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2025 está marcado en rojo para los proyectos vascos más avanzados para aprovechar el movimiento de las olas para generar energía. Una fuente limpia que lleva años en fase de laboratorio y que no ha terminado de consolidarse pero que sigue figurando en la hoja de ruta oficial del Gobierno vasco como un complemento clave de la eólica y la fotovoltaica en el mix renovable de finales de la década.

Euskadi sigue confiando en el vaivén de las olas del cantábrico, y de hecho la planta pionera de Mutriku acumula más de una década de vida con resultados relativamente buenos y haciendo su pequeña contribución a la red.

La infraestructura del puerto del municipio guizpuzcoano, auspiciada por Bimep (Gobierno vasco a través del EVE y Gobierno central vía IDAE), ha colocado a Euskadi como referente en el mapa de la generación de energía undimotriz y ha abierto la puerta a acuerdos internacionales en la materia, pero el objetivo es ir más allá.

No se trata solo de aumentar la capacidad instalada (el PTS para el acelerón renovable de la pasada legislatura identifica una docena de puntos para aprovechar el movimiento de las olas), también de desarrollar tecnología capaz de alcanzar la rentabilidad comercial y anclar a Euskadi una industria en torno a esta energía como se ha hecho con la eólica.

Una empresa israelí estudia colocar un dispositivo de energía de las olas en el Puerto de Bilbao

Impulso privado

Y es cierto que las cosas se complican cuando se sale del paraguas de la administración. En los últimos años ha habido un puñado de empresas interesadas en probar en la costa vasca su tecnología, pero todo muy sujeto a los incentivos públicos y, por distintas causas, no se ha pasado de la etapa de laboratorio.

Un ejemplo claro de las dudas que suscita aun la undimotriz es el proyecto en estudio en el perímetro del Puerto de Bilbao por parte de la israelí Eco Wave Power, que sigue haciendo números y sopesando la relación coste-beneficio de traer a Euskadi su particular sistema de aprovechamiento de las olas.

Sistema de aprovechamiento de las olas de la australiana Carnegie

Lo cierto es que no está siendo nada sencillo dar con el dispositivo que combine un buen rendimiento a nivel energético con la suficiente resistencia a los movimientos del agua y las condiciones que se dan en el mar.

De cara al año que viene está programado el inicio de la fase de pruebas en la zona de Bimep de dos nuevos dispositivos de la mano de las iniciativas más prometedoras en este ámbito, la encabezada por la ingeniería Idom junto a Tecnalia y Mondragon y otra de la australiana Carnegie en la que colabora Saitec.

Bimep tiene en Mutriku un laboratorio para experimentar en torno a la energía de las olas. BiMEP

Dotación presupuestaria

Se trata de dos de los tres proyectos que han avanzado a la fase final del programa EuropeWave que impulsaron en su día el Gobierno vasco, Escocia y la red europea de energía marina. En los Presupuestos de 2025 el EVE recoge una partida de algo más de 1,8 millones de euros para este programa, que tendrá financiación también en 2026.

Por otro lado, el programa TurboWave para la investigación y la mejora de la tecnología undimotriz tiene asignados cerca de 1,3 millones en las cuentas de 2025 repartidos en las cuatro iniciativas que superaron la fase anterior: aquí están las vascas Idom y Arrecife y otros dos proyectos más, uno con base en Asturias (AST) y otro en Portugal (Kymaner).

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