Transcurridas ya unas jornadas desde que se confirmó la OPA de Magyar Vagon regresa una cierta calma a las instalaciones de Talgo en Rivabellosa. La planta alavesa encara en una relativa buena posición el proceso de compra iniciado desde Hungría y, de momento, el riesgo de una deslocalización de la actividad está casi descartado.
La factoría vasca de la compañía en manos de Pegaso Transportation International, el fondo encabezado por Trilantic, cuenta con cerca de 700 trabajadores y un problema de falta de mano de obra y capacidad productiva para sostener el ritmo que demanda la carga de trabajo actual. En estos momentos hay en construcción trenes para la operadora estatal danesa DSB, para la alemana Deutsche Bahn y otro tercer pedido para la reconversión de unidades nocturnas de Renfe.
Con una cartera de tal volumen (superior a los 4.000 millones de euros) y tratándose además principalmente de ampliaciones de pedidos anteriores, es decir, se trabaja en base a alianzas de cierto recorrido, la gran preocupación de la compañía que preside Carlos de Palacio y Oriol, al menos hasta la apertura de la vía húngara, era cómo conseguir más tamaño para poder dar salida a todos los ferrocarriles que hay sobre la mesa.
De ahí que la planta alavesa, con gran protagonismo en fase industrial, tenga asegurado el trabajo al menos hasta 2029 sin que haya de momento riesgo de cambios drásticos en caso de que la OPA de Magyar Vagon llegue a buen puerto. Todo apunta además a que Magyar Vagon, próxima al Ejecutivo de Viktor Orbán, ve en Talgo una puerta a nuevos mercados y una ocasión para dar un impulso a su propia capacidad para el desarrollo ferroviario en el país centroeuropeo. "Estamos tranquilos, al menos por ahora. A partir de 2030 ya se verá", señala un miembro del comité de Rivabellosa.
Nuevos concursos
El mundo pisa el acelerador de la descarbonización y el tren tiene futuro. No es solo que Talgo tenga pedidos de sobra a corto-medio plazo, es que mantiene vías abiertas para seguir captando contratos de grandes cifras. En ese sentido, uno de los concursos públicos más relevantes en el sector es el que ha abierto Marruecos para mejorar su interconexión por ferrocarril de cara al Mundial de fútbol que se celebrará en 2030 (Marruecos compartirá sede con España y Portugal).
El país norteafricano ha lanzado un macroconcurso para la construcción de hasta 168 unidades, repartido en dos lotes, al que aspiran tanto Talgo como la guipuzcoana CAF. De sacar tajada la compañía con planta en Rivabellosa daría otro salto de calidad no solo por volumen de contratos, también por ubicación en mercados estratégicos. Precisamente Talgo acaba de poner en circulación sus trenes en Egipto y cuenta con proyectos también en Arabia Saudí o Estados Unidos.
Una vez confirmada la OPA a la CNMV se abre un plazo para la concesión de permisos en el que habrá que ver qué postura adopta finalmente el Gobierno central y si trata de obstaculizar el paso de Talgo a manos húngaras.