La banca luce resultados históricos y Kutxabank no es una excepción. El banco que encabeza Antón Arriola sumó un beneficio en 2023 de más de 500 millones de euros, una cifra de mucho peso teniendo en cuenta el tamaño del grupo y en la que participa de manera relevante la antigua caja andaluza Cajasur. La entidad comprada por BBK en 2011 en situación prácticamente de bancarrota es ya responsable, tras una progresiva mejora de sus números, de una décima parte del resultado global.
Podría casi hablarse de milagro (ayudas públicas mediante) si se parte de la base de que la antigua caja de ahorros vizcaína integró un negocio que era un agujero negro. Una vez formalizada la adquisición, el propio Mario Fernández, entonces presidente de BBK y poco después máximo mandatario de la nueva Kutxabank, revelaba que las pérdidas de la cordobesa habían rebasado los 1.000 millones de euros en 2010 como resultado de proceder a una limpieza y actualización del valor de activos.
BBK había sido clara ganadora de una carrera por hacerse con la entidad andaluza tras ser esta intervenida por el Banco de España ante su delicada situación financiera. Desde ese punto de partida dramático Cajasur se colocaba ya en números negros en 2011, el primer ejercicio bajo el mando de Fernández (se llamaba BBK Bank Cajasur), quien explicaba el lavado de cara básicamente en dos claves: la mencionada revalorización y saneamiento de los activos y el calco del modelo de gestión de la caja vizcaína, ya por aquel entonces considerada un espejo a nivel de eficiencia dentro del turbulento sistema financiero español.
Los 3 millones de beneficio de 2011 se convertían en 4 en 2012, primer ejercicio de andadura de Kutxabank, y así, año a año, la entidad cordobesa iba engordando su resultado para llegar a 2019 con una aportación de 22 millones, una parte ya de cierto peso dentro de los 352 millones cosechados por el grupo Kutxabank justo antes del covid, en torno al 6% del global.
Superado el delicado 2020 por las elevadas provisiones para hacer frente a la incertidumbre de la pandemia, en los últimos tres ejercicios Cajasur se ha consolidado como un pilar en el balance del banco vasco, aunque el verdadero salto se ha producido este último ejercicio, en el que representa ya el 10% de las ganancias (50 millones sobre 510) frente al 7% de 2022.
Las cifras magras de la cordobesa, eso sí, siguen lejos de las previstas en su día por Mario Fernández, quien calculaba estar en el entorno de 100 millones apenas cinco años después de la integración. Puede decirse que, en parte también por las turbulencias económicas inesperadas de los últimos años, pandemia incluida, las previsiones de Fernández eran demasiado optimistas. Con retraso, pero la antigua caja cordobesa va poco a poco camino de esos 100 millones de resultado y, de momento, tiene recorrida la mitad del trayecto.
Kutxabank, el mejor de 'su liga'
Más allá de que Kutxabank lidera los índices de solvencia en el sistema financiero español, el balance presentado este jueves por el banco vasco le lleva además a ser el mejor a nivel de resultado entre las entidades de su tamaño. Situado en octava posición por volumen de activos, Kutxabank supera por mucho el beneficio de sus perseguidores: grupo Cajamar (127 millones de euros) e Ibercaja (280 millones hasta septiembre).
Por encima, Abanca (incluye Bankoa) dispara su resultado a más de 700 millones, si bien la entidad gallega dispone de un tamaño, tanto en activos como en número de empleados, significativamente mayor. Como dato llamativo en sexto lugar por volumen de activos se encuentra Unicaja, que pinchó en 2023 con un beneficio estancado respecto a 2022, en concreto 267 millones.
En cuanto a los cinco primeros bancos que operan en España, por orden de tamaño Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell (integró Banco Guipuzcoano) y Bankinter, todos ellos dispararon su resultado sumando unas ganancias conjuntas de más de 26.000 euros el pasado año.