Esta semana se conocía que dos de las grandes empresas de España han iniciado una batalla en los tribunales. Iberdrola ha presentado una demanda contra Repsol por "competencia desleal y publicidad engañosa", al considerar que ha incurrido en 'greenwashing' o blanqueo ecológico. 

En este sentido, según informa EFE, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, se ha preguntado este jueves si la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quiere que la petrolera cierre sus refinerías. "Nos revelamos ante aquel que ve la industria como un problema", ha dicho Imaz durante una jornada sobre energía y economía celebrada en Madrid, después de que la vicepresidenta tercera acusara en enero al directivo de "negacionismo" climático.



El consejero delegado de Repsol ha subrayado que sus refinerías son responsables en España de 28.000 puestos de trabajo y ha recalcado que su intención es "reducir su huella de CO2 para mantener y hacer crecer el empleo industrial en España". "Me gustaría y lo deseo de todo corazón que tengamos la cercanía de la ministra, que tengamos su ayuda, que tengamos su colaboración en este objetivo", ha agregado Imaz.



Sobre la demanda interpuesta por Iberdrola, Imaz ha asegurado que "carece de fundamento jurídico" y no va a "distraer" a Repsol de sus objetivos.



Las acusaciones parten —dice— de una empresa que "no está acostumbrada a competir con el mercado abierto, sino más bien está acostumbrada a moverse en entornos regulados que dependen del Boletín Oficial del Estado".



En su opinión, la demanda aspira a "limitar la competencia" y "limitar el crecimiento de un operador como es Repsol, emergente en el sector eléctrico".