Los grandes avances tecnológicos dejan a sus espaldas numerosas historias de fracasos. La transición energética ha abierto un sinfín de proyectos innovadores ligados a la movilidad y, es natural, no todos ellos van a prosperar.
La compañía alemana Lilium había generado grandes expectativas a través del Lilium Jet, un prototipo de avión eléctrico de despegue y aterrizaje vertical llamado a revolucionar la movilidad aérea de corto recorrido. Con capacidad para media docena de pasajeros, la idea de este tipo de aparatos es retirar viajeros de las rutas más cortas de aviación convencional con el consiguiente ahorro de emisiones.
Una propuesta innovadora, casi futurista, en la que se embarcaron primero la alavesa Aernnova y la burgalesa Aciturri (con sede en Miranda de Ebro e instalaciones en Álava), así como otros proveedores alaveses, a las que luego se sumó Sener en el diseño del sistema de estabilización de la aeronave antes de tocar tierra.
Problemas económicos
Tras las presentaciones en sociedad, el prototipo Lilium Jet ha ido realizando sin inconvenientes las primeras pruebas de vuelo. Incluso se había dado inicio a la producción de los primeros aviones, de hecho Aciturri entregó a finales de 2023 el primer fuselaje y continuaba este año en esa labor, pero la viabilidad económica del proyecto puede irse a pique.
La compañía, que cotiza en la Bolsa de Estados Unidos y se había expandido incluso con una filial en China, ha visto cómo el Gobierno alemán y el estado de Baviera cerraban la puerta a un paquete de financiación confirmando la pérdida de confianza de instituciones e inversores en el proyecto.
Finalmente esta semana dos filiales de Lilium confirmaban su entrada en concurso de acreedores, lo que deja el proyecto más que tocado a la espera de un milagro en forma de inyección de liquidez desde fuera de Alemania.
Una salida para el Lilium
La compañía está sobreendeudada y se acoge al procedimiento de insolvencia justo antes de abrir la fase de escalado industrial para la comercialización a pesar de las expectativas generadas y de contar ya con un volumen considerable de pedidos cerrados.
Lo cierto es que el taxi volador se 'ha comido' ya enormes inversiones estimadas en unos 1.500 millones de euros y las autoridades alemanas han optado por decir basta. Pese a todo la compañía mantiene la esperanza de poder seguir adelante con el proyecto y confía que este proceso de reestructuración no sea "la sentencia de muerte", han recogido medios alemanes.
Aciturri ya mostrado su preocupación en Diario de Burgos ante el riesgo de cancelación de los pedidos en marcha, mientras que Aernnova y Sener tienen una exposición menor al Lilium. Se trataba de un proyecto ilusionante con el que las dos empresas vascas aspiraban a reforzar su imagen de marca pero que realmente a día de hoy no tiene un peso destacado en la cartera global de encargos.