Un “sinsentido”. Así calificaban esta semana tanto el diputado general de Álava, Ramiro González, como la portavoz del grupo juntero de EH Bildu, Eva López de Arroyabe, el proyecto de la energética Solaria de instalar tres macroparques fotovoltaicos en Álava con el fin de generar energía para, posteriormente, trasladarla a la subestación de Zierbena, en el Puerto de Bilbao.
Así al malestar de los vecinos, originado el pasado 2 de mayo cuando se proyectaron los tres parques, se une ahora el de diferentes voces políticas que no encuentran sentido al transporte de la energía entre ambos territorios y que rechazan no solo la instalación de los mismos, también la línea de alta tensión que cruzará los territorios alavés y bizkaino camino a su destino en la costa vasca.
Los parques y la línea de más de 100 km de longitud
Hace menos de un mes, Solaria proyectaba tres macroparques en Álava en su afán por continuar con su expansión en este territorio. Cada una de estas instalaciones, Zierbena 2, Zierbena 3 y Zierbena 4 contaría con 103.432 placas solares que superarían las 374 hectáreas ocupadas -más de 100 hectáreas cada parque fotovoltaico- distribuidas en los municipios alaveses de Vitoria, Ribera Baja, Zigoitia, e Iruña de Oca. Todos ellos, terrenos de alto valor estratégico agrario, especialmente Zigoitia, donde de las 111 hectáreas previstas, 54 hectáreas están calificadas de esta manera. El proyecto supondría una inversión superior a los 104 millones y la potencia prevista generada serían 49,8 MW por cada parque.
La electricidad producida se trasladaría al Puerto de Bilbao mediante una línea de evacuación de alta tensión de 101 kilómetros que supondría una inversión de 45 millones de euros y que atravesaría Álava de norte a sur por las localidades de Ribera Alta, Ribera Baja, Iruña de Oca, Vitoria, Zuia, Urkabustaiz, Amurrio, Ayala y Ocondo. Entraría en Bizkaia por Gordejuela y afectaría a otros siete pueblos bizkainos hasta llegar a Zierbena. Lugar escogido para descargar la energía producida por el sol al no haber subestaciones disponibles en la capital alavesa. Así, la energía se volcaría en una instalación que se construiría a menos de cinco kilómetros del puerto bizkaino y que dotaría de energía a este punto vasco que se encuentra inmerso en su transición hacia un modelo más verde.
El puerto y su apuesta por la energía verde
Y es que el puerto lleva tiempo sin lograr repuntar a nivel de tráficos, especialmente en mercancía de contenedor, aunque lo compensa con la actividad de sus dos grandes núcleos energéticos, Petronor y Bahía Bizkaia Gas. Así, la balanza, y por consiguiente la apuesta de Ricardo Barkala, sigue inclinándose hacia el mundo de la energía y el objetivo de convertir la instalación portuaria en un ecosistema con etiqueta verde, bajas emisiones y base para las renovables.
Por eso, el proyecto de Solaria con destino al puerto bizkaino encajaría con el resto de proyectos energéticos que se están impulsando en él. La apuesta por la energía eólica de Barkala es clara con ejemplos como la ampliación de la planta de Haizea Wind o la de Siemens Gamesa, así como con la adhesión de la Autoridad Portuaria de Bilbao a la Carta Eólica Europea con la que confirmó el pasado diciembre su compromiso para "fortalecer el sector de la energía eólica de Europa", implementando 15 acciones establecidas en el Paquete de Energía Eólica promovido por la Comisión Europea. También es reflejo de ello el aerogenerador eólico marino del proyecto DemoSATH de las empresas Saitec Offshore Technologies y RWE Renewables, que se unió hace meses a los cinco aerogeneradores instalados en el propio puerto, y que ya está generando energía renovable.
Sin embargo, la energía eólica no es la única que se está impulsando desde el puerto. Y es que, en los últimos años, también se han instalado en diferentes puntos del mismo -como la sede de la Autoridad Portuaria- placas solares para obtener energía de este tipo. Por tanto, la subestación de Zierbana sería un avance en lo referente a la energía fotovoltaica.
El rechazo no es solo vecinal
No son pocos los agentes que han rechado este proyecto, ya sea por la instalación de los tres macroparques o por la de la línea de alta tensión que atravesará los dos territorios. El diputado general de Álava, Ramiro González, ha mostrado su reticencia hacia el proyecto abogando "por el sentido común" e insistiendo en que la energía debería producirse en el lugar más cercano posible al que se vierte a la red: "No tiene mucho sentido producir energía en Álava para verterla en Bizkaia, provoca una afección innecesaria".
Tampoco han estado de acuerdo desde EH Bildu, ya que dos de sus junteros, en la misma línea que el diputado general, han insistido en que esa producción de energía debe darse lo más cerca posible de los puntos de consumo y que esta "debe ser producida en función de un modelo respetuoso con el territorio". Ya que, tal y como han señalado "el proyecto, tal y como está diseñado en estos momentos, ocupa un gran número de terrenos de alto valor estratégico y tienen un impacto directo en zonas ZEC, como Arkamu o el río Baia".
Ambos grupos políticos han rechado también el proyecto impulsado por Forestalia que pretende atravesar hasta doce provincias con trazados eléctricos de alta tensión para evacuar la energía de sus parques eólicos y fotovoltaicos emplazados en Aragón. En este caso, han criticado una de las seis líneas aprobadas ya por el Ministerio, la línea 5, con origen en Tauste y destino en Júndiz. Y para ello, han hecho alusión al mismo argumento utilizado en contra de los parques de Solaria, y es que no deja de ser paradójico que Álava vaya a ser origen y, a su vez, destino, de dos macroproyectos energéticos totalmente diferentes.
Según González, la intención de Forestalia de producir energía renovable en Aragón y llevarla mediante un tendido eléctrico de casi 200 kilómetros, a través de La Rioja y Navarra -comunidades que ya se han opuesto a ello-, para verterla en el polígono de Jundiz (Vitoria) carece de "sentido común". Algo que también subrayo la portavoz del grupo juntero de EH Bildu, Eva López de Arroyabe, "es un absoluto sinsentido que la energía que se produce en Aragón llegue a las estaciones alavesas y lo que se quiere crear en Álava se traslade a Zierbena, en Bizkaia".