
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez (i), y el ya exsecretario general de UGT Euskadi, Raúl Arza (d)/Iñaki BerasaluceEuropaPress
Madrid aparta a la dirección de Industria de UGT Euskadi y agrava el caos interno en el sindicato
Fuentes conocedoras del proceso apuntan a desencuentros anteriores entre la dirección nacional y la vasca en esta federación, que habrían desembocado en ruptura a cuenta de la crisis por el aplazamiento del congreso
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No hay visos de que las aguas vayan a volver a su cauce en el seno de UGT de Euskadi, central que ya vivió días difíciles con el anterior relevo en la secretaría general en 2013 y replica problemas de gobierno similares 12 años después.
A Raúl Arza, a quien diversas fuentes atribuyen gran parte de la responsabilidad en esta nueva crisis, hay que reconocerle el mérito de haber logrado mantener cohesionado el sindicato durante esta última década, en la que la cuarta central de Euskadi por representatividad no ha mostrado al menos síntomas visibles de fractura.
Los problemas derivados de esas tensiones han brotado todos a la vez. Por un lado la candidatura propuesta por el equipo de gobierno de Arza para asumir la secretaría general los próximos años no ha encontrado eco en las federaciones, que lanzaron sus propios nombres para coger el testigo del de Llodio.
Antes de visibilizar esa disparidad de opiniones públicamente en un congreso, la propia dirección de Euskadi, confirman fuentes internas, optó por forzar el aplazamiento del cónclave argumentando ante la ejecutiva confederal en Madrid defectos de forma en la elección de los delegados al congreso de una de las federaciones, en concreto la de Industria, Construcción y Agricultura (UGT-FICA).

El hasta ahora secretario general de UGT Euskadi, Raúl Arza / CV
Sindicato "paralizado"
Y la cosa ha seguido torciéndose con esta federación precisamente como protagonista. Acompañando la decisión de suspender el congreso, UGT optó desde Madrid por colocar una gestora para gobernar la central vasca en detrimento del equipo que lideraba Arza.
Y el movimiento ha ido finalmente más allá. Según transmiten a este medio fuentes de toda solvencia, la dirección confederal ha apartado a toda la ejecutiva de la federación vasca de Industria (FICA) que lideraba Antonio Ríos, un sindicalista histórico al que las mismas fuentes atribuyen viejos desencuentros con Madrid por otros motivos no ligados directamente a la crisis de sucesión de Arza.
"El sindicato está paralizado y patas arriba", son algunas de las formas en las que describen desde dentro la situación actual de esa federación, una de las más relevantes sino la que más, al menos por tradición, de las tres que componen UGT Euskadi.

La vicepresidenta Yolanda Díaz y los secretarios generales de UGT, Pepe Álvarez, y de CCOO, Unai Sordo, tras la firma del acuerdo de reducción de la jornada laboral.
Este sindicato, pese a haber perdido peso en cuanto a número de delegados en el mapa global de Euskadi, conserva parte del arraigo que tuvo en el pasado en zonas industriales y retiene secciones mayoritarias en algunas factorías de cierto tamaño sobre todo en Álava y Bizkaia.
Según transmiten estas mismas fuentes, de forma oficial la gestión del área vasca de Industria está en manos hasta que se aclare el panorama de la propia federación a nivel nacional, con "problemas evidentes" a la hora de dar respuesta al día a día de delegados y afiliados en sus tareas de negociación, asesoría o elecciones sindicales.