
Un tren de Talgo frente a un edificio de Renfe
En círculos próximos a José Antonio Jainaga transmiten que el dueño de Sidenor daba por hecho en un principio que las sanciones de Renfe no iban a ser un obstáculo real a la hora de acometer su entrada en Talgo.
Con tantos intereses políticos de por medio, el industrial vasco se lanzó a por el control del fabricante de trenes en octubre del pasado año confiando en que Moncloa lograría 'suavizar' en gran medida la postura de Renfe, incluso despejando del camino directamente esa multa millonaria.
Seis meses después de que Sidenor confirmara su interés, esas penalizaciones de Renfe siguen siendo el principal quebradero de cabeza tanto para los actuales gestores de Talgo como para los que están por venir.

Principio de acuerdo entre el consorcio vasco con Pegaso para adquirir una participación en Talgo
Y es que esos más de 100 millones de multa son una losa para un proyecto que necesita fuertes inversiones para asegurar el futuro industrial.
El Gobierno español, condicionado por la estrecha vigilancia europea a las ayudas de los estados a sus empresas, anunció su disposición a forzar un acuerdo para un aplazamiento del pago de esa sanción, pero el retraso en una solución no hace sino enturbiar aun más la situación económica de la compañía, con el grifo de ingresos procedente del operador español cerrado y dificultades también para cobrar otros pedidos de otros clientes extranjeros.

La plantilla de Talgo se moviliza en Rivabellosa a 20 de febrero de 2025
Incertidumbre entre la plantilla
Como es lógico, la falta del sí definitivo de Jainaga, al que acompañan Gobierno vasco y BBK y Vital en esa operación de compra del 30%, ha vuelto a encender las alarmas entre los trabajadores, que piden que el traspaso de cierre cuanto antes.
A la euforia inicial, sobre todo en el entorno de la planta de Rivabellosa, cuando germinó ese preacuerdo que anticipaba un futuro regreso de la sede de Talgo a Euskadi ha seguido un cierto desánimo y, a estas alturas, impaciencia por la no concreción de un plan estratégico que ponga orden en las cadenas de producción.

José Antonio Jainaga y Óscar Puente a las puertas de Sidenor
El fabricante de trenes sigue arrastrando importantes problemas a la hora de dar salida a los pedidos comprometidos y el tiempo es en ese sentido vital para recuperar la confianza del mercado y no quedar fuera de nuevos concursos.
La plantilla tiene además pendiente de un acuerdo con Renfe el cobro de esa extra en base a resultados empresariales que quedó suspendida por las pérdidas del pasado ejercicio.

Fábrica de Talgo en Madrid
Aunque hay otros asuntos sobre la mesa en ese tira y afloja Jainaga-Trilantic, el acuerdo con la compañía estatal de ferrocarriles para pagar de forma escalonada la multa sería la palanca que acercara definitivamente al consorcio vasco al timón de Talgo y desbloquearía las inversiones industriales. Habrá que ver si finalmente acompaña a ese abanico de socios vascos el Estado a través de la Sepi en esos porcentajes del accionariado en manos de los Oriol y Abelló.