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Euskadi se enfrenta a un reto mayúsculo en los próximos años: el despliegue de energía renovable. La apuesta de las instituciones es clara, el territorio deberá alcanzar en 2050 un consumo renovable del 40%, una cifra que si bien no es excesivamente alta, supone un gran desafío pues actualmente el consumo de energía verde es inferior al 15%, con 153 MW operativos, una cifra que contrasta notablemente con los 1.358 MW de Navarra o los 5.229 MW de Aragón.

Ante estas cifras, y con la premisa de la antigua consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, de “agilizar la burocracia para la instalación de renovables” -premisa que mantiene su sucesor, Mikel Jauregi, son muchas las energéticas que han proyectado parques en el territorio. 

Una de ellas es Delta Power, actualmente el mayor promotor de parques eólicos en Euskadi con casi una década de experiencia, del empresario navarro Fernando Valldeperes, un exdirectivo de la antigua Gamesa con 20 años de trayectoria en el sector eólico que está al frente de diversas sociedades que manejan un amplio abanico de instalaciones eólicas en tramitación en los despachos del Gobierno vasco.

Todos ellos, apunta Valldeperes, se han proyectado tras “un análisis exhaustivo que incluye: ingeniería de proyecto, abordando el acceso, la implantación, la evacuación de la energía y el diseño optimizado del emplazamiento en su conjunto. Además, como algo fundamental, hemos realizado un estudio preliminar ambiental para garantizar la sostenibilidad del entorno; y por último la evaluación del recurso eólico y viabilidad económica, claves para su desarrollo”. 

Trabajador de un parque eólico EFE

¿En qué momento se encuentran actualmente estos proyectos?

Actualmente, contamos con dos parques en fase avanzada, cuya potencia proyectada suma 54 MW y donde estos análisis ya están muy consolidados. El resto de los proyectos están en etapas más iniciales desde el punto de vista de la tramitación.

¿Qué inversión supone en Euskadi?

Inversiones muy importantes para la zona. Esto no solo refuerza el compromiso con el desarrollo sostenible de Euskadi, sino que también genera ingresos municipales mediante el ICIO, BICES, IAE y otros cánones, contribuyendo al crecimiento y bienestar de las comunidades locales. 

En Delta Power hemos descartado 12 emplazamientos en Euskadi tras realizar los estudios preliminares

Por la cantidad de parques proyectados, Delta Power tendrá un importante papel tractor en la economía vasca… ¿Qué impacto estimado puede llegar a dejar la instalación de todos estos proyectos en Euskadi? 

Más allá de la recaudación de impuestos, los proyectos generarán empleo tanto durante la fase de construcción como en la operación, así como muchos empleos indirectos. Además, hemos propuesto ofrecer participaciones a la ciudadanía en las sociedades que tengan los parques eólicos, con el objetivo de que los residentes no sólo se beneficien económicamente, sino que también sientan suya la iniciativa a través de su contribución a la reducción de gases de efecto invernadero. Creemos que este enfoque puede ayudar a aumentar la concienciación social sobre la importancia de avanzar hacia un modelo más sostenible. Los alcaldes valoran muy positivamente esta iniciativa.

¿El trabajo de Delta Power se limita a ser promotores del parque o la tecnología también la produce?

Nosotros nos dedicamos principalmente al desarrollo de proyectos eólicos. La tecnología necesaria para los proyectos será suministrada por fabricantes líderes como Siemens Gamesa, Vestas, Nordex-Acciona o GE. En Euskadi, por ejemplo, contamos con la herencia de la antigua Gamesa (ahora Siemens Gamesa), que ha sido clave en el desarrollo de grandes proyectos tanto a nivel estatal como internacional.

Fernando Valldeperes, fundador y CEO de Delta Power Delta Power

Por lo tanto, como ha comentado y teniendo en cuenta que la tecnología sería producida en Euskadi o cerca, el impacto económico indirecto sería elevado…

Gracias a Siemens Gamesa, la industria eólica auxiliar se desarrolló notablemente en Euskadi y Navarra. Esto ha generado un ecosistema de proveedores locales altamente cualificados, lo que les posiciona como actores clave de la transición energética en cualquier fase de los proyectos debido a su conocimiento, experiencia y cercanía geográfica.

Sin duda, esta capacidad representa una ventaja competitiva importante y también una oportunidad para que la inversión en estos proyectos deje un impacto económico directo en Euskadi. Por ejemplo, para la mayoría de estudios que estamos realizando ya estamos contando con empresas vascas.

Creemos que Euskadi, con su gran concentración industrial, debería dar un paso adelante en la descarbonización.

 ¿Por qué esta apuesta por el territorio vasco?

La apuesta por el territorio vasco surge al reconocer el desafío que enfrenta Euskadi en términos de autonomía energética y desarrollo de energías renovables. Euskadi actualmente produce menos de la mitad de la energía que consume, lo que refleja una falta de independencia energética. Además, menos del 15% de la energía producida proviene de fuentes renovables. 

Creemos que Euskadi, con su gran concentración industrial, debería dar un paso adelante en la descarbonización. Actualmente, genera casi el 6% de los gases de efecto invernadero en España, a pesar de que su población representa el 4,5% del total, lo que indica un nivel de emisiones superior a la media estatal. Este es un desafío que debemos afrontar con urgencia.

Precisamente este es un territorio 'luchador', con mucha sensibilidad hacia la energía renovable… ¿Hay miedo a una oposición masiva a estos proyectos?

