Basquevolt busca ya clientes tras abrir la fase preindustrial con la línea de prototipos
La compañía de baterías de Miñano, que se vería reforzada por los aranceles a China, sigue trabajando para incorporar nuevos accionistas que proporcionen músculo económico y ayuden a rentabilizar el salto a la gigafactoría
13 junio, 2024 05:00Noticias relacionadas
El paso decisivo a nivel tecnológico podría haberse dado ya. Quedan muchas etapas por delante hasta que Basquevolt empiece a vender sus baterías a gran escala pero el momento que vive ahora la compañía de Miñano es determinante para el futuro. La línea de prototipos está ya en marcha, es decir, ya hay un producto tangible que ofrecer a los potenciales clientes en lo que va a ser una primera prueba de fuego para comprobar con qué animo acoge el mercado esta tecnología.
Esta semana Crónica Vasca ha tenido la oportunidad de visitar estas nuevas instalaciones inauguradas recientemente en el edificio que ocupa Basquevolt en Miñano desde que abandonó el 'cascarón' del CIC Energigune. Se trata de un espacio aun muy reducido en comparación con lo que será la fábrica que se espera arrancará en torno a 2027, del que de momento salen apenas un puñado de celdas (la base de la batería) a la semana.
Se trata de celdas de 20 amperios/hora, una cifra suficiente que ofrece ya garantías en esta fase a medio camino entre el laboratorio y la fábrica. Las celdas (unas 400) que se ensamblarán en los vehículos eléctricos serán de 80 amperios/hora y ligeramente más grandes que estos prototipos de 20, pero ese último paso podría llevarse a cabo con cierta naturalidad si esta nueva línea piloto demuestra fiabilidad.
El objetivo con estos primeros lotes es precisamente demostrar que es viable la producción de grandes volúmenes de celdas fuera del laboratorio. Es una especie de 'pretemporada', haciendo el símil futbolístico, en la que aun no hay puntos en juego pero ya se hacen ensayos con el balón. La idea es ir puliendo ahora esa celda de 20 amperios, anotar errores de cara a mejorar el proceso productivo y, en su caso, modular la batería en función del feedback de los fabricantes.
Primeros contactos
"Tener la línea de prototipos te permite abrir las conversaciones con futuros clientes", explicaba a este medio Francisco Carranza, CEO de la compañía, durante la visita. Basquevolt aspira a vender baterías en estado sólido, es decir, el electrolito (la base de la batería) es fruto de una 'receta mágica' trabajada en el CIC Energigune que aportaría mayor autonomía y seguridad al vehículo. Una receta, por otro lado, que conocen con variantes ya algunos proveedores chinos y que estaría cada vez más cerca de desembarcar en Europa. Basquevolt podría salir, en ese sentido, muy reforzada de esa decisión por parte de Bruselas de imponer nuevos aranceles a China.
"Todos los potenciales clientes quieren ver lo que tienes para comprobar que lo que le cuentas es verdad. Con estos prototipos ya podemos iniciar ese camino", desgrana el CEO. En torno a la futura gigafactoría de Miñano siempre ha rondado el nombre de Mercedes Vitoria, por aquello de la proximidad geográfica, aunque el equipo de Carranza ha querido en todo momento ampliar el foco y no atar el proyecto a una sola marca, incluso el ingeniero sevillano mantiene abierta la posibilidad de atacar otros sectores como la aeronáutica.
Sí parece sólida la alianza entre la fábrica alemana de furgonetas y Gestamp, quienes junto a Mondragon y Gobierno vasco trabajan en un nuevo centro de fabricación avanzada enfocada a la movilidad eléctrica. CIE Automotive, el otro gran fabricante vasco de componentes, sí ha apostado desde el principio por Basquevolt junto a Iberdrola o el propio Gobierno vasco (completan el consorcio por ahora InnoEnergy y Enagás).
Nuevo socio
Carranza, que cumple dos años al frente del proyecto, destila optimismo tras el hito de arrancar la línea de prototipos pero confiesa que no ha sido sencillo llegar hasta este punto. La entrega de la maquinaria ha retrasado ligeramente la puesta en marcha de esta línea de pruebas, de cuyos resultados dependerá el poder cumplir o no el resto de plazos.
Estos serían, básicamente, el arranque de la planta piloto en 2025 y, dos años más tarde, la inauguración de la propia gigafactoría. La compañía busca transmitir en ese sentido un mensaje de calma y restar relevancia a la cuestión del calendario. Es preferible llegar tarde pero con garantías que hacerlo rápido y mal. "Sabíamos que pasar a la fase industrial iba a tener muchas complicaciones y así está siendo. Es aquí donde nos la jugamos y donde debemos demostrar que nuestra idea es viable", remarca Carranza en referencia a estas hornadas de celdas de 20 amperios.
En un plano más corporativo, la firma alavesa continúa a la búsqueda de nuevos socios que permitan ganar volumen a nivel económico para encarar ese crecimiento. La elección irá ligada probablemente a ese proceso de peinado del mercado, en el que pese a todo la automoción tiene lógicamente un lugar preferente. El objetivo, más allá de esa ampliación de capital, es lograr el respaldo de un nuevo socio que acompañe y reduzca el riesgo del escalado industrial o, en otras palabras, asegure ya un cierto volumen de ventas una vez la gigafactoría esté operativa.