Aumentan las dudas sobre la adjudicación del túnel navarro de Belate

Unión del Pueblo Navarro (UPN), principal partido de la oposición al Gobierno navarro que preside María Chivite, se ha rebelado ante un posible caso de corrupción en el departamento de Cohesión Territorial que dirige un familiar de la presidenta. Se trata de la adjudicación de la obra faraónica para la construcción del nuevo del túnel de Belate. Una obra que tardará en realizarse cinco años, ha hecho saltar las alarmas por el coste del proyecto: 76 millones de euros.

El diputado en el Congreso de UPN, Alberto Catalán, pedirá responsabilidades al Gobierno de Pedro Sánchez en sede parlamentaria después de que el socialista Óscar Chivite, tío de la presidenta navarra, se haya negado a rendir cuentas en varias ocasiones, según exponen a este diario fuentes conocedoras del caso ya denunciado por 'Diario de Navarra'. 

La información aportada a petición de periodistas y políticos en ruedas de prensa y plenos parlamentarios sobre la licitación de esta obra excepcional para la Comunidad foral ha sido nula. Además, llega veinte años más tarde de lo que marca la directiva europea sobre seguridad, por lo que el Gobierno de Navarra podría estar incumpliendo la ley comunitaria desde 2004.

Las sospechas

Las sospechas de corrupción son evidentes, al decir de las citadas fuentes. Incluso antes de comenzar la licitación se pudieron cometer errores de bulto. Tal y como consta en las actas de la mesa de contratación, la documentación aportada por las licitadoras para la construcción del túnel de Belate estuvo expuesta públicamente a cualquier empleado público de la consejería de Cohesión Territorial en la unidad informática de red ‘H’.

Pero las sombras del caso no acaban aquí. Entre los requisitos exigidos por el departamento de Chivite constaba la realización de obras de un túnel en los últimos cinco años por un importe igual o superior a 65 millones de euros. Pero los responsables de la contratación, para adjudicar finalmente el proyecto a la unión temporal de empresas (UTE) formada por Acciona, Construcciones Osés y Servinabar 2000 SL, modificaron la cuantía de la obra presentada por estos hasta el mínimo establecido, ya que en su propuesta constaban solo 55 millones. Un cambio en la cantidad inexplicado. 

La siguiente duda de esta trama, exponen las citadas fuentes, tiene que ver con la puntuación de los proyectos. En este caso, el presidente de la mesa de contratación, director del servicio de Nuevas Infraestructuras, o sea, cargo de libre designación de la consejería de Cohesión Territorial, provocó el malestar de los implicados con el cambio en la calificación de la empresa mejor posicionada por el resto de los miembros de la mesa.

Para remediar este hecho tan poco habitual, el secretario de la mesa propuso una nueva valoración de las ofertas sin que, en este caso, el suplente del presidente conociera por adelantado las puntuaciones de los miembros para garantizar la independencia. “Sorprendentemente la mesa declinó esta solución”, agregan las fuentes consultadas.

Finalmente, tal y como 'Diario de Navarra' publicó hace unos días, hasta tres miembros de la mesa de contratación emitieron votos particulares por su disconformidad en la valoración de las ofertas y la solvencia del ganador. 

Las obras públicas navarras

El año pasado, otras dos adjudicaciones contaron con votos particulares de las secretarias de la mesa de contratación y los interventores. Más dudas, en suma, relacionadas con las Obras Públicas del Departamento de Cohesión Territorial de Navarra, que gestiona el tío segundo de la presidenta, el socialista Óscar Chivite. Se trata de las obras de acceso a Elizondo de la N-121 y la construcción de la pasarela peatonal entre Arre y Villalba.

Recientemente el exconsejero de Obras Públicas navarro entre 1996 y 2004, José Ignacio Palacios, lamentó públicamente el proceso que ha enturbiado la licitación del túnel de Belate y que ha levantado tantas críticas entre la opinión pública. En un artículo de opinión, Palacios habla sobre las prácticas presuntamente corruptas que se llevaban a cabo en este departamento antes de su mandato.

“Ahora, al ver que tres miembros de la mesa de contratación muestran su disconformidad con la valoración de las ofertas y la solvencia del ganador y consideran que el sistema de votación está viciado y expuesto a falseamiento, me entristece que en un asunto tan importante pudiéramos estar retrocediendo a esa etapa oscura que pensaba que había quedado atrás”, reflexiona.

Un punto de vista necesario que siembra más dudas todavía sobre los procesos de adjudicación de obras públicas en la comunidad foral.