Euskadi es un territorio muy comprometido con las energías renovables, y entendemos que, como en cualquier proceso de cambio, puede haber resistencias. Sin embargo, es importante distinguir qué entendemos por "oposición". Estadísticamente, es una minoría la que se muestra en contra, pero tiene una gran visibilidad cuando se les da altavoz. Si quienes apoyan el desarrollo de las renovables tuvieran la misma visibilidad, seguramente no habría tanto debate.

Entendemos que la transición energética es necesaria y urgente. El cambio climático es imparable, y es fundamental que todos empujemos en la misma dirección. Este no es un tema de debate o elección, sino de acción. Aunque respetamos las opiniones de aquellos que se oponen, creemos que a menudo les falta información para valorar el impacto global y los beneficios de la transición energética. Estamos dispuestos a colaborar en la búsqueda de las mejores soluciones para todos.

La ecología es clave, pero debe gestionarse de manera equilibrada para no generar parálisis porque luego las consecuencias negativas pueden ser incalculables. En nuestro sector, trabajamos con estudios de impacto ambiental, informes sectoriales y campañas de monitoreo de avifauna y quirópteros para identificar cualquier tipo de riesgo medioambiental. En cualquier implantación nos comprometemos a tomar medidas preventivas, correctivas y compensatorias para reducir al máximo cualquier riesgo derivado de los estudios realizados.

Si quienes apoyan el desarrollo de las renovables tuvieran la misma visibilidad que quienes lo rechazan, seguramente no habría tanto debate

Y desde Delta Power, ¿cómo van a mitigar la reticencia de la sociedad vasca?

Desde Delta Power, siempre estamos disponibles para dialogar con quienes deseen mantener un intercambio sereno y constructivo sobre nuestros proyectos. A partir de ese diálogo y la información proporcionada, será la propia sociedad vasca quien decida cómo posicionarse. Lo único que pedimos es que se posicionen teniendo en cuenta toda la información completa y no sea analizada desde la emotividad.
 ¿Creen que los primeros parques eólicos van a arrancar sin problemas?

Creemos que sí, ya que estamos cumpliendo con todos los requisitos establecidos para obtener los permisos correspondientes. No tenemos intención de desarrollar proyectos en zonas que no sean viables. De hecho, en Delta Power hemos descartado 12 emplazamientos en Euskadi tras realizar los estudios preliminares, que desaconsejaban su viabilidad. Nosotros avanzamos sólo en los trámites de aquellos proyectos que consideramos viables, por lo que, salvo alguna sorpresa inesperada, esperamos que estos parques sean autorizados sin problemas.

Parque eólico / GETTY IMAGES

 ¿Tienen miedo de que, como en el caso de otros territorios como el gallego, la justicia vasca comience a paralizar proyectos?

Galicia tiene una fuerte tradición eólica, con 3.874 MW instalados y más de 70 proyectos en espera de ser instalados, muchos de los cuales están paralizados con medidas cautelares, a pesar de contar con las autorizaciones pertinentes. Sin embargo, la controversia en Galicia es diferente, ya que se cuestiona el propio sistema y se han presentado recursos contra las resoluciones de la Xunta, que ha respaldado los proyectos.

Por último, y respecto al tema burocracia, la exconsejera Arantxa Tapia recalcó en numerosas ocasiones la necesidad de minimizar la burocracia para impulsar la energía renovable en Euskadi, algo en lo que también ha insistido el nuevo consejero, Jauregi… ¿Creen que la burocracia está siendo una de las causas por las que Euskadi tiene tanto retraso respecto al despliegue de energía verde?

Más que la burocracia en sí, lo que hace falta, en mi opinión, es alinear criterios. No tiene sentido que un tipo de permiso concreto sea aceptado en una diputación y no en otra cuando las características de base son las mismas.

Es cierto que los funcionarios tienen una gran carga de trabajo y a menudo carecen de los recursos necesarios para ofrecer el servicio que quisieran, pero con los que he tenido la oportunidad de tratar son grandes profesionales, bien preparados y siempre dispuestos a colaborar.

Es evidente que Euskadi tiene un desfase en el despliegue de energía renovable, especialmente si lo comparamos con otras comunidades autónomas que ya han avanzado más en este ámbito. Ahora, más que nunca, es crucial mirar hacia adelante y avanzar porque Euskadi lo necesita.

Ahora, más que nunca, es crucial mirar hacia adelante y avanzar porque Euskadi lo necesita.

 ¿Han notado si ya se están dando pasos para intentar atajar esta problemática?

Por el momento no tenemos noticias concretas. Hemos solicitado una reunión con el nuevo consejero, Mikel Jauregi, pero aún no hemos recibido una respuesta. Entendemos que están en proceso de organizar la nueva estructura y definir los mensajes clave.

Lo único que conocemos sobre el nuevo consejero es que tiene una fuerte vocación por las energías renovables y que es consciente de la situación que enfrenta Euskadi. En su saludo institucional, Jauregi señala que su plan para esta legislatura se basa en tres pilares: más industria, mejor industria y menos emisiones. Además, afirmó que “continuaremos avanzando para agilizar la implantación de energías renovables y, al mismo tiempo, trabajaremos en la restauración de nuestra diversidad ecológica.” Compartimos plenamente esta visión. Ahora sólo queda dar los pasos necesarios para convertirla en acción.