Juan Carlos Ramírez vuelve a la acción. El empresario vasco, afincado en Alicante desde hace más de 25 años, está siendo uno de los nombres más mencionados por la provincia, concretamente por los habitantes de la ciudad de Alcoy. Una vez solucionadas sus deudas económicas con los clubes de fútbol de Elche y también del Hércules, aterrizó en Alcoy en mayo del 2022 para "salvar al equipo de esta ciudad maravillosa". Pagó 700.000 euros para hacerse con el control del club con el 97% de las acciones y evitó el descenso administrativo de una entidad nacionalmente reconocida por su última gesta: el triunfo copero ante el Real Madrid en enero del 2021.
En su primer año, cumplió con lo prometido: el Alcoyano salvó la categoría y saneó las cuentas, dando el primer pasito para una estabilidad muy necesaria en el conjunto alicantino. A pesar de todo, Ramírez ha sufrido ciertas discrepancias con el Ayuntamiento de la ciudad y dejó entrever que, de continuar así, pondría en venta el equipo. Eso sí, después de recibir lo depositado hasta la fecha.
La tensión entre ambas partes llegó a tal punto que, hace escasos días, el empresario vasco decidió comprar el Club de Fútbol La Nucía, a escasos 50 kilómetros de Alcoy. Un movimiento que generó inquietud en la ciudad. El propio Ramírez, días después, anunció que sentía "falta de apoyo", en relación con las instalaciones deportivas de un Alcoyano que, además, afirmó que traspasaría a La Nucía para ajustarse a un equipo que juega en la tercera máxima división del fútbol español.
El vasco pide que el Ayuntamiento de Alcoy realice una inversión de 500.000 euros en las instalaciones que pide
Para que ello no suceda, el vasco pide que el Ayuntamiento de Alcoy realice una inversión de alrededor de 500.000 euros en las instalaciones que pide, que la masa social aumente y que los empresarios aporten económicamente y formen parte del proyecto, puesto que desde su llegada, ha desembolsado más de tres millones de euros. "Yo no le pido dinero al Ayuntamiento, busco ayuda institucional, que busquen empresarios y si no soy del agrado, que busquen a alguien que me pague y me voy mañana", afirma Juan Carlos Ramírez.
Los cuatro pilares
Los cuatro puntos mencionados anteriormente son los pilares fundamentales de un Juan Carlos Ramírez que hacen falta para que una ciudad como Alcoy pueda tener un equipo en la Primera Federación actual y que, desde su punto de vista, no los ha encontrado en el Ayuntamiento. Considera que una ciudad con más de 60 millones de euros de presupuesto debería dedicar más al Alcoyano, además de asegurar que "una ciudad de 60.000 habitantes con estas instalaciones deportivas es una vergüenza".
Por otro lado, en el aspecto empresarial, el vasco ha explicado que a su llegada pagó la deuda a los empresarios y después "han salido de aquí". Señalando que "la sorpresa llega en junio, saneo el club, lo salvo y me encuentro solo, los sponsors desaparecen".
Ramírez considera que una ciudad con más de 60 millones de euros de presupuesto debería dedicar más al Alcoyano
De no cumplir estas funciones, el magnate euskaldun tiene clara una cosa: "Me llevo a mi Alcoyano a La Nucía porque aquí no tengo apoyo". Esto implicaría poner fin a una historia de casi 100 años ligada a la ciudad de Alcoy. Este movimiento no cambiaría su esencia, es decir, seguiría jugando "con el mismo escudo, nomenclatura y camiseta", aunque en este caso disputaría sus encuentros fuera de su localidad de origen. "Jugaría a 49,3 kilómetros y 1 hora y 7 minutos de El Collao, distancia que le separa de las mejores instalaciones deportivas de Europa", en relación a las de la población nuciera. Todo hace indicar que el Ayuntamiento buscará cerrar un acuerdo con el vasco y mantener al Alcoyano en su ciudad, aunque para ello, deberá haber un buen motivo que se asemeje a lo económico.
Cabe recordar que, mientras que compagina su labor como dueño de ambos clubes de fútbol, ha continuado con sus funciones en los despachos con sus negocios inmobiliarios y de automóviles. Es propietario de la compañía Kuntajara SLU desde el año 2000 y dueño de varios concesionarios de coches de la marca Toyota y Lexus tanto en la provincia de Alicante como de Palma de Mallorca. Durante la última década obtuvo beneficios de entre 16 y 19 millones de euros.
A día de hoy, mantiene el centro de ocio Panoramis (uno de los espacios más destacados de la ciudad que compró por 900.000 euros), varios concesionarios de las mencionadas marcas, y controla algunas promotoras y establecimientos de hostelería. En el último ejercicio, además, ha registrado unas ganancias superiores a los 10 millones de euros.