Los últimos molinos de viento que echaron a girar en Euskadi fueron los del parque eólico de Punta Lucero, en el Puerto de Bilbao, en 2006, y ahora, casi dos décadas después, está previsto que el territorio vasco vuelva a apostar por este tipo de energía renovable, ya que es en 2025, cuando está prevista la inauguración del parque eólico de Labraza, en Álava, de la mano de Aixeindar, la sociedad creada entre Iberdrola y el Ente Vasco de la Energía (EVE) en 2020.
En este contexto, el parque de Labraza supondrá un antes y un después en los complejos procesos administrativos que hasta ahora debían seguir estas instalaciones para conseguir arrancar. En este sentido, espera servir de antesala para el despliegue de un aluvión de futuros aerogeneradores en zonas seleccionadas en el Plan Territorial Sectorial (PTS) de las Energías Renovables en Euskadi elaborado por el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco.
Así las cosas, Aixeindar quiere poner en marcha su primer proyecto de generación de energía renovable cuanto antes y, por eso, mantiene intacto su calendario de construcción. Según sus previsiones, y teniendo en cuenta que las labores de acondicionamiento e instalación tendrán una duración aproximada de nueve meses, iniciaría las obras a finales de este mismo año con el objetivo de su puesta en funcionamiento el año que viene. Obtenidos todos los permisos necesarios, el último a principios de 2023, sus planes pasan por iniciar las obras próximamente para poder comenzar a producir energía renovable a mediados de 2025.
Fallos en los aerogeneradores
Todo ello a pesar del contratiempo surgido en las turbinas que Siemens Gamesa iba a suministrar para esta instalación, en la que se requerirán ocho unidades de 5 MW para obtener una potencia total de 40 MW. Sin embargo, todas ellas forman parte de la partida de aerogeneradores que la propia compañía ha calificado como defectuosos a causa de los problemas que ha detectado y que, en su conjunto, están provocando pérdidas multimillonarias al grupo alemán.
En los últimos meses, la filial eólica de Siemens Energy está centrada en analizar los fallos que afectan a las palas y a la mecánica del rotor y que provocan fuertes vibraciones en los equipos de cara a encontrar una solución que pueda garantizar el correcto funcionamiento de su plataforma 4.X, sobre la que están montados dichos aerogeneradores.
En caso de no poder contar con esos molinos a tiempo, se verían obligados a recurrir a otro proveedor, pero fuentes de Iberdrola confían en la pronta resolución de estos problemas por parte de Gamesa, compañía en la que la eléctrica vasca participó desde su nacimiento hasta que salió de su accionariado en 2020, por lo que esperan que el parque eólico de Labraza sea una realidad dentro de poco.
Dos parques más en proceso
De forma complementaria, Aixeindar se encuentra inmersa en otros dos proyectos de generación de energía renovable en territorio alavés. Por un lado, sigue avanzando en el proceso de construcción del parque eólico de Azaceta, que ocupará los términos municipales de Bernedo, Arraia-Maeztu, Alegría-Dulantzi, Iruraiz-Gauna y San Millán y espera arrancar entre finales de 2025 y comienzos de 2026. Esta segunda instalación eólica estará formada por ocho aerogeneradores que ofrecerán un total de 40 MW de potencia.
Tras reubicar tres de sus molinos, atendiendo a la modificación que la Diputación Foral de Álava exigía para reducir su impacto ambiental en la zona, se encuentra a la espera de recibir la declaración positiva de impacto medioambiental (DIA), si bien tras recibir numerosas alegaciones, aún se encuentra pendiente de un último recurso presentado a principios de año ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) por parte de la asociación Arabako Mendiak Aske.
Además, sigue adelante con su proyecto de Laminoria, en el Real Valle de Laminoria / Laminoriako Erret Harana, que se convertirá en la primera instalación mixta en Euskadi que combina la producción de energía verde a partir de la suma de energía eólica y fotovoltaica. Concretamente, estará formada por un parque eólico de 40 MW y una planta fotovoltaica con otros 40 MW de potencia y contempla la regeneración de la cantera del valle. El Gobierno vasco será quien gestione su tramitación y recientemente, sus solicitudes de autorización administrativa previa y de declaración de impacto ambiental se han sometido a información pública.
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