el mal olor y el ruido tan molesto con el que han de convivir las casas aledañas a esta zona industrial, pertenecientes a la urbanización de Elexalde, y la haurreskola, el centro de salud y un parque infantil que hay en su entorno.
Por eso, han estado recabando muestras de las partículas tóxicas, entre las que destacan metales pesados como el arsénico, níquel, cromo o manganeso, que son respiradas por sus pulmones pero que también quedan adheridas a sus ventanas. Ahora las han incluido en la denuncia que presentaron contra Befesa en los Juzgados a finales de 2021, tras sentir que desde las instituciones públicas sus reclamaciones quedaban guardadas en un cajón.
A la espera de que se celebre el juicio, a día de hoy siguen exigiendo que se realicen mediciones detalladas y a tiempo real y se revise la autorización ambiental concedida a la empresa para comprobar si su actividad real se ajusta a lo permitido. En este sentido, no comprenden cómo el Gobierno vasco otorgó a esta planta la Autorización Ambiental Integral (AAI) y menos aún cómo en 2018 concedieron permiso para que pudiesen ampliar sus instalaciones tras el cierre de la planta de Valladolid, lo que hizo que su actividad aumentase aún más.