Sener lidera la misión espacial europea Proba-3 junto a 40 empresas de 16 países

El miércoles 4 de diciembre va a ser un día histórico para el sector aeroespacial europeo pero también vasco, ya que a las 11.35 CET está previsto el lanzamiento de la misión Proba-3, liderada por Sener y amparada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno de España a través de la Agencia Espacial Española.

La compañía de ingeniería vizcaína, que capitanea esta operación en la que participa un consorcio formado por 40 empresas de 16 países, destaca la "especial relevancia" de este acontecimiento a nivel nacional, ya que "demuestra que España es capaz de liderar misiones espaciales de gran complejidad".

En este sentido, el director de Espacio y Ciencia en Sener, Diego Rodríguez, lo califica como un "hito histórico" en la exploración espacial y un "hito tecnológico de gran valor" para la industria.

Desde el centro de control de la ESA, la Agencia Espacial Europea, ubicado en la localidad belga de Redu, Sener realizará un directo abierto al gran público en el que retrasmitirá, a través de su canal de YouTube, las imágenes del despegue de esta misión que ha elegido la India como punto de despegue. 

Reto tecnológico pero también científico

Esta misión, adscrita al Programa de Tecnología de Soporte General de la ESA, tiene claros los retos a los que deberá enfrentarse. Además de tener claro su objetivo tecnológico de "demostrar que el vuelo en formación de alta precisión entre satélites en el espacio es posible", Proba-3 dará pasos adelante a nivel científico.

Así, este lanzamiento servirá para estudiar la corona solar "con un detalle sin precedentes" mediante la creación de un eclipse artificial a partir de la sincronización entre sus dos satélites, Coronagraph y Occulter.

No obstante, el éxito de esta operación, advierten, sólo será posible si se cumplen dos requisitos. Por un lado, debe garantizar la autonomía de estos satélites, al menos durante todo el tiempo que dure la misión, y además, obtener "una precisión milimétrica" a la hora de sincronizar Coronagraph y Occulter. Una operación delicada, puesto que hay que tener en cuenta que ambos volarán en órbita elíptica a más de 60.000 kilómetros de distancia de la Tierra.