En el marco del giro de cintura de Petronor para explorar nuevos negocios verdes destacan como proyectos estrella el hidrógeno y los combustibles sintéticos. Pero junto a esos pilares que sin duda marcarán el futuro de la gran refinería vasca hay en marcha otra serie de complementos ligados a la descarbonización como la inminente planta para producir materiales de construcción a partir de residuos y dióxido de carbono.
Se trata de un proyecto pionero de economía circular para el aprovechamiento de residuos urbanos y el ahorro de espacio en vertederos y, a la vez, la reducción de extracciones de áridos naturales en canteras, que se sustituyen por estos agregados sintéticos (ecoáridos) que saldrán de esa nueva factoría que se ubicará en uno de los brazos de tierra del Puerto de Bilbao, cerca del corazón de la refinería.
La planta de mineralización se pone en marcha junto al socio especializado británico OCO Technology y conllevará la creación de una nueva sociedad bajo la que se articulará el proyecto, Biscay Eco Aggregates, con una inversión estimada en unos 20 millones de euros que cuenta con respaldo de fondos europeos.
Es otra pieza más del puzzle que llevará a la refinería de Muskiz a ese objetivo marcado por el gigante Repsol en 2015 de alcanzar las cero emisiones netas para el año 2050. Y en ese caso además el inicio de la producción de áridos ecológicos es bastante inminente, probablemente para comienzos de 2026 si todo marcha según lo previsto.
Primeros pasos
Y tiene su relevancia que Petronor vaya dando pasos tangibles sobre el terreno después del aluvión de proyectos de descarbonización anunciados sobre plano. Todo el grupo Repsol está en un punto de redefinición del negocio empujado por las exigencias climáticas de Bruselas. Unas directrices europeas que, a su vez, vienen sembrado la incertidumbre en todo el sector de automoción que es a fin de cuentas el motor de la refinería de Muskiz.
En esas idas y venidas regulatorias los máximos responsables de Repsol, Antonio Brufau y Josu Jon Imaz, han pedido tiempo y más apoyo público para adaptarse a los nuevos tiempos, lo que ha generado importantes tiranteces con parte del Ejecutivo central de Pedro Sánchez. La reciente aprobación de ese paquete de ayudas de 160 millones de euros para la siguiente fase del proyecto de hidrógeno verde en Muskiz es un espaldarazo que debería contribuir a limar asperezas y en definitiva viene a rubricar que Madrid confía en la principal apuesta de la refinería de Emiliano López Atxurra.
Por todo ello es importante que el papel vaya poco a poco haciéndose realidad y esas inversiones, que hay que recordar llegaron a ponerse en duda desde la cúpula de Repsol por los impuestos del Gobierno, se vayan ejecutando. En el caso del hidrógeno Petronor ya puso en marcha en octubre de 2023 su primer electrolizador piloto de 2,5 MW pero queda camino por delante para disponer de una producción suficiente como para cubrir parte relevante de las necesidades energéticas de las instalaciones (estos próximos años arrancarán primero el electrolizador intermedio de 10 MW y luego el proyecto final de 100 MW que permitirá ya generar hidrógeno tanto para el nuevo combustible sintético como para abastecer a otras industrias).
Arranque del proyecto
Justo un año después de que la refinería diese el pistoletazo de salida al hidrógeno Petronor iniciará la construcción de su nueva fábrica para producir ecoáridos. Será este próximo mes de octubre cuando comiencen las obras en la parcela ya lista en los terrenos del puerto con vistas a iniciar la producción de esos materiales para la construcción como bloques de hormigón o baldosas en enero de 2026.
Se utilizarán para obtener esos materiales reciclados miles de toneladas de residuos sólidos urbanos (cenizas de las incineradoras) y dióxido de carbono procedente principalmente del sector industrial que no se emitirá así a la atmósfera. La producción anual podría superar las 50.000 toneladas de estos materiales para construcción, el equivalente a unos 50 edificios de cuatro plantas.
Además Petronor tiene ya en marcha otros programas de economía circular enfocados a recuperar y reutilizar ciertos materiales como aceites usados o espumas de colchones, como explicaba Ainhoa Martín, responsable de este tipo de proyectos en una jornada sobre descarbonización industrial de FI Group: "Es importante para las empresas ir en este proceso de la mano de la administración, tanto por las ayudas como por la importancia de poder seguir de cerca cómo evoluciona la legislación europea".