Vuelve a lucir el sol sobre ArcelorMittal en Sestao, la Acería Compacta de Bizkaia (ACB), heredera de la histórica Altos Hornos de Vizcaya. Tras unos años bajo mínimos, la factoría inicia 2024 con un buen nivel de pedidos que permitirá, si se cumplen las previsiones, rondar las 600.000 toneladas de bobina de acero cuando se hagan los números el próximo diciembre.
La cifra puede no decir mucho de puertas hacia fuera, pero lo cierto es que superar el medio millón de toneladas sería un salto de calidad muy relevante para una empresa que lleva mucho tiempo en la cuerda floja. La multinacional mantenía hasta ahora a Sestao en un régimen mixto en el que se intercalaban paradas con periodos de actividad, pero 2023 ha sido un ejercicio ya de cierta continuidad y eso se ha traducido en un balance de producción también más sólido, por encima de las 300.000 toneladas.
La previsión ahora es llegar casi a doblar esa cifra en 2024 partiendo de una cartera de pedidos bastante más robusta que en años anteriores. Todo ello contando con que el mundo de la siderurgia está sometido a constantes vaivenes y que cualquier factor externo puede hacer saltar los planes por los aires. Pero la sensación más allá de los números es que ArcelorMittal va, con algo de retraso, cumpliendo la progresión prometida para la planta vizcaína en 2021, cuando anunció que la ACB se convertiría en la primera acería del mundo en tener cero emisiones.
De la mano de esa transformación, que conlleva un importante paquete de inversiones dentro del macroproyecto de la multinacional en España para descarbonizar su producción, el ritmo de actividad de Sestao irá creciendo para alcanzar, cuando todo esté en marcha, el máximo de capacidad, 1,6 millones de toneladas anuales.
Plan para 2025
Parece difícil a estas alturas que esa meta vaya a lograrse en 2025 como estaba previsto en un inicio, entre otros motivos porque para ello la ACB depende de factores externos como la transformación que viven a su vez las instalaciones de la compañía en Asturias. Según se ha concebido por la dirección del grupo en su plan de descarbonización, la planta de Sestao absorberá parte de la materia prima generada en Gijón con energía verde, incluyendo hidrógeno, y abastecerá su horno con electricidad de procedencia renovable, para lo que ya se han firmado acuerdos de suministro a largo plazo.
Por ahora este año se marca una meta de producción que supondrá prácticamente colocar la primera de las dos líneas de la factoría vizcaína a pleno rendimiento (800.000 toneladas). La confirmación de ese paso intermedio en principio se reserva para el año siguiente, si bien las estimaciones de comienzo de año (600.000 toneladas) siempre pueden variar en función de la evolución del mercado.
Más de 300 trabajadores
El aumento del ritmo está engordando progresivamente el número de trabajadores en la fábrica, que ronda ya los 300. Si continúa la buena salud de la cartera de pedidos la intención es instalar un quinto turno de trabajo hacia la primavera para poder alcanzar los objetivos del año, lo que supondría la incorporación de otro puñado de eventuales. La fábrica podría elevar su plantilla, una vez se alcancen las 1,6 millones de toneladas, hasta el umbral de los 350 operarios.
Por otro lado dirección y sindicatos continúan manteniendo contactos para la renovación del convenio, que sigue pendiente pese a la aprobación del acuerdo marco para todo el grupo en España, en el que se pactan los principales contenidos como la subida salarial. La planta de Arcelor en Olaberria, en Gipuzkoa, ya acordó un nuevo convenio hasta 2025 antes de las pasadas navidades.