Ha sido una semana especial en el cuartel general de Basquevolt. La compañía de Miñano ha querido aprovechar el arranque de la nueva línea de prototipos para organizar una jornada de puertas abiertas con un puñado de medios de comunicación para mostrar públicamente las tripas del que está llamado a ser uno de los grandes proyectos vascos ligados a la transición energética. El ingeniero sevillano Francisco Carranza atendió a Crónica Vasca durante la visita cuando se cumplen dos años desde que asumió las riendas del proyecto.
Se le ve satisfecho por haber podido poner en marcha esta primera línea industrial embrionaria. ¿Qué supone este paso?
Tener el prototipo es muy importante porque puedes empezar a negociar con futuros clientes. Puedes abrir ese camino e iniciar esas conversaciones. Al final todos los potenciales clientes quieren ver lo que tienes para probarlo y comprobar que lo que le cuentas es verdad.
¿Nota que Basquevolt está generando expectativas?
Sin duda. Todos los grandes actores están hablando con nosotros, todos están muy pendientes de lo que es capaz de hacer esta celda prototipo de 20 amperios/hora.
¿Cómo ha sido el salto del laboratorio a esta primera línea preindustrial?
En el laboratorio se trataba de comprobar que nuestra receta de base de la batería se comportaba correctamente. Ahora pasamos a un formato más grande y demostramos que además de saber la receta podemos industrializarla. Es el paso clave en el que han surgido los verdaderos problemas para nuestros competidores.
¿Cuál es el siguiente hito? ¿Piensa ya en la fábrica piloto?
El objetivo ahora, en eso es en lo que estamos volcados, es hacer celdas de 20 amperios que funcionen y enseñarlas. Esto te da visibilidad en el mercado y te sitúa ante potenciales clientes. Tenemos que ver también qué nos piden ellos. No es lo mismo que empecemos a trabajar con Airbus que lo hagamos con Renault. Cada uno te pedirá cosas diferentes.
¿Sigue pensando en abrir el abanico más allá de la automoción?
Claro, iremos viendo en qué nos enfocamos. Podemos ir con camiones, con coches, con Iberdrola, con Airbus... Cada uno necesitará una cosa.
Todos los grandes actores están muy pendientes de las evoluciones de Basquevolt. No es lo mismo empezar a trabajar con Airbus que con Renault. Cada uno pide cosas distintas
Además de Basquevolt en España se proyectan al menos otras dos gigafactorías más de baterías...
No tenemos competidores en Europa. Nuestra carrera está en China y en Estados Unidos. Los proyectos europeos con tecnología antigua, hablo de los de España, de los de Francia, cualquiera de Europa, no me inquietan en absoluto. Económicamente van a tener muchas dificultades para sobrevivir. Y luego es que se trata de tecnología precedente. Para que se entienda, es como si nosotros estamos fabricando el iphone y ellos los Alcatel de los años 90.
La gigafactoría de Miñano está anunciada para 2027. ¿Es viable a estas alturas?
Seguimos trabajando en ello. Ahora lo importante es que este nuevo paso vaya bien y a partir de ahí pensaremos en la línea piloto.
¿Y esa 'minifábrica' estará el año que viene?
Estamos en ello. Depende un poco de los clientes. El hito clave es este, el punto en el que estamos ahora. Si los prototipos funcionan luego ya es comprar máquinas un poco más grandes. Esto pone las bases de lo que va a pasar después.
¿Siente la confianza de los accionistas (Gobierno vasco, Iberdrola, CIE Automotive, Enagás e Innoenergy)?
Están apoyando mucho y siguen atentamente todo lo que hacemos. Creo que están contentos de los avances. En dos años hemos hecho mucho más que nuestros competidores, vamos cinco veces más rápido que cualquier otra empresa en el mundo.
Hay que acertar con los nuevos accionistas. Un socio que sea cliente con visión industrial reduciría el riesgo del escalado a la gigafactoría
¿Está cerca la entrada de un nuevo socio?
Es importante, sí. Llevamos meses trabajando en ello y hablando con algunos potenciales accionistas, pero hay que hacerlo de forma adecuada y no precipitarse. Tengo confianza en que encontraremos al tipo de socio que buscamos.
¿Tiene en mente alguna compañía?
Es importante acertar con el perfil. No se trata solo de la inversión que pueda aportar, necesitamos también un socio que nos dé apoyo. No es lo mismo que entre un accionista financiero que uno que pueda ser tu cliente y tenga visión industrial y tecnológica, porque eso nos ayudaría a reducir el riesgo del escalado industrial.
La Diputación de Álava ha abierto el debate sobre la generación renovable y las necesidades del territorio. ¿Le preocupa que el suministro energético retrase la gigafactoría?
Es algo que estamos ya mirando de la mano de Iberdrola y Red Eléctrica. Hay que ver qué opciones hay y tenemos algunas ideas sobre la mesa, pero es pronto. Son cosas que van despacio. No solo estamos nosotros ahí, es que es algo fundamental para todos los grandes proyectos que hay en marcha en Álava.
¿Cómo va el proceso de ampliación de la plantilla?
Hay una guerra por el talento y la gente con experiencia tiene permanentemente dos o tres ofertas sobre la mesa, es así. Entonces es complicado y la verdad es que hay una rotación más alta de lo que nos gustaría